La formación técnica y profesional como alternativa de desarrollo sostenible de bolivia

La formación técnica y profesional en Bolivia es una opción de desarrollo subestimada por la sociedad misma, considerándola de menor salario, una posibilidad menor de encontrar trabajo y que no otorga el mismo estatus que una carrera a nivel licenciatura. Sin embargo, es una alternativa para aquellas personas que deseen adquirir habilidades específicas y tener una vía más rápida hacia el empleo.

En un país donde la educación tradicional ha sido predominantemente académica, basada en el estudio de la teoría y el conocimiento, la formación técnica y profesional ha sido visto como una opción poco prometedora. A causa de esta situación, los jóvenes después de terminar la educación secundaria, optan en su gran mayoría por estudiar una carrera universitaria, considerándola como único camino hacia el éxito y la estabilidad económica.

La educación universitaria también es importante y necesaria en varios campos como por ejemplo la medicina, ingeniería, derecho, entre otros. Sin embargo, no todos los jóvenes tienen las mismas habilidades o intereses y no todos tienen los recursos para cursar a una educación universitaria. A pesar de que algunas universidades tienen un convenio con el Estado, no son gratuitas en su totalidad. Es por esta situación que muchos jóvenes optan por una formación técnica profesional que suele ser de más corto tiempo y de costos más bajos a comparación de una educación universitaria.

Es aquí donde la formación técnica y profesional se convierte en una opción valiosa para el país, por el alto porcentaje de población juvenil que hay en Bolivia, por el mercado y la economía, donde se necesitan más habilidades prácticas. Este tipo de formación se centra en adquirir habilidades prácticas y conocimientos especializados en áreas como la electricidad, la mecánica, la soldadura, la gastronomía, la cocina, la carpintería, la peluquería, entre muchas otras más.

En el año 2014, con la finalidad de promover la Ley 070 Avelino Siñani y Elizardo Pérez, el Ministerio de Educación de Bolivia implemento la formación BTH (Bachiller Técnico Humanístico) en los estudiantes de secundaria para que puedan formarse en especialidades técnicas de acuerdo al desarrollo de sus capacidades, habilidades y potencialidades en la vida y para la vida. Lo cual les permite a los estudiantes obtener su diploma de Bachiller Técnico Humanístico a nivel técnico medio, certificándolos que están preparados para asumir un desafío laboral y la continuidad académica a un nivel superior.

Los resultados son óptimos, ya que en 2023 muchos de los jóvenes con habilidades y conocimientos necesarios en la industria actual accedieron a prácticas laborales. Las empresas y sectores de la economía boliviana demandan trabajadores con habilidades técnicas específicas qué profesionales a nivel licenciatura. Sin embargo, la oferta de técnicos no es suficiente y se prevé que aumente en el futuro. Eso hizo fácil su inserción laboral.

A nivel socioeconómico, con la formación técnica no solo aprenden áreas prácticas en el caso de los colegios y de institutos de formación técnica, sino que durante su formación ya empiezan a realizar trabajos obteniendo ingresos de ellos y cuando consiguen su certificado logran obtener un trabajo más formal en empresas y otros sectores. Además, les permite crear su propia microempresa o colaborativa, incrementando considerablemente sus ingresos económicos gracias a una formación técnica mejorada.

La formación técnica y profesional tiene un enfoque de género, ya que, tanto en los institutos como en Educación Secundaria Productiva, las mujeres egresan en un porcentaje igualitario que los varones. Muchas de ellas se empoderan como mujeres, participando de carreras industriales donde dominan los varones. Hay mujeres que se formaron de electricistas, mecánica y en carpintería.

Es importante fomentar y promover la formación técnica y profesional en Bolivia. Las instituciones educativas y el gobierno deben seguir invirtiendo en programas de formación técnica de calidad, con una infraestructura adecuada y docentes capacitados. Además, es necesario cambiar la mentalidad de la sociedad que menosprecia la formación técnica y profesional, si no, por lo contrario, apoyar en las familias a los jóvenes a que tomen una carrera técnica si tiene las habilidades y dejar de presionarles que estudien una carrera universitaria solo por mantener un estatus que tiene poco campo laboral.

En conclusión, la formación técnica y profesional es una opción de desarrollo valiosa en Bolivia. No todos los jóvenes tienen las mismas habilidades o intereses y es importante reconocer la diversidad de opciones educativas para adaptarse a las necesidades de cada individuo. La formación técnica y profesional brinda oportunidades de empleo, emprendimiento y desarrollo económico para aquellos que buscan adquirir habilidades prácticas y especializadas.


Más del autor