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Disipemos el ruido y contemos todas nueces en las empresas públicas

En los últimos días se han hecho publicaciones en torno al libro “Solo ruido y nada de nueces” editado con apoyo de la fundación Vicente Pazos Kanki, que presenta un análisis, a título de independiente, sobre algunas empresas públicas, suscitando el cuestionamiento de ellas, e invitando al debate. En este sentido, parece pertinente presentar algunos elementos de análisis que deben ser tomados en cuenta para ampliar la visión respecto al tema.

En principio, debe apuntarse que el titulo publicado, presenta el análisis de un número reducido de empresas públicas, 13 para ser precisos; donde excluye a las empresas nacionalizadas, esto resulta cuestionable, toda vez que la aparición de estas empresas son producto de un serio cuestionamiento de nuestra sociedad sobre la propiedad de nuestros recursos naturales que fueron entregados en un dudoso artificio legal a manos privadas; siendo además que, esas empresas tuvieron su origen en la inversión pública estatal boliviana que fue capitalizada.

Sobre este mismo tema, algo que debería ser analizado junto a ese número reducido de empresas publicas, es la cantidad de recursos que pudo recuperar el Estado boliviano cuando se recuperó la propiedad de los recursos naturales o la posición estratégica del Estado en empresas estratégicas. Puesto que otro de los grandes cuestionamientos que se hizo al proceso de capitalización de ese entonces, fue que la inversión comprometida, nunca llego a concretarse; además que quienes ejercían el control sobre nuestros recursos, de manera sistemática y valiéndose de manipulaciones, negaron el pago de utilidades generadas en esas sociedades cuyo capital fue constituido con dinero e inversión de los bolivianos; pero, además eludieron el pago de los impuestos que gravan esas actividades.

Sin negar el valor del esfuerzo editorial y el importante aporte al debate público de la publicación, es necesario sopesar elementos como los anotados anteriormente e incorporarlos al debate y al análisis, para lograr un panorama mejor definido; pero además, se debe reconocer el hecho de que en el pasado se entregaron más de 200 empresas públicas a manos privadas, con manejos poco honestos por parte de los políticos de la época en procesos salpicados de manera escandalosa con prebendas y que a la postre no presentaron resultados positivos, dando lugar a la creación de dudosas fortunas, lo que debe llamar a la reflexión y evocar a la memoria histórica.

Finalmente, es necesario incorporar un elemento de análisis adicional, que aunque lo ha reconocido el autor del libro en público, se encuentra omitido en su análisis; y esto es, que la entrega de la inversión pública estatal a manos privadas, como se lo ha hecho en el pasado cercano, representa el soslayo de elementos que hacen a la propia historia boliviana; elementos tales como la recuperación del control de las empresas estratégicas bolivianos y de nuestros recursos naturales, junto con los ingresos de los que se privó al pueblo boliviano, que a su vez dejan demostrado que la privatización de una empresa pública no fue nunca una alternativa y ello conlleva oscuras consecuencias que pesan en el colectivo boliviano.

 


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