INTELIGENCIA LINGÜÍSTICA

La capacidad de formular el pensamiento en palabras y usar el lenguaje de manera eficaz, incluyendo la sensibilidad para los sonidos, los significados y función de las palabras y, el uso del lenguaje, comunicarnos entre personas, tanto de manera verbal como escrita, es lo que Howard Gardner le llama inteligencia lingüística.

Las personas en las que prepondera esta inteligencia, muestran mucha habilidad para comunicarse y transmitir con facilidad lo que quieren compartir con otro u otros; estas personas poseerán las cinco habilidades comunicativas: hablar, escuchar, escribir, leer y reflexionar.

La inteligencia lingüística o verbal se muestra muy desarrollada en personas con dotes de oratoria, persuasión y capacidad de habla como abogados, políticos, docentes, políglotas, traductores, escritores, poetas y compositores. 

La inteligencia lingüística es una inteligencia transversal a todas las demás inteligencias; porque, a cualquiera de ellas sirve para expresarla permitiendo mayor calidad ya sea al exponer un conocimiento de matemáticas, un plan o proyecto, un discurso o la misma conversación entre personas, evitando así malos entendidos que a veces se convierten en dificultades o problemas interpersonales y sociales.

Las competencias lingüísticas se conforman por el habla, la comprensión oral y la comprensión escrita. Escuchar es la primera habilidad lingüística que adquirimos en nuestra lengua materna; es lo que se conoce como una habilidad receptiva, o una habilidad pasiva, ya que requiere que usemos nuestros oídos y nuestros cerebros para comprender el lenguaje a medida que se nos habla.

Está claro entonces qué tan importante es la inteligencia lingüística que al igual que todas, requiere ser desarrollada, ser expresada/aplicada comunicacionalmente de la manera más comprensible para lograr los resultados que se busca. Es una habilidad muy necesaria para la gestión de proyectos, ya que cuanto más claro sea la exposición/presentación, menos conflictos habrá y mejor fluirá la cooperación/colaboración que se busca.

Existen varias actividades para desarrollar la inteligencia lingüística: Talleres de lectura, cursos de expresión literaria o narración de cuentos. “La lectura es el mejor aliado casi para todo; el teatro; debates; diario personal; actividades grupales, aprender nuevos idiomas, crucigramas, juegos de palabras, trabalenguas; aprender una palabra nueva cada día” son ejercicios que se pueden aplicar muy a menudo (https://www.vocaeditorial.com › inteligencia-lingüística). Otras actividades aconsejables son:  Practicar obras de teatro, realizar debates, escribir historias, insistir que recuerden nombres evitando el alguien o algo, aquí o allí; contarles cuentos e historietas antes de ir a dormir.  

Debemos tomar en cuenta la máxima: “Educar al niño, veinte años antes que Nazca”; esto es que mamá y papá deben tomar información necesaria y de manera impostergable antes de ser padres, dado que, los niños/as reciben estímulos desde su concepción y por ello deben tener la capacidad e interés, desde el vientre, de: “contarle historias, acariciarlos frotando la barriga y que la madre se mantenga muy activa.

Vale la pena estimular el desarrollo lingüístico del niño/a mediante el uso de gestos, miradas, movimientos de las manos y brazos, postura, risas, sonidos guturales, pausas, tono y velocidad de la voz, entre otros rasgos (lenguaje no oral), ejercitando exposiciones/demostraciones respecto a temas que se desarrollan en clases. La mímica con la que se acompaña las declamaciones tienen significativa importancia no sólo para hacerla más expresiva/entendible la poesía, sino para ayudar simultáneamente al desarrollo de la inteligencia lingüística y para ello, no es suficiente extender los brazos y manos derecha e izquierda alternativamente monótonamente, sino, realizar diferentes acciones que expresen el sentido literario del poema.

Esta inteligencia como las otras debe ser aprovechada como pista para elegir una carrera como literato, poeta, escritor, comunicador social, periodista, publicista, relaciones públicas, ciencias políticas, etc.; además, puede ser un gran compositor de canciones.


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