Tarija próxima al bicentenario de Bolivia

Es un aniversario más de la independencia patria y en el sur lo viviremos con mayor ímpetu debido a la parada militar nacional que se realizara en la ciudad después de 12 años, sin duda será un evento que favorecerá la economía local y fortalece el sentimiento patriótico y de pertenencia de la población, aunque también existen conspiranoicos (cívicos) que elucubran teorías sin sentido, dijeron que la parada militar sería una forma de amedrentamiento político, sin embargo, al igual que existe un grupo de personas que cree que la tierra es plana, seguro hay individuos dispuestas a creerles para  justificar su negativa  a que esta actividad puede ser una ventana para el departamento.

La historia del país, es la historia de la lucha de los pueblos por mejorar sus condiciones de vida, es una disputa por el excedente, estos momentos que mayoritariamente son violentos, son paridos tras largos procesos de acumulación política en nuestro país, son momentos de constitución de nuevos horizontes de época en los que Tarija es parte.

En ese sentido, el excedente se compone de ciclos económicos dados por la explotación intensiva de ciertos recursos naturales altamente demandados por el mercado global, están los ciclos de la plata, estaño, hidrocarburos y el más reciente relacionado al litio. A partir del siglo XX estos ciclos económicos fueron acompañados de ciclos políticos entre ciclos de dependencia -desmantelamiento y de independencia - construcción nacional, que a la vez se nutren de mitos profundos que forjan la identidad boliviana, por ejemplo, el mito de la riqueza de Potosí, es decir, como un cerro de infinitas riquezas tras ser saqueado solo dejo pobreza o el mito del espectro español, relacionado a la negación por parte de algunos grupos sociales citadinos tradicionales, sobre las formas de dominio que españoles ejercían sobre mestizos e indios, situación que incomoda a mestizos en el poder por aquel periodo de sometimiento, estos mitos profundos son desarrollados entre otros por Guillermo Francovich.

Bajo este contexto general, Tarija es parte activa de la vida nacional y se puede afirmar que su elite tuvo en algún momento visión de país, como se evidencia a partir de las publicaciones de sus periódicos durante el siglo XIX y principios del siglo XX según establece Karina Olarte al respecto, esta visión de país posiciono al departamento en el debate nacional. En el ámbito económico, Tarija que para la década de 1930 tiene una creciente industria, Se hace relevante en la vida nacional a partir de la producción del primer pozo petrolero hace ya 99 años en Bermejo.

 Tras descubrirse en 1937 que la Standard Oil enviaba petróleo ilegalmente hacia Argentina, el gobierno de Toro nacionaliza el petróleo y bajo la ola de pensamiento nacionalista que se desata en el país se instaura el nacionalismo revolucionario como forma de entender la bolivianidad, posteriormente desplazado por la diversidad identitaria y cultural que da forma al sujeto plurinacional y a la Bolivia actual.

Tarija mayor productor de hidrocarburos del país, recibió gracias a un periodo de independencia y reconstrucción nacional de 2005 a 2014 un total de 3800 millones de dólares, de 2015 a 2019 igualmente 12.793 millones de bolivianos según datos de fundación jubileo, Tarija se encuentra en una encrucijada actual traducida por la frase “se hizo gas el gas” siendo el mito sobre la riqueza de Potosí un fantasma que recorre nuestras calles con mayor contundencia tras el anuncio sobre la venta de gas a la Argentina, entonces queda preguntarnos ¿Qué pasó?

Esta es una pregunta abierta de la juventud al grupo de personas que administraron siempre el poder y esa enorme cantidad de recursos, hoy las nuevas generaciones ven frustrarse sus sueños porque nos dijeron que “en Tarija ya no hay plata” cuando la verdad es  que solo hay para unos cuantos privilegiados; muchos emigraron llevándose en la espalda sus esperanzas que ya no encuentran en su tierra, bajo esta terrible situación debemos ser directos con las respuestas, si se revisa sin mucho análisis las páginas de la gaceta departamental o del concejo municipal son casi inexistentes leyes destinadas a la economía, la situación es peor si hablamos de la bancada nacional, en la gobernación y alcaldías no existen planes de desarrollo, pero además en la opinión pública se evidencia un inexistente debate sobre el futuro del departamento.

Debemos renunciar al aislamiento y la política impuesta de desarrollo endógeno; a Tarija le fue bien cuando se pensó en el país, el gas que ya no se exportara, pero alimentara la industria nacional a través de la históricamente necesaria sustitución de importaciones que se trabaja desde el gobierno nacional, debe ser una oportunidad para pensar creativamente, por ejemplo, en un impuesto compensatorio para las regiones productoras sobre el gas que se utilice para generar energía en todas estas industrias o pensar en que desde el gobierno nacional pueda dotarse  de más plantas industriales a las regiones productoras como forma de desarrollo alternativo.

El ciclo del gas llega a su fin, a casi 200 años de la fundación del país y ante un nuevo ciclo económico como es el litio, debemos pensar desde el sur en la posibilidad de ser parte del proceso de industrialización del litio, pero para esto Tarija tiene que entrar al siglo XXI, entender que es grande y diversa, debe ser una necesidad comprender que Tarija la componen 11 municipios, debe quitarse la pesada carga hegemónica que le impone su elite respecto a que es bueno y malo, cargas que son su fuente de poder y permite su sombría riqueza, pero también es el opio que empobrece vilmente al pueblo.


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