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La Deuda Pública como Realidad Constante

Actualmente, la deuda pública se ha convertido en un tema de preocupación constante para los países. La deuda de los países se ha incrementado desde antes del COVID-19, pero sin duda con la pandemia se aceleró con la disminución de los ingresos de los gobiernos. Al 2021, según el Banco Interamericano de Desarrollo, el Stock de Pasivos de América Latina y el Caribe fue de 112% respecto al Producto Interno Bruto - PIB de la Región. Sin embargo, en lugar de frenar el crecimiento de la Deuda Pública, se ve que en el mundo se están implementando innovaciones para hacerla más efectiva y enfocada en los objetivos esenciales de desarrollo que los gobiernos deben lograr. Los últimos años, ha habido avances significativos en los instrumentos de deuda que muestran cómo los países están explorando nuevas alternativas para enfrentar sus desafíos económicos y financieros.

Una de las innovaciones más destacadas en los instrumentos de deuda es la incorporación de contingencias, como por ejemplo los bonos indexados al Producto Interno Bruto (PIB). Estos instrumentos tienen la capacidad de aliviar los pagos de la deuda y estabilizar las finanzas públicas al reducir los pagos de intereses y principal en tiempos económicamente difíciles para los países. Los países que ya tienen experiencia con estos Bonos son: Costa Rica, Bulgaria, Bosnia y Herzegovina, Argentina, Grecia y Ucrania. Estos instrumentos están ganando protagonismo porque actúan como un seguro contra una recesión, ya que disminuye el riesgo de que la deuda pública se vuelva insostenible.

La implementación de estos bonos lleva muchos desafíos, por ejemplo, se ha visto que los mercados internacionales tienden a penalizar la falta de liquidez de los bonos indexados por el PIB, lo que hace que sus primas sean más altas en comparación con los bonos soberanos estándar. Por otro lado, en algunos países se ha llegado a cuestionar la posible manipulación de las cifras del PIB, lo que hace difícil la valoración de estos bonos. Por todo esto, surgieron los Bonos indexados a materias primas, que en función a la particularidad de cada economía, son más relevantes en los países dependientes de sus exportaciones.

Otra innovación importante en la gestión de la deuda pública de los países es la emisión de bonos temáticos. Estos bonos, como los bonos verdes, sociales y sostenibles, que tienen como objetivo movilizar el financiamiento necesario para políticas nacionales sostenibles y orientados al cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Esto ha llamado bastante la atención de inversionistas institucionales que están orientados a aspectos ambientales, sociales y de gobernanza. Los bonos temáticos permiten a los inversionistas diversificarse, mejorar sus rendimientos y mejorar la imagen de los emisores soberanos a nivel internacional.

Para emitir Bonos Temáticos, deben superar diferentes desafíos. Por ejemplo, normalmente la emisión de estos bonos puede ser costosos, ya que requiere el establecimiento de marcos institucionales especializados y perfiles creíbles de sostenibilidad. Por otro lado, la liquidez podría ser un obstáculo porque los inversionistas aún tienen un tamaño limitado. Para hacer frente a este último desafío de los Bonos Temáticos, los países están adoptado como estrategia la reapertura de emisiones anteriores, así como emitir bonos convencionales paralelos. No obstante, sus beneficios son claros, la emisión de bonos temáticos no sólo promueve la inversión pública sostenible, sino también coadyuvan en el establecimiento de marcos de referencia para evaluar y monitorear el impacto de dichos proyectos con estándares internacionales.

La deuda pública de los países, no se está frenando en el mundo, sino que se está innovando para hacerla más efectiva y enfocada en los objetivos esenciales del desarrollo. Actualmente existen diversos instrumentos para movilizar financiamiento para políticas sostenibles. Por su puesto, conllevan desafíos para asegurar su sostenibilidad, pero son beneficiosos para los países ya que contribuyen a un crecimiento sostenible y equitativo.

(*) Es Analista Financiero

 


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