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Fassil: Los errores, lecciones y propuestas de mejora

En esta gestión 2023, la extinta Entidad Financiera, Banco Fassil, fue protagonista de un escándalo advertido por hechos de fraude y errores financieros de proporciones gigantes, impactando la confianza de los ahorristas, prestatarios, inversionistas e infundiendo dudas a la sociedad. La Autoridad de Supervisión se vio forzada a realizar un proceso de intervención. Este incidente constituye un referente importante acerca de la fiabilidad sobre las prácticas respecto al control y la importancia crucial de la auditoría y riesgos en la detección y prevención del fraude-error. Analicemos el caso más a fondo, identifiquemos los errores cometidos y propongamos ideas para reforzar las prácticas en las instancias de control atribuibles.

Fassil, fue un banco con una trayectoria de más de 24 años, Fue fundado originalmente como el Fondo Financiero Privado Fassil en una cultura corporativa donde la presión por alcanzar objetivos de crecimiento y ganancias era abrumante. Esta presión desembocó en prácticas de control inadecuadas, donde el Accionista, Director y Gerentes recaía en algunas personas y la dirección estratégica no media los niveles de incremento que bruscamente se mostraban en sus indicadores financieros para cumplir objetivos, con una lógica que la podemos definir como “finanzas creativas “ .

Estos hechos fueron previstos y sofisticados e involucraban múltiples tácticas, generándose a través de altas tasas de rentabilidad a los ahorristas, créditos desviados a empresas conexas- vinculadas y la creación de empresas financieras filiales, de publicidad, informática y de bienes raíces, entrelazadas entre si que aparentemente tenían la finalidad de extinguir responsabilidades del accionista del banco y de las subsidiarías del holding del Grupo Financiero. Fue hasta el mes de abril de este año cuando se descubrió estos hechos, inicialmente por un préstamo millonario irregular a una joven de 18 años, causando una caída estrepitosa del banco y detención de sus alto directivos.

La auditoría y la gestión de riesgos, instancias de control atribuibles, son esenciales para detectar y prevenir el fraude y error en cualquier entidad. Sin embargo, en el caso Fassil, los auditores y responsables de la gestión de riegos no lograron desempeñar este papel vital. ¿Cuál fue la razón? La presión ejercida por la alta dirección y la complejidad para ejercer un control sobre las finanzas creativas jugó un papel en este caso. Sin embargo, el factor principal fue que estas instancias de control no cuestionaron suficientemente la integridad de las operaciones financieras y estratégicas que realizaba el ex banco Fassil.

El rol de la auditoria interna y externa debe mantener un alto grado de escepticismo profesional y rigor en su trabajo, algo que, en este caso, falló. También los responsables de riesgos y administradores de esta, no lograron una gestión en los riesgos de liquidez, operativo, mercado y crédito que la normativa exige desde la ley, lo que puede haber conducido a una excesiva discrecionalidad en el manejo del ex banco por los directivos y a una falta de objetividad en los procesos de control previo y posterior.

El fraude-error del caso Fassil proporciona valiosas enseñanzas. En primer lugar, resalta la necesidad de cultivar una cultura corporativa ética y responsable. Las empresas deben fomentar un ambiente donde los empleados se sientan cómodos para expresar sus preocupaciones y donde la integridad sea más valorada que el cumplimiento de objetivos a corto plazo.

En segundo lugar, se hace evidente la importancia de una auditoría rigurosa y meticulosa. Los auditores deben mantener un saludable escepticismo profesional, estar dispuestos a cuestionar y examinar en profundidad las prácticas contables y financieras de las empresas que auditan. Una gestión integral de riesgos como vision intermedia entre el banco y el cliente puede ser una práctica útil para mantener la objetividad que amerita la participación de una entidad financiera en la sociedad.

Además, el caso Fassil pone de manifiesto la importancia de la regulación y supervisión en el sistema. La regulación debe estar dispuesta a actuar contra las instancias de control que no cumplen con sus deberes y garantizar el cumplimiento de la normativa, asimismo, la supervisión alcance a abordar las tácticas de fraude emergentes.

En resumen, el caso Fassil es un claro recordatorio de que el fraude - error puede ocurrir en cualquier empresa, independientemente de su tamaño o reputación. Todos los actores involucrados, desde los empleados hasta los reguladores, deben estar vigilantes y comprometidos en la prevención del fraude. A través de una auditoría y gestión de riesgos efectiva y una cultura corporativa ética, podemos esperar minimizar la posibilidad de que se repitan incidentes de fraude-error en el futuro.

 

 

*es Experto en Audit, Assurence & Tax


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