Importante evaluar los fines, objetivos, metas y estructura del sistema de educación 

El fin supremo de la educación es formar hombres y mujeres plenamente conscientes para ejercer su libertad de sentimiento, su libertad de pensamiento y su libertad de acción/actitud como ser humano, con buena tenencia y ejercicio de valores, responsabilidad, democracia, igualdad, unidad y justicia, sin discriminación de ninguna índole. 

Louis Althuser define a la escuela como aparato ideológico del estado y, claro, la escuela/educación reproduce los aspectos socioculturales y las relaciones de producción de una sociedad; por lo que, la estructura del sistema educativo debe corresponder sincrónicamente a sus principios, fines, objetivos y metas.  

Cabe destacar que los aspectos socioculturales y las relaciones de producción de una sociedad, con el paso del tiempo se desarrollan/cambian, por el progreso que corre y por ende, también cambian los fines, objetivos, metas y hasta modelo educativo, debe cambiar; pues, una realidad era Bolivia o su territorio geográfico en tiempos remotos como el Imperio Incaico o antes, otra durante la colonia o durante la vigencia de la república, otra antes de la revolución del 52 y hoy aún más diferente al ser Estado Plurinacional,  a 16 años del llamado proceso de cambio. 

Nótese entonces que, para el momento histórico de cada realidad, su visión de futuro tuvo que ser diferente; pues los fines, objetivos, metas y estructura del sistema educativo debieron tener su diferencia; como que hoy, en un nuevo momento histórico en el que nos encontramos, la visión y misión a definir deben ser también diferentes y propi@s para lo que queremos como futuro de sociedad; para lo que se debe definir la educación que ciertamente precisamos y queremos. 

Ahora cuando se tiene definido que en abril de 2024 se realizará el congreso de la educación boliviana, habrá que evaluar la condición de sociedad que tenemos, nuestra situación económica (producción, industrialización, condiciones de vida), nuestra situación de salud, la situación política (democracia real, autoritarismo, paz y armonía), etc. para imaginar la educación que necesitamos hacia el logro de un futuro de bienestar para todos, absolutamente para tod@s los bolivian@s.

La estructura del sistema de educación, particularmente de la educación regular, debe corresponder y ser plenamente compatible a los fines, objetivos y metas, que pudieron ser objetivamente demostrable a lo largo del tiempo desde la fundación de la república (6 de agosto de 1825), las escuelas pitanzas (1940), escuelas municipales (1.845), la fundación del primer núcleo indigenal de warizata,(2 de agosto 1931), el Código de la Educación Boliviana (1955), la reforma estructural de 1.969 (el ciclo intermedio), la reforma por Ley 1565 (1994) y la reforma por Ley 070 (2010). Además de la estructura de educación regular se tiene el subsistema de educación alternativa y especial y el subsistema de educación superior y de formación profesional, Existe Educación Urbana y Educación Rural. 

Después del largo etnocidio cultural por la castellanización a la que estaban obligadas las 36 naciones originarias, recién al finalizar los años 70 se redimen a estos pueblos, aplicando la educación intercultural bilingüe, con lo que además de otorgarse justicia social se crea una oportunidad de potencializar la educación de los estudiantes de lengua originaria; aunque no se da el caso en todas las lenguas. 

En la Ley 1565, artículo 11 se da pie a una educación desgraduada que muy bien podría sincronizarse con el artículo 25 de la Ley 070 en lo que hace a personas con talentos extraordinarios. Se postula/pregona la igualdad, pero la educación se diferencia en fiscal, de convenio y particular con lo que no se cumple el lema “De una educación de castas a una educación de masas”. No existe educación pública. 

Hoy también debemos tomar en cuenta que el paradigma de vida hasta ahora es un modelo exitista, de la acumulación, paradigma ganar – perder que estimula a la depredación del medio ambiente, por cuanto hay quienes extraen, explotan, y se apropian de la riqueza natural causando daño irreparable al ecosistema; por lo que, se debe optar por un cambio de modelo de vida como es el cuidado que pregona el filósofo Bernardo Toro, mismo que implica que para cuidarme debo cuidar al otro u otros, cuidar el planeta con lo que me estaría/nos estaríamos cuidando todos. 

Esta es una simple opinión para el trabajo preparatorio al Congreso de Educación, evento de trascendental importancia para definir el nuevo paradigma de educación que precisamos tomando en cuenta que la educación al ser el aparato ideológico del estado, debe constituirse, realmente, en una estrategia de desarrollo integral, no sólo educar/formar para empleados, sino y sobre todo, para emprendedores, como actores de una democracia participativa y plena, para ser protagonistas de la más indisoluble unidad y progreso, respetuosos del pensamiento diferente e infatigables ciudadanos de bien en igualdad de condiciones; todos con los mismos derechos y las mismas obligaciones. El Congreso nos da la oportunidad para hacer de la educación una política de estado y no sólo sea política del gobierno de turno, como generalmente fue hasta ahora. 

 


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