William Bluske Castellanos, un mensajero premonitorio e imperecedero
Toda tradición tiene su estampa, en el poema edificante de la vida.
Lo humano y trascendental se congratulan en la cima del destino de los pueblos, por intermedio de sus avatares misteriosos.
William Bluske Castellanos, constituye -a no dudarlo- uno de esos elegidos.
A pesar de haberle tocado vivir una época especificada por hombres de árida inteligencia y por aviesos estrategas de mediocres estamentos perpetuos, su generosidad en los sentimientos y su espontaneidad en los afectos, marcó una senda de profunda raigambre chapaca, recordándonos a todos, que hubo edades felices en que el hombre no vivió solo de hogaza y no tuvo como único propósito el gozar de prosperidades, riquezas y privilegios.
Bachiller del Colegio Nacional San Luis. Doctor en Ciencias Políticas y Sociales, de Juan Misael Saracho de Tarija y San Andrés de La Paz. Post grado, Programa Interno de las Naciones Unidas. Nueva York.
Su vocación fue por la plenitud de la existencia. El pensamiento sumo arranca de un especular equidistante entre la melodía y el granito. En un cierto momento el pensador óptimo, experimenta que el latido de la circunstancia histórica le platica con un lenguaje nuevo.
Bluske Castellanos asimiló su tiempo sin ambages. Ciudadano del mundo buena parte de su vida: Delegado de Bolivia para la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas. Conferencista oficial en eventos interparlamentarios: Venezuela, Puerto Rico, México, Sri Lanka.
Embajador de nuestra patria en España, Ecuador Colombia, asaz, nos dio un ejemplo superlativo de tarijeñismo y bolivianismo como: Senador por Tarija, Prefecto del Departamento y Burgomaestre de la Villa de San Bernardo de la Frontera.
¿Su inmodestia máxima? ... -portando en las alforjas una amistad cardinal con el actual rey de España- fue la de haber sido durante 4 años, Corregidor del minúsculo Cantón de San Luis de nuestro valle central.
Lo que en lenguaje filosófico se llama Intuición de Esencias, solo puede pergeñarse y perpetrarse mediante sendas obstinadas, examinadas y controladas por intermedio de una abstracción superlativa: ¿Pudo algún chapaco identificar la profunda idiosincrasia valluna con la cualidad y clarividencia de William Bluske en “Subdesarrollo y Felicidad”; “Don Timoteo y su Lazareto” o en “Y Dios Hizo a Tarija”?
¿Quién, como Bluske Castellanos, podrá expresar -de la manera más primordial- la crisis del hombre en la modernidad, realidad en la cual: del ser capaz de “dar razón de las cosas”, se volvió cada vez más “servidor y acápite” de las mismas?
¿Quién como él, en esta globalización gélida y en este neo liberalismo implacable que habitamos, podrá señalar con más categoría de fueros, la crisis de esos privilegios espirituales otorgados al hombre desde su provenir primigenio?
Con preseas como: “La Orden Nacional al Mérito” del Ecuador y la “Orden de San Carlos” de la república de Colombia: William Bluske, amaba la sencillez de su taller de ceramista exquisito, primoroso y delicado. Tal vez en esa greda -amable y donosa a sus privanzas-, presentía la realidad de un sino que hoy homenajeamos y reverenciamos.
Sus modelados, sagaces e imaginativos, alegaron ser la mejor defensa contra la dictadura del tiempo, vale decir contra la senectud y el fallecimiento.
A través de sus obras literarias, fue uno de los mayores embajadores de Tarija en el interior y en el extranjero. Tal vez transcurra mucho tiempo, hasta que un escritor chapaco como él, llegue al logro de ver su obra traducida a idiomas tan exóticos como el japonés.
Él comprendió que: de fantasías, fábulas, imágenes, necesita el ser humano como del pan cotidiano. Que su efecto benéfico restaura al hombre, como el agua del cielo resucita y fecunda los labrantíos sedientos.
La Institución Científico-Cultural “Siembra”, -que honramos presidir- tuvo el privilegio de contarlo entre sus hermanos. Su revista gozó la dispensa de publicar su literatura. Sus programas televisivos perpetuaron su estampa de tenaz caballero.
Nosotros gozamos el don de presentar uno de los libros suyos y a su vez el hado de que participara en el bautizo de una de nuestras obras poéticas. Fueron inolvidables-para nosotros que realzamos su amistad profunda- las palabras suyas que él profiriera en éste último fasto. Decía el: “Tarija fue tierra de poetas, badulaques y políticos. Edmundo Torrejón Jurado es exponente de los poetas, que se cuenta entre los grandes. De los badulaques -aquí- un servidor y de los políticos, ellos son: Fulano, Mengano y Perengano...porque de ellos nada se sabe”
¡Loor! a la galanura de William Bluske Castellanos, a su autoridad intelectual, a su bonhomía, a su deambular solemne por los caminos del mundo, portando siempre un poco de su tierra natal para bendecirla al orbe.
¡Salve a su augusta familia!... En esta noche en que el orgullo máximo, debe coronar su estirpe.
Gracias.-
Xanadú de San Isidro, 16 de febrero de 2005