El Cabildo del 25 de enero, agudización de la crisis o alternativa para enfrentarla

Se define la crisis como “el cambio profundo y de consecuencias importantes en un proceso o una situación, o en la manera en que estos son apreciados.” El primer trabajo para enfrentarla, es precisar sus componentes, identificar sus causas para diferenciarlas de sus efectos y estudiar sus posibles escenarios futuros.

Esta semana, con la realización del Cabildo Nacional, tendremos una aproximación para enfrentar alguna de las razones que mantienen tensionada nuestra vida y al borde de la violencia y la zozobra. Aunque los encuentros se desarrollarán en los nueve departamentos, la atención del gobierno y su sistema de inteligencia, reacción y represión, estará sobre Santa Cruz.

Dos elementos sobre el Cabildo. El carácter nacional y la fuerza de las propuestas serán cuestionadas por el gobierno al existir cívicos y alcaldes de 4 regiones que le han dado la espalda. Los cívicos de Cochabamba y Chuquisaca, y los alcaldes de El Alto y de Trinidad, han rechazado la convocatoria.

El segundo tiene que ver con su cualidad nacional y por ello, con propuestas que superen las críticas a los anteriores que tuvieron base departamental; temas como el conseguir la restauración del Estado de Derecho, la recuperación de la democracia, libertad de todos los presos políticos y el cambio radical de la justicia” buscarían esos objetivos; y aunque el enfoque es compartido por la mayoría de los departamentos, la dificultad estará en compatibilizar los tiempos y los entusiasmos para aplicar las medidas a plantearse.

Junto con la organización del Cabildo, existe una agenda de la coyuntura que ya está identificada en una Ruta Crítica de mediano y largo plazo, y que pasa por medidas concretas e inflexibles: la elección de los órganos del Poder Judicial, la realización del Censo y el uso de sus resultados, los ajustes al sistema electoral para garantizar elecciones que superen los problemas del 2019, y la nueva distribución de escaños y recursos. Esta secuencia, exige fechas definitivas en el calendario.

Unida a esas medidas relacionadas con la estructura estatal, está la lista larga de molestias y demandas que necesitan respuestas en la coyuntura. La libertad de los detenidos y perseguidos políticos, a la cabeza de Luis Fernando Camacho y Janine Añez; la reforma judicial; las voces cada vez más radicales que levantan el federalismo; el creciente escenario de confrontación y violencia producidas por el narcotráfico y la inseguridad jurídica de la propiedad y la producción; las dificultades sociales, culturales y étnicas agudizadas por procesos raciales y migratorios irresueltos; los servicios públicos básicos, carentes en las áreas rurales o insuficientes en las ciudades; definición de la relación del Estado con las Entidades Territoriales Autónomas, a concretarse en el pacto fiscal; la disminución ostensible de recursos públicos para cubrir las necesidades del Estado central; la política confrontacional con los sujetos de la actividad privada; la insistencia gubernamental en un modelo de inversión pública, ineficaz y corrupto; y el descontrol colectivo sobre los recursos naturales, el ambiente y la sostenibilidad.

A estos dos bloques de medidas, el de la urgencia que tendremos que empezar a enfrentar esta semana después del Cabildo, y el de la Ruta Crítica de temas coyunturales y estructurales ya identificados, existen dos problemas ligados a la realidad política. Uno es la confrontación interna del MAS manifiesta en la gestión de gobierno y en la beligerante ruptura de su organización partidaria; y el segundo, es el definido por el gobierno que convirtió a Santa Cruz en su contendor político, y que lo expresa en violencia desproporcionada, falta de respuesta a las demandas de los sectores económicos y productivos que no se sienten apoyados para superar la crisis, y en el desconocimiento sistemático de un modo de vida, cultural y económico, diferente a la visión que se tiene desde el poder central.

La existencia de dos películas, la que ve el gobierno desde la Casa del Pueblo a 3.600 msnm en su informe anual, y la que demandamos desde la ciudadanía, parecería no tiene solución sino por la imposición, la violencia y la derrota del enemigo, escenario que alienta el gobierno para tratar de superar sus confrontaciones internas.

Mañana tendremos una aproximación al libreto de los dos actores. Todavía no se ha dicho la última palabra y estamos a tiempo de un esfuerzo que empiece a arreglar los entuertos.

 

 


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