La educación: farsa de politiqueros

Por lo menos en Bolivia, desde que tengo uso de razón, la educación no deja de ser una farsa, ya que no hay discurso político de quienes tienen la aspiración de ser gobernante en cualquiera de los niveles de nuestro país, que no prometa como su primera obra de gobierno, resolver las necesidades y problemas de la educación. Dotar de una buena educación para todos, siempre ha sido la más vil y canalla farsa, salvo honrosas excepciones. Me respaldo en los resultados de las evaluaciones del UNICEF, ya que Bolivia en uso de su soberanía no permitió ni permite la aplicación del Sistema de Evaluación PISA. Tampoco funciona el Observatorio Plurinacional de la Calidad Educativa (OPCE) creado en el país el 2010; pero que, si tiene el personal correspondiente asignado.  

La pregunta es: ¿Por qué la educación nunca deja de ser la primera promesa y la que nunca se cumple? Quizás porque desde siempre se dice que la educación es lo primero, y por eso también es la mentira o farsa más a mano disponible de los llamados políticos (politiqueros) para embaucar a los ciudadanos de poco caudal en conocimiento y educación, y así, de esa manera lograr sonsacarles el voto que los ungirá como mandatarios, que como tales deben hacer lo que los mandantes (los electores) a la hora de la hora, tienen el derecho y deber de exigir se les cumpla. Pasadas las elecciones y posesionado en el cargo el mandatario funge, además, de mandante, porque es él quien manda y ordena (¡es la autoridad!) haciendo caso omiso a quienes por ley y por derecho le exigen cumplimiento de las obras prometidas. Es la hora en que los mandantes deben peregrinar ante los mandatarios en buscas del logro de cuanto tan fácilmente prometieron cuando candidatos... ¡Qué ironía!  

“La NASA realizo con Bet Jarmen y el Dr. George Lan un estudio para medir la potencialidad de genios y lo aplicaron a 1.600 niños de 4 y 5 años; fue muy grande el asombro al encontrar que el 98% de los casos estudiados tenían puntuación de genios; pero fue más aun el asombro, pero esta vez en sentido contrario, cuando después de 5 años vuelven a aplicar la prueba y, resulta que el 68% más de los casos estudiados dejaron de ser genios (Solo quedaban el 30%). Cuando ya jóvenes de 25 años quedaban solo el 2% que tenían potencial para genios”.  

Ante estos resultados, concluyeron diciendo “que formar gente creativa e inteligente no es conveniente para los que quieren dominar el mundo, ellos necesitan callarlos mentalmente y para eso utilizan un sistema educativo simple, y orientado a apagar la creatividad de las personas; no les enseñan para crear, les enseñan para obedecer” (Red Educativa Mundial. 6 de julio 2017).  

En concordancia con este estudio, a mi entender existen intereses creados de la clase política que desde la escuela prusiana y con el advenimiento de la revolución industrial, se necesitaba personas disciplinadas, trabajadores obedientes para que rindan la mayor ganancia posible a sus empleadores; como que les decían: "yo te recibo en el trabajo, pero cuando entres a la jornada deja tu cerebro afuera hasta que cumplas tu horario y al salir lo recoges".  

Esta política fue apropiada por los políticos criollos que lo que les interesa es coronarse de manda más y para hacer ello, requieren ser votados por el gran caudal de la ignorancia, ser elegidos mediante el uso de una serie de diatribas, de ofertas clientelares y sin mayor compromiso como persona o profesional honrado. Como que de lo que se trata es de tomar la leche de la vaca (la economía del estado) a vasos llenos, pensando en su particular futuro como el de su familia y amistades y poco o nada en el bien de todos, en el bien de la patria. De todo lo que en este párrafo describo me remito a lo que a diario se da a conocer por los medios de prensa escrita, televisiva y radial que ocupan quizás el 70 u 80% del tiempo y cantidad de información en sus programas diarios.  

¿Cuándo y cómo será la educación el instrumento base del desarrollo, como se pregona?, instrumento que, si seria "tal", formaría personas y una sociedad con un buen nivel de conocimientos, de ética y de valores con los que sería posible acabar con esta farsa o crimen llamado educación, impuesto por la llamada ¡política!


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