Elecciones en la UAJMS ¿Por qué no perdió “Lalo” Cortez?

El continente y Bolivia viven un momento de extrema polarización, entre una derecha con tintes fascistas y el populismo de la considerada segunda ola continental, en este sentido, la Universidad al ser sociedad concentrada no es una excepción.

El jueves 28 de julio, se llevó a cabo la segunda vuelta para elegir al nuevo rector de la UAJMS, donde gano Eduardo Cortez, a lo largo de casi un mes de campaña y pese a haber tenido un trabajo en Redes Sociales importante, hubo una premisa contraria que se impuso en la campaña, esta es: “En Tarija la gente odia al MAS, por tanto, un masista no puede ganar”, es decir, el odio a un partido como estrategia de campaña.

Es así, que habrá que preguntarse ¿qué es este odio al MAS?, ¿de dónde viene?, ¿quién lo difunde y porque al final fallo?  En primer lugar, es importante mencionar que el odio al MAS es parte del discurso ideológico, es una creencia que ayudara al individuo a moldear una forma de entender su realidad. Retornando al proceso electoral, la forma de expresar este odio, fue a partir de la violencia, tanto en redes sociales, como en las calles, que demuestra el nivel de polarización existente.

La violencia, agregada al diario vivir, fuera de un momento de crisis general, tiene el sello de la realidad de una formación social atrasada, por ejemplo, en el caso de Tarija, la industria de vinos y singanis es aun precariamente industrializada en relación a la cantidad de tierras habilitadas para la producción, la cantidad de producto, o el uso extensivo de maquinaria, aunque la misma conjuga otras formas de acumulación social y cultural importantes en el Valle Central de Tarija, propias de sociedades abigarradas y no de sociedades homogéneas y preminentemente capitalistas.

El sujeto presente en la UAJMS, es de origen humilde, la mayoría del área periurbana, migrantes del campo o el interior del país y pertenecientes a una nueva clase media, sin embargo, pese a las características específicas que adquieren en su diario vivir, ingresan a un proceso de blanqueamiento, es decir, que el sujeto adopta rasgos que le ayudan a ganar capital social y cultural a modo de poder valer más para el grupo dominante, es cambiar sus rasgos de origen por los que tienen mayor valor en el medio, por ejemplo, moldean su acento, se pintan el pelo de rubio o intentan incluirse a estos grupos de poder imitándolos o reproduciendo formas de servicio en favor de la clase dominante, entre otros. Así, la irradiación de esta ideología en la U, a partir de su premisa de odio al MAS, es simplemente un acto de validación para la acumulación de capital social.

El resultado de la elección, denota que la ideología dominante se resquebraja y que su premisa de odio al MAS se agotó, ya que no es ningún secreto la filiación política del rector electo, es más, gente del grupo OJOTA cercano a la alcaldía de Tarija y Ezequiel Cuellar candidato a concejal por Unidos en Uriondo, entre otros, apoyaron a Cortez pese a su teórica distancia ideológica.

En momentos de crisis económica, los aparatos ideológicos encargados de reproducir los dogmas hegemónicos, son sobrepasados por el pueblo, así estos sistemas de creencias empiezan a diluirse. Igualmente, los estudiantes en su voto, demostraron que ellos y la sociedad ya no auto imponen su servicio, a favor de unos cuantos.

Este puntapié, de inicio de cambio, significa no solo un momento real hacia la autodeterminación sino de conciencia, la universidad es reflejo de la sociedad y termómetro de los cambios, la no derrota de “Lalo” puede ser parte de un punto de inflexión para el futuro de todos.


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