Anatomía de la insostenibilidad ambiental en el contexto potosino

Bolivia, un país con base extractiva en sus políticas económicas, donde impera el crecimiento económico a costa del sacrificio del medio ambiente. A un nivel territorial Municipal, Potosí, no está lejos de esta dinámica de interacción humano – medio ambiente atroz. A seguir se analiza el nivel de aplicabilidad de políticas públicas basadas en el desarrollo sostenible (dimensiones: ecológica, social, económica, cultural, política y geográfica) como alternativa al desarrollo depredador.

Comencemos por la económica, el Municipio de Potosí tiene la base de su economía la actividad extractivista. Actividades mineras que cuentan con licencia ambiental, presentan informes de monitoreo, basada en una norma altamente permisible en los umbrales máximos, y ni que decir de las actividades mineras que operan sin licencia ambiental. Aunado por costos ambientales acumulados desde décadas y heredados a las nuevas generaciones, en pasivos ambientales que duermen un sueño de terror.

La sociedad no ha internalizado la magnitud de esta problemática; pues existen actividades mineras clandestinas aledañas a fuentes de abastecimiento de agua, caso laguna Masuni (sistema lagunas Kari Kari), con posible afectación a su calidad por contaminación. Asimismo, en la planificación del presupuesto en los Planes Operativos Anuales, se prioriza proyectos de infraestructura y fomento al consumismo de la población. Por ejemplo, los últimos años el presupuesto para el barrido de calles, es trece veces mayor que el presupuesto para educación ambiental.

Lo cual se traduce en una dimensión ecología muy afectada, los límites de la naturaleza han sido rebasados en inmediaciones a actividades mineras y socavada por una inadecuada gestión, sobre todo de las autoridades y la sociedad que “normaliza” la contaminación, lo que refleja sistemas de dominación dentro de la dimensión social y cultural con sujetos pasivos de repetición cultural.

Lo político, vincula procesos de democratización, construcción de ciudadanía e instauración de la sustentabilidad como política pública. Dentro de las políticas públicas del Municipio, no se evidencia ninguna destinada al desarrollo sostenible, quizá solamente a proyectos temporales. También existe fortalecimiento a organizaciones sociales y comunitarias que trabajan por el Medio Ambiente. Tampoco han instaurado procesos para garantizar acceso a la información ambiental generada por la institución. De la misma manera, no se visibiliza políticas públicas de fomento al componente género del desarrollo, al contrario, se busca callar la voz de organizaciones feministas, desde los niveles del ente deliberante, declarando ciudadanas no gratas (colectivo “Mujer de Plata”), en una muestra del machismo misógino, de una sociedad que se refleja en sus gobernantes.

En lo geográfico se observa reducción de planes de uso de suelo, a ciertas categorías, en el ámbito urbano; en el rural no se ha abordado la planificación a nivel de territorio con base a estudios previos de potencialidades y vulnerabilidad. Ejemplo es el crecimiento desbordante de actividades mineras en el distrito 16 Concepción, con impactos ambientales a muy largo plazo. Actividades mineras de acopio de minerales e ingenios mineros se encuentran dentro de la mancha urbana. Si bien existen proyectos para relocalizar en un parque de ingenios, no existe medios económicos para concretizarlo, tampoco una política propositiva de los empresarios.

Por tanto, el nivel Municipal en Potosí desde las posturas del Desarrollo sostenible, es débil; no internalizado en los gobernantes ni en la sociedad. Las actividades más depredadoras y extractivas como la minería, tan solo han instaurado medidas de mitigación. No están implantados como política institucional en Planes Territoriales de Desarrollo Integral.

Tristemente este Municipio es ejemplo de sustitución del capital humano por el capital natural (en términos económicos, constituye una forma de estimación del valor de un ecosistema, una alternativa a la visión más tradicional), es decir, basar los ingresos del Municipio en términos de desarrollo económico, con indicadores tradicionales como el producto interno bruto (PIB), mismo que no describen la sostenibilidad económica, social o ambiental a largo plazo de los modelos actuales de crecimiento. Por tanto, hay mucho por trabajar, invertir y deconstruir, para una transición justa a lo sustentable.

 

*es fundadora de Acontravia.com e Integrante de Mujer de Plata


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