Importancia del maestro en el desarrollo de la humanidad

Maestro/a, se destaca por su perfección y relevancia, porque está hecho con maestría, porque tiene un buen nivel de formación personal, científica, artística y técnica y, en tal caso, tiene dominio de los conocimientos de la disciplina – materia o del curso a regentar o que regenta y de la forma didáctica/pedagógica que la debe impartir, junto a la buena dosis de creatividad que debe demostrar en el desempeño de su labor.

La educación no es una disciplina estática y uniforme, responde a necesidades específicas, por lo tanto, quienes ejercen la función de maestro no siempre tienen exactamente el mismo trabajo. Cada realidad debe ser atendida con la máxma pertinencia y especialidad.

Conforme a las dimensiones del Currículo Base de la Educación Boliviana y la Ley 070 Avelino Siñani – Elizardo Pérez, la tarea/función del docente radica en promover/generar, facilitar o dirigir a los dicentes a “aprender a aprender, aprender a hacer, aprender a ser y aprender a decidir” de manera autónoma y fundamentada/consistente, su desarrollo cognitivo y personal, mediante estrategias aplicadas al aprovechamiento de los recursos/medios y la información disponible.

Es un gran acierto y cualidad que distingue al buen maestro, aplicar el círculo de aprendizaje, en el desarrollo de todos y cada uno de los temas; porque al seguir este proceso: Experiencia, Reflexión, Conceptualización y Aplicación, la creación/formación del conocimiento sigue un proceso lógico y de convencimiento científico demostrable, en disciplinas duras y habilidades blandas en su formación integral del sujeto y objeto del proceso educativo.

Lesli Hart, con su frase “Enseñar sin saber cómo funciona el cerebro, es como querer diseñar un guante sin nunca haber visto una mano”, cuestiona y convoca a  los educadores a tener pleno conocimiento de la neurociencia aplicada a la educación, misma que en la actualidad se viene aplicando en diferentes partes del mundo y que junto a la pedagogía moderna está potencializando el aprendizaje y elevando el nivel de rendimiento educativo de los estudiantes, en cumplimiento a los objetivos de aprendizaje y objetivos de desempeño definidos cuidadosamente, por quienes cumplen la función de agentes de la construcción del saber.

Aún se está en el dilema entre si se debe enseñar conceptos, memorizar frases, reglas y fórmulas o, se debe facilitar, activar, orientar el aprendizaje (cablear cerebros), respecto al rol del maestro; es decir si lo que se debe hacer como desde su origen de la escuela pública (siglo XVIII) es transferir/trasvasar saberes u, hoy es provocar, motivar, facilitar al estudiante para que por reacción cree/brote conocimientos propios.  En nuestro país, podemos estar seguros que si no son todos los maestros en ejercicio de la profesión, que están plenamente actualizados y activan una educación acorde con los tiempos que vivimos, son la inmensa mayoría; por ello, debemos ser optimistas que al amparo del reciente slogan del Sr. presidente de la república Lic. Arce Catacora: “No sólo queremos educción, sino calidad educativa”, se aplique el mismo y se volcará todo el esfuerzo por hacer educación de verdad. Esta es una gran esperanza.

“Construir conocimiento no es precisamente aprender/memorizar conceptos, toda vez que la construcción del conocimiento se da por aproximaciones sucesivas desde la descripción reveladora, pasando por el análisis que transforma el objeto a un proceso de comprensión que subjetiva la visión del otro. (http://www.scielo.org.mx › scielo). El estudiante como sujeto/objeto de la educación, construye el conocimiento de manera activa, interactuando con el objeto de estudio y logrando que el nuevo conocimiento adquiera significado cuando se relaciona con el conocimiento previo. El contexto social y cultural del estudiante influye en la construcción del significado.

“El conocimiento se adquiere mediante una pluralidad de procesos cognitivos: percepción, memoria, experiencia (tentativas seguidas de éxito o fracaso), razonamiento, enseñanza-aprendizaje, testimonio de terceros, etc. Estos procesos son objeto de estudio de la ciencia cognitiva”. (el conocimiento-pilosofia, scientia et praxis.8 de mayo 2012).

Hasta acá tenemos un pantallazo de la performance/protocolo a cumplir por un maestro/a y cuán importante es su trabajo para el desarrollo de la humanidad, cuán actualizado y aplicado debe estar/ser, para ubicarse en la ola de la innovación/creación que haga que el estudiante, fundamentalmente, “APRENDA A APRENDER” para promover el desarrollo de la ciencia, el arte y la tecnología, con sus consecuentes beneficios; para ello, hay que dejar la eterna normalidad a la que se habría vuelto después del COVID-19, un modelo de mantenimiento del retraso en el que desde siempre nos mantenemos en educación.

En esta estática situación, el verdadero maestro es víctima del politiquismo barato y de una especie de narcicismo educativo de los gobiernos de turno que imponen lo que los educadores deben hacer y como lo deben hacer en beneficio de sus intereses político partidarios, intereses no condicentes con la necesidad de construir patria para todos y no sólo para quienes gobiernan y se aprovechen del poder para su propio beneficio. Digo narcicismo al hecho de verse en su espejo imaginario, lo bien que se ven quienes dirigen a la educación.

Hoy 6 de junio, fecha en la que se cumplen 111 años de la llegada a suelo boliviano del faro de luz que significó la fundación de la primera escuela normal de maestros de la república de Bolivia (Sucre), con cuyo motivo se recuerda el DIA DEL MAESTRO, debe ser una razón para que todo el pueblo boliviano reconozca su trabajo a tan importantes servidoras/res, en el primer derecho del hombre o mujer boliviana después del derecho a la vida. ¡FELICIDADES DIGNISIM@S MAESTR@S BOLIVIAN@S EN SU DIA!


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