La eterna expiación de abril
En abril recordamos una serie de escaramuzas libradas por los montoneros del valle central de Tarija, que tuvieron su cenit el 15 de abril de 1817, donde los montoneros, junto al ejército auxiliar argentino derrotan a las tropas españolas, logrando la libertad de los hombres y mujeres de Tarija, es así que desde el sur escribimos nuestra página de lucha por la libertad, este año en abril además de la batalla de la Tablada, se celebró semana santa, es por este motivo que cabe la pena hablar de creencias y política.
La expiación es la eliminación de la culpa o pecado a través de un tercero. El sujeto culpable queda absuelto de cualquier pena por medio de un objeto, animal (chivo expiatorio) u otra persona.
Así, el gobierno central, es el perfecto chivo expiatorio que justifique el fracaso y colapso del modelo autonomista, que a diferencia del modelo autonómico que es institucionalizado y con visión objetiva sobre el desarrollo, este modelo autonomista es guiado meramente por “creencias” que delinean una realidad que no existe en lo concreto, son las fantasías de una elite citadina decadente, que busca justificar en el otro sus errores históricos.
El modelo autonomista que es asistencialista y derrochador, construye la creencia de que “Tarija no progresa porque le quitan la plata, por tanto, Autonomía es progreso”, sin embargo, en una nota publicada en el periódico El País el 16 de abril de 2022 se hace notar que de 2006 – 2022, Tarija recibió 5814 millones de dólares, es decir 40 079 285748,00 Bs. (Cuarenta mil setenta y nueve millones, doscientos ochenta y cinco mil, setecientos cuarenta y ocho bolivianos)
Entonces hay que decir claramente que en un periodo de 16 años la falta de dinero no puede ser la excusa para justificar la pobreza y el atraso, como tampoco el centralismo ya que el dinero se lo administro desde los edificios alrededor de la plaza Luis de Fuentes, así pues, volviendo al ámbito de las creencias, no se le puede culpar al creyente por el desastre tras suyo, sino se debe hablar de los doctrinarios que en Tarija no se distinguen entre familiares, políticos y empresarios.
Este culto tiene un inquisidor, este rol lo cumple el comité cívico, brazo aleccionador de los herejes, además es como se diría coloquialmente “el que tira la piedra y esconde la mano” para mantener una posición de confrontación y existente otra creencia, el “gobierno odia a Tarija, por tanto, todo el que apoye al gobierno es anti tarijeño”.
Para que la inquisición funcione necesita de un grupo devoto que se arriesgue a todo, para lograr estos devotos, hace falta agregar la imagen sesgada del tarijeño valiente, dispuesto a morir, a través de la imagen falsa del Moto Méndez, nuestro héroe estuvo dispuesto a morir por la libertad de su pueblo, pero debe entenderse este acto de valor como diría Aristóteles en razón de la constitución de un hombre virtuoso, el valor de este personaje esta dado a partir de la prudencia de su accionar, pues el valor no significaba de ninguna manera la inmolación del héroe y de sus hombres, sin embargo hoy, los devotos cívicos son simple carne de cañón.
A Tarija no la salvara el fanatismo pseudo religioso de las creencias políticas de un grupo de personas, que persisten en hacer parte de su discurso este vil maniqueísmo, más propio de carnaval que de semana santa, en cambio, sí podrían ser beneficiosas las ideas objetivas que puedan nacer del dialogo y la buena voluntad, si Tarija tuvo 16 años de bonanza, sin duda también tuvo 16 años de absoluto egoísmo y odio, está en las manos de las nuevas generaciones hacer el cambio y pedir cuentas a los que aun gobiernan el departamento por más de 20 años, Amén.