Pedagogía de la pregunta

La pedagogía de la pregunta es una estrategia cognitiva que se origina en la escuela nueva, al ser el estudiante el protagonista fundamental en buscas de aprender/saber lo que a él le motiva. La pedagogía de la pregunta se centra en el estudiante; surge en contraposición a la pedagogía de la respuesta propiciada por la enseñanza tradicional, donde el que pregunta es el dueño del saber (el maestro) y el alumno es el que debe recordar datos, sucesos y detalles de las narrativas docentes, de los temas y de sus contenidos.

La pregunta tiene mucha importancia en el desarrollo de una clase por estar motivada por el interés engendrado por el motivo a la acción (motivación), por la inquietud y en el sentimiento, pensamiento y actitud del estudiante, por saber algo que tiene curiosidad en saberlo. El uso de la pregunta es substancial en procesos educativos porque propicia la reflexión, el planteamiento de problemas e hipótesis. El estudiante vive/siente motivación, la misma que, debe ser intensamente provocada por el facilitador del aprendizaje o profesor. 

Las preguntas pedagógicas son una fuerte estrategia enlazada a la construcción de mapas conceptuales que trascienden para producir y organizar el pensamiento divergente y la meta cognición, que estimula/favorece la creatividad. Las preguntas y las respuestas también pueden ser un estilo de autoformación que se centra en la capacidad de responderse a sí mismo, por sí mismo, por propia inquietud y por convicción, de lo que se quiere saber (auto preguntarse y autoresponderse, para construir autónomamente el conocimiento).

En la escuela tradicional (remota) en la que prima la enseñanza y el aprendizaje es subsecuente; es el profesor el que pregunta para recapitular la explicación preponderantemente discursiva de lo que se propuso enseñar, mientras que en la escuela nueva, son los estudiantes quienes ante la provocación (motivación) o iluminación hecha por el profesor, son los que se alborotan preguntando y el facilitador debe responder o indilgar al estudiantado, a buscar respuesta en materiales y medios de apoyo como textos escritos, audio videos e investigaciones que los lleven a descubrir, redescubrir, descartar y/o comprobar efectiva y realmente aprendizajes ya existentes y crear/inventar nuevos.

La pregunta crea ambientes de reflexión que estimulan la búsqueda de respuestas. (se aprende activando el pensamiento y actuando); pero, además, la pregunta nos ayuda a mejorar la comunicación al hacer la interacción docente – dicente, más vivencial, más interactiva. Las preguntas son esenciales para tramar y potenciar el desarrollo de la creatividad y de la innovación.

La pedagogía de la pregunta permite que la totalidad de los estudiantes de una clase se encuentren en las mismas condiciones para adquirir y apropiarse de los contenidos dentro de un proceso formativo.

La pregunta ayuda a los estudiantes a obtener un mejor aprendizaje porque no sólo escucha la respuesta verbal del profesor, sino que, al formular la pregunta, esta le sirve como fuente generadora de saber al encontrarse acompañada, también, de la duda y del error. (para preguntar hay que saber preguntar). La habilidad para formular buenas preguntas es un componente crucial para el adecuado proceso de aprender a comprender un texto. Estas habilidades meta comprensivas no se desarrollan espontáneamente, sino que se aprende luego de un largo proceso de adquisición de competencias y capacidad para hacerlas o sea que la pregunta ayuda al crecimiento y desarrollo del conocimiento.

El eximio conferencista Miguel Ángel Cornejo, en la conferencia Iberoamericana de Punta del Este – Uruguay, manifiesta a su audiencia: “en esta conferencia vamos a preguntar, preguntar y preguntar, que es lo que más debe enseñar un profesor a un estudiante” y, es que si el facilitador realmente motiva una clase, motiva al aprendizaje de un tema, lo que logrará es alborotar a los dicentes a preguntar activamente, o sea, a utilizar la pregunta como un instrumento pedagógico para resolver tantas curiosidades y dudas como se hayan presentado en la clase.

Este protocolo, esta estrategia vitalizará el interés de los estudiantes, por aprender por propia iniciativa y no obligados a responder al profesor en su trabajo de llenar la cabeza de los estudiantes, historias, normas, reglas, conclusiones sin la precisa observación, descubrimiento, interpretación, comprobación y creación de su propio aprendizaje.

En el trabajo de elaboración de estas lecturas, en ningún caso estamos inventando la pólvora; pues, los profesionales trabajadores con el conocimiento (profesores) lo saben todo y mucho más; pero, quizás, por extrañas circunstancias no se las aplica. ¿Será por ahorrar tiempo? ¿Será porque aplicar metodologías activo participativa requiere mucho material; cuesta mucho; el salario no justifica? o porque las directivas no se centran en este cometido de educación potencializadora y aprovechar óptimamente la Pedagogía de la Pregunta


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