Protocolo educativo potencializador

Llamaremos protocolo educativo al conjunto de reglas y formalidades didácticas y técnico - pedagógicas que rige un acto de aprendizaje escolar, influido por la dirección y facilitación/ayuda del maestro. Asimismo, consideremos maestro a un profesional cuya figura e imagen es tal, que, al solo mostrarse, irradia el don de sabiduría, alta calidad humana, profunda vocación profesional y entrega en su trabajo. Es toda una autoridad.

El conjunto de rasgos y cualidades que deben configurar la manera de ser y actuar de un profesional educador, deben patentizar la diferencia con las demás personas. Ser docente implica dominar su materia/curso, saber motivar a sus estudiantes, saber plenamente el conducto/la hermenéutica a seguir en el desarrollo del tema/asignatura/curso y ser capaces de determinar las necesidades de cada uno de los educandos, para lograr que el conocimiento pueda ser autoconstruido por ellos, mediante una asistencia individualizada significativa y colaborativa, que despierte en el estudiante mucho interés por el tema, materia, nivel y propósito educativo.

Según HERNANDEZ DE Juanita, SCHROM Catya, BEREST Dianne, HANKS Cindy y MONTAÑO Ana María.; para que el educador se destaque en su labor debe desempeñarse con efectividad en las siguientes cuatro áreas. 

1.-Cómo desarrollar las capacidades académicas, personales, interpersonales y de transformación social; es decir, cómo hacer que sus educandos estén en capacidad de organizarse para seguir un proceso de ubicación del objetivo, de ubicación del tema, de los sub temas y finalmente de los detalles a descubrir mediante actividades personales, trabajos entre personas o de grupo, para comparar, para elaborar conceptos y lograr algún grado de transformación social. En pocas palabras, que los educandos aprendan a aprender solos/autónomamente.

2.- Plena comprensión de la realidad física, social y espiritual, o sea generar en el educando la capacidad de comprender la realidad física, social, espiritual y política del medio en el que vive y es el escenario en el que debe y deberá actuar para vivir convenientemente. Esto es que el educando comprenda el contexto en el que interactúa y la realidad a la que debe transformar en busca de una mejor existencia y bienestar individual y colectivo.

3.- Buena motivación basada en un compromiso con principios; es decir, cómo y qué hacer para que los educandos tengan una fuerte carga de entusiasmo hasta el grado de compromiso moral y social en base a principios como la justicia, la igualdad, la verdad y la unidad.

4.- Un sentido de identidad equilibrada en el mundo pluri étnico y multicultural, o seas saberse quién es uno, de dónde viene, cuáles son sus raíces étnicas, su cultura; identificarse y sentirse orgulloso de ser lo que se es en igualdad de condiciones, de una manera empática con cualquier otro ser del mundo, sería tener un sentido de identidad equilibrada en un conglomerado de razas, clases sociales y en una diversidad de culturas.

El educador debe ser un promotor de humildad, de sencillez y a la vez de orgullo sin vanidad, como ambiente en el que se desarrolle, viva y se realice el educando sin discriminaciones de ninguna índole. Educarnos en valores nos ayudará a pisar la tierra en la que vivimos, a ser más dignos tal y como somos y a crecer con firmeza en un clima de sincera amistad y hermandad.

Las expectativas que el maestro tiene de sus alumnos influyen potencialmente en el rendimiento educativo; por ello, el maestro debe ser consciente que frente a él tiene un potencial futuro profesional, un inventor, un mandatario, un sabio, etc. y apostar por cada uno de ellos lo que con seguridad serán si como educador se logra que cada uno de ellos, puede llegar a ser si se aprovecha sus condiciones latentes. Cada estudiante sabrá responderte según cuanto se apueste por él, si apuestas 10, 100, 1000, 10.000 o más será lo que reditué cada uno de ellos. El menosprecio y los prejuicios son dañinos al cortarles las alas de largo alcance que cada estudiante puede contener, para el logro de su exitoso futuro.” Hay que tratar a cada alumno como un posible éxito, no como un registro del pasado. Escúchalo sin juzgarlo”.

En un protocolo educativo potencializador, el maestro es el generador de la mayor y positiva interactividad metodológica de los estudiantes, logrando una brillante construcción autónoma de sus conocimientos y, en este caso, bien vale la pena recordar la máxima: “Donde hay un buen maestro, no hay mal alumno que se tenga”.


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