El relato del “hombre tranquilo” y el conflicto por el 45%
Las falacias son argumentos que aparentan ser verdaderos, así también podremos decir que las falacias son argumentos engañosos y que sirven más bien, en manos de hábiles trileros, que son fundamentalmente políticos, para fortalecer el dominio hegemónico de una clase determinada.
El actual conflicto por el 45% del IDH o sobre el bono escolar denota una vez más una de las falacias más difundidas en el sentido común del habitante del valle central de Tarija, esta es: “Tarija siempre fue tranquila, por tanto, el tarijeño es tranquilo, por tanto, si no eres tranquilo no eres tarijeño”, la capacidad de construir sentidos ideológicos por parte de las élites tarijeñas hechas carne en sus instituciones tienen en las redes sociales su última arma, sin embargo, no la única.
La afirmación “Tarija siempre fue tranquila, por tanto, los tarijeños son tranquilos, por tanto, si no eres tranquilo no eres tarijeño” corresponde a la “falacia de generalización apresurada” misma que trata de generalizar un hecho a partir de datos estadísticos falsos. En todo caso la pregunta primaria es qué significaría “ser tranquilo”: según la RAE es “ser quieto, sosegado, pacífico”; en este entendido y a razón del actual colapso del modelo autonomista que se traduce en una incesante crisis económica, parece difícil pensar que cualquiera que este fuera del manto de la gobernación, alcaldía o universidad, es decir la mayor parte de la población, pueda estar realmente tranquila en los términos de la RAE.
Entonces, ¿quiénes son los sujetos que hacen a esta generalidad anacrónica? ¿quiénes son los “tranquilos”? - La historia temprana del valle central es la historia de las haciendas, entonces, para poder obligar a las personas nativas del valle central a someterse a condiciones de esclavitud, semi esclavitud o servidumbre existió violencia, mermando a través de esta voluntades, sometiendo cuerpos y almas, estos hechos serán ampliamente catalogados en el texto “La estructura económica colonial de la frontera de Tarija: población, propiedad de la tierra y mano de obra fin del Siglo XVI” de Lia Guillermina Oliveto, de estos primeros habitantes se puede rastrear la descendencia de una parte considerable de los habitantes de Tarija, entonces ¿El actual tarijeño, que es descendiente de estos primeros pobladores realmente puede considerarse innatamente “tranquilo”?.
Los procesos de migración hacia la ciudad en las últimas décadas, trasladan identidades y tradiciones de las comunidades y otras regiones, hacia las ciudades, el migrante buscará establecer una lógica de adaptación que se traducirá según José Bengoa en un sentido de mayor timidez, de retraimiento y la incapacidad de expresarse de forma decidida, por tanto, los mismos no viven en una situación de “tranquilidad” aunque su inacción pareciese demostrar lo contrario, sino más bien en un constante estado de shock y temor, por tanto, no son tranquilos.
Es así que “tranquilos” son los que viven a partir del despojo histórico y la acumulación a través del estado. Actualmente existen varios conflictos abiertos en el departamento, llámese 45% de IDH para el Chaco o bono escolar, sin embargo tras bambalinas esta la disputa por el excedente económico del departamento, no por las prioridades de inversión que a decir verdad no existen, es el patronazgo tradicional junto a las clases medias tradicionales, contra la elite provincial, la nueva clase media y clases populares de Tarija, pero son solo los primeros que despliegan relatos como el “relato del hombre tranquilo” para descalificar al adversario y mantener así el estatus quo que se traduce en la pervivencia de su hegemonía.
Tarija debe construir su pensamiento crítico.