¡Más fuentes, más aprendizaje!

En el pasado reciente, antes de la pandemia del COVD-19, la fuente de información para el aprendizaje, en educción, era preponderantemente el maestro (un profesional que retiene/contiene en su memoria determinada información y la transmite a sus estudiantes). También, en algún porcentaje, las fuentes de información eran los libros y en mínima escala, diversos medios tecnológicos. El maestro era fuente y a la vez el expositor del saber; es decir, el que sabe y a la vez el que transmite lo que supuestamente sabe.

Aprendizaje/aprender, es un proceso mediante el cual alguien se informa y en base a esa información ejercita/hace - adquiere habilidades, destrezas, conocimientos, conductas, principios  y valores. Los principios y valores se refieren a lo que se puede hacer y lo que no se debe hacer, por estar  dentro de la ética y de las normas legales, velando por la convivencia pacífica en grupos humanos en la sociedad.

Hoy, aprender, tiene que ver, además, con comprender los valores de la cultura digital en la que vivimos; participar de manera proactiva en el propio proceso de aprendizaje, desarrollar un aprendizaje conectado, situado y contextualizado; es crear redes de aprendizaje, compartir prácticas y experiencias, entender y manejar el conocimiento/el saber.

La instalación de aulas en casa, en la era digital, provocó  una revolución en la metodología del aprendizaje, que requiere un cambio tanto en el rol/protocolo del profesor como también del alumno; pero además, en una participación más activa de los padres o hermanos mayores de la familia.

Con la educación digital adviene el uso innovador de una diversidad de medios tecnológicos en el proceso de construcción del conocimiento para, entre otros objetivos, generar aprendizajes/experiencias significativas y efectivas, ricas, más personalizadas y acorde con las exigencias de la actualidad. Se abre un abanico de fuentes/medios de interacción para que el estudiante pueda construir sus propios conocimientos.

En esta sociedad digital, el docente necesita saber identificar, situar, evaluar, crear y compartir nueva información y conocer el manejo de las herramientas que necesitará para hacerlo. Pero, además, debe saber proponer tareas en entornos digitales, es decir preparar/armar dinámicamente las clases con una diversidad de materiales: audiovisuales, guías, videos elaborados en power point, módulos, cartillas, bibliotecas, etc., etc.

Para el maestro, querer hacer lo mismo que hacia  usando simplemente la tiza, el pizarrón y la palabra (clases expositivas); ahora no le es posible hacerlo por intermedio de los medios tecnológicos, tomando en cuenta, además, acciones de bioseguridad; acá finca el meollo de la dificultad tanto para maestros como para los estudiantes y en consecuencia hay deficiencia en el aprendizaje; hay bajo rendimiento académico de los estudiantes y hay descontento sobre todo de los padres de familia acostumbrados desde siempre a una manera discursiva y simple de transferir conocimientos y considerar que se está educando; todos sufren/sufrirán la consabida resistencia al cambio. 

Con la educación Virtual, Presencial y A Distancia se abre la posibilidad de aprender en diferentes contextos. Permite una mayor flexibilidad de horarios; posibilita que los estudiantes puedan realizar su trabajo a su propio ritmo, de manera más personalizada e individual, de acuerdo a sus posibilidades y necesidades de tiempo y a su predisposición. 

Como ventajas de esta era digital se tendría el rápido acceso a la información, espacios virtuales, bibliotecas virtuales, revistas electrónicas; pero, como desventajas tendríamos toneladas de información basura; por lo que, es necesario el acompañamiento, el control de los facilitadores/profesores y padres de familia, hasta que los estudiantes adquieran criterio responsable y sano de su uso correcto.

La aplicación de la modalidad Virtual, A distancia y Presencial, en suma, tanto por lo académico (aprendizaje del estudiante), cuanto por el instinto gregario del individuo o interacción social (la empatía, altruismo, emulación y aprendizaje – enseñanza mutua); contará con una estrategia de alternancia entre estudiar desde sus casas y también de manera presencial teniendo el necesario cuidado de bioseguridad, resultaría la más aconsejable.

De hoy en más la educación y la tecnología serán dos aliadas inseparables y consiguientemente el nuevo paradigma educativo debe imbricar las ventajas de cada una de las modalidades; pues, para ello todos los intervinientes en la tarea educativa debemos trabajar con mucho esmero hacia su perfectibilidad.

La tecnología debe ser una transversal en la búsqueda de la información, para la construcción de los nuevos conocimientos propios y potencializar la autonomía del estudiante; bajar la ratios (cantidad de alumnos por maestro/clase) y actualizar al docente (profesores técnicos digitales). El docente debe ser antes que un enseñante; un guía, facilitador, orientador y conocedor de las diferencias individuales de sus estudiantes; debe darle mucha importancia a la evaluación del aprendizaje; es decir a cuánto significativo/efectivo es el saber de cada tema y no simplemente  cuantos temas se avanzó por semana, mes o trimestre/año escolar y poco se aprendió o  simplemente se memorizó.

 


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