Ser Joven y ser Revolucionario

“Ser Joven y no se revolucionario, es una contradicción hasta biológica” esta frase corresponde a Salvador Allende, frase ampliamente difundida, pero a veces mal interpretada y sacada de contexto, la misma posee 2 elementos importantes el “ser joven” y el “ser revolucionario” Entonces deberemos preguntarnos ¿Qué es ser joven? ¿Qué es ser revolucionario? y ¿Cuál es su implicancia actual?

La ley N° 342 “Ley de Juventudes” establece que las personas son jóvenes desde los 16 hasta los 28 años de edad, define a la juventud como “la etapa del ciclo vital del ser humano que transcurre entre la etapa final de la adolescencia y la condición adulta” sin embargo, ser joven es una actitud de vida, es el momento en el que nuestras emociones aún se encuentran a flor de piel y por tanto sentimos con mayor intensidad, es cuestionar el orden y actualizar las ideas.

Por otra parte “ser revolucionario” es un estado de militancia, es transitar de comprender la realidad de forma sensorial hacia la comprensión racional, es ser clase para sí, pero también, implica al sujeto dar el paso para transformarla.

Entonces se puede afirmar que “ser joven” y “ser revolucionario” es una condición sine qua non de la realidad, el mayor esplendor de la juventud en Bolivia sin lugar a dudas es la generación de los 70´s. Si para ser revolucionario se necesita racionalidad en el pensamiento, para llegar a ese punto se deberá adquirir el conocimiento primero por la vía sensorial que es la que se constituye de manera intuitiva, el marketing político se especializo en jugar precisamente con este aspecto del cerebro humano, induciendo mensajes que en buena parte no son más que sesgos cognitivos o nuevas formas de alienación y subsunción formal al sistema.

Por ejemplo, como se puede entender que una porción importante de la juventud de los centros urbanos hable de “dictadura” cuando no vivieron una dictadura militar aunque si algo muy parecido el 2020, pero además cuando no hay organismos internacionales que cuestionen la democracia boliviana, hablan de dictadura, cuando desconocen el voto abrumadoramente mayoritario hacia una tendencia política, es sesgo y no razón que se impone por la inexistente correlación de fuerzas en los medios de comunicación, que se impone por presiones familiares y de clase.

Ser revolucionario es una cuestión de racionalidad más que de apasionamiento, pues el apasionamiento se verá reflejado en la acción política, un ejemplo clarísimo de esto fueron las declaraciones de la joven senadora y ex jefa de bancada de Comunidad Ciudadana en Senadores, Andrea Barrientos la cual establecía que “se tiene más coincidencias con el MAS que con Creemos” y claro ¿quién pudiese estar en contra de la redistribución de los recursos en favor de los más humildes, de las madres solteras, de los abuelos, de los niños? que en todo caso hace carne el modelo del MAS.

La realidad nos muestra que puede haber jóvenes en contra de la igualdad y capaces de apasionarse al respecto, entonces, ¿qué ideas persiguen en general? - creen en la democracia ultra representativa, aunque esta fue superada por la democracia intercultural, creen en la meritocracia, pero creen en méritos de sangre, más que de conocimiento como se vio el 2020, quieren recuperar la república, sin embargo, esta forma estatal ya fue superada por el Estado Plurinacional, en resumen su modelo es el del “estado aparente”.

Por tanto, se puede concluir que existen jóvenes con mente de viejos están anquilosados en ideas del pasado, son una contradicción biológica en sí, en todo el mundo el progresismo invade a las nuevas generaciones quienes pelean por un mundo más justo, más verde y plurinacional, la juventud de Chile, Colombia, Perú, México y la juventud consiente de Bolivia, que es una porción importante del país, son ejemplos vivos de revolucionarios en nuestra época, a todos ellos mi saludo y homenaje.


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