La eficacia – eficiencia – efectividad en la educación

La eficiencia y la eficacia en la educación denota/connota cuanto se alcanza de los objetivos en la labor educativa, en el proceso de aprendizajes significativos y su pertinencia. Es lo que se observa y se valora como impacto del aprendizaje.

Particularmente la eficiencia se refiere a la capacidad de lograr el objetivo con el menor costo y tiempo. Eficaz, por ejemplo, es la aspirina para el dolor de cabeza, por su capacidad para lograr el efecto que se desea o espera. Efectividad: lo que es observable, real/objetivo o verdadero.

Este es el meollo de la preocupación de profesores, padres de familia y estudiantes, en este momento de la vida en nuestro país en el proceso de implementación y ejecución de diversas modalidades educativas: Presencial, semipresencial y a distancia o virtual. Para poder superar de alguna manera esta álgida situación, propongo el siguiente análisis a trasluz del enfoque de sistemas, que bien nos podría instar a la generación de criterios para superar la crisis por la que se atraviesa.

Como sabemos, un sistema está constituido por insumos – proceso – producto, con la siguiente descripción, muy a groso modo:

INSUMOS: Son las leyes, reglamentos y normas que rigen en la educación: currículo, horarios, las autoridades y personal de todo el sistema nacional, departamental, distrital, de unidades educativa; los estudiantes, los padres de familia, los locales escolares, aulas TIC., equipos, mobiliario, laboratorios, campos deportivos, el sol, el aire, el agua, etc. etc. Todas las provisiones del sistema.

PROCESO: Son las acciones y actividades a realizar para lograr la eficiencia, la eficacia y efectividad del proceso educativo con el correcto uso y aplicación de los insumos. Es la parte viviente del sistema; son todas las personas involucradas en el proceso educativo, encargadas de ejercer su rol como corresponde, conforme a leyes y normas establecidas. Hacer lo que se debe hacer.

PRODUCTO: Son/serán los resultados; en este caso: el grado de eficiencia, de eficacia y de efectividad del proceso educativo del sistema y a su vez de cada institución desde la cabeza a los pies y/o de los pies hasta la cabeza. Un sistema al igual al cuerpo humano, o un automóvil, un equipo deportivo o un sistema social cualquiera. (comunidad, población de una ciudad o de un país, etc.).

Recordemos que, en un sistema motorizado, por ejemplo, con que un pelo metálico llamado fusible se rompa o no esté donde debe estar; es suficiente para que el vehículo no funciones. Así sucede también en una aeronave en la que para que cumpla su tarea, debe estar perfectamente armado, sincronizado y funcionando cada parte y toda la nave a la perfección.

¿La educación es un sistema nacional, departamental, distrital y hasta una unidad educativa? sí, y, ¿cómo podría funcionar bien cuando faltan 2 a 3 mil ítems para maestros en el país, cuando no se tiene para todos o es deficiente el  internet; muchos estudiantes no cuentan con un suplemento tecnológico mínimo necesario (Tablet, computador, celular); el material impreso tampoco está oportunamente donde debe estar (cartillas, módulos); cuando no todos los padres de familia tienen la capacidad y tiempo para acompañar/facilitar a sus hijos en el trabajo de aprendizaje; etc. etc.? Este no es un sistema es un destartalo. ¿Si tomamos en cuenta que, por solo la falta del fusible, un motorizado ya no funciona; como queremos que el sistema educativo funcione bien con tantas carencias?

En la actualidad es febril la preocupación de padres de familia, estudiantes, maestros y autoridades del sistema educativo que entregan todo su esfuerzo para recuperar el derecho a la educación; derecho que, además, nunca lo tuvo a plenitud, la niñez y juventud boliviana en general. De la gestión anterior a la actual (2020 a 2021) ya se hizo mucho; pero, queda aún muchísimo por hacer; se está en pleno proceso. Es admirable el espíritu guerrero de los profesores que se pusieron la mochila al hombro, incluyendo material de bioseguridad, para liberar el pensamiento, el sentimiento y la actitud de los niños y jóvenes, ansiosos de un futuro mejor para sí y para la patria toda.

Si queremos eficiencia, eficacia y efectividad educativa, es necesario aprovechar lo obligados que estamos a ejecutar las diferentes modalidades educativas, aplicar diversidad de metodologías activo participativas, usar diferentes suplementos tecnológicos e incorporar la Neurociencia, para potencializar la calidad de autoaprendizaje. Todos los involucrados en la educación, desde el rol que nos corresponde, debemos cumplir la misión que tenemos y debemos asumirla con la máxima responsabilidad, capacidad y patriotismo, dejando la búsqueda de culpables; demostremos porque estamos, donde estamos y hagamos lo que debemos hacer.


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