Buena alimentación y educación redituarán buena calidad de vida
¡Sí!, una buena alimentación y una buena educación redituarían una buena calidad de vida de la persona, porque invertir no es simplemente usar dinero en algo o para comprar algo; dinero que, empleándolo de esta manera, simplemente desaparecerá. Invertir es sembrar y producir a futuro mayor cantidad de dinero.
Si en la alimentación, la persona sólo se da gustos y no se sirve una alimentación completa y variada, sencillamente habrá gastado su dinero; porque, su cuerpo no estará plenamente saludable y quizás tenga que gastar más plata en hacerse curar, cayendo así en un círculo vicioso que sería: darse los gustos al comer, no alimentarse y curarse.
Lo propio ocurre en educación, si lo que haces es ir a la escuela por cumplir simplemente un requisito de persona humana y no identificas y eliges las mejores opciones, tu situación a futuro será de un conformismo mediocre. Entonces, más será un gasto que una inversión; más será gastar dinero que invertir formándote convenientemente para ser buena persona, buen profesional y buen trabajador al servicio de ti, de su tu familia y de la sociedad.
Lo triste en este momento es que: “Según estudio del CIDES – UMSA realizado con el apoyo del UNICEF (16.10.2020), el gobierno declaró Epidemia Nacional por Sobrepeso y Obesidad como efecto de que los escolares de Tarija, Santa Cruz, Pando y Cochabamba registran mayores prevalencias de sobre peso y obesidad. Para remediar esta situación, el gobierno pide fortalecer programas de alimentación saludable, complementación alimentaria, evaluación nutricional, huertos escolares, y quioscos saludables con la participación de profesionales nutricionistas”. Además, la RM No 442 señala que el Estado a través de la Ley 775 de Promoción de la Alimentación, implementará políticas de educación que promuevan hábitos alimentarios saludables y prácticas deportivas.
Dicho estudio da cuenta que: “El 35,6% de los escolares de 5 a 18 años, de Bolivia, tienen prevalencia de malnutrición por exceso (sobrepeso y obesidad). El porcentaje citado se desglosa así: un 21,9% está con sobrepeso; 11,1% con obesidad y 2,2% con obesidad severa”.
Según Yecid Humacayo, director de la Unidad de Alimentación y Nutrición (UAM), afirma que una patología se considera epidemia cuando afecta al menos a un 25% de la población de un país y Bolivia está en el 35,6% de escolares de 5 a 18 años que tienen sobre peso y obesidad.
Según el informe de Vanessa Riveros Gámez, José Baldivia Urdininea y Hernán Zeballos, economistas expertos en temas agrarios y alimentarios, Bolivia vive una situación de “inseguridad alimentaria crónica” que afecta en mayor medida a los sectores más empobrecidos de la población.
En nuestro país, como en todos los aspectos de la administración pública, en cuanto a leyes las gestiones son muy precarias, por lo que no se sabe cuánto se cumple de acuerdo al seguimiento que seguramente se hace; es decir: ¿Qué resultados de mejoramiento se va teniendo?
¡Que dura es la situación que al parecer le tocará vivir a la clave fundamental de la riqueza de un país!: el capital humano, los recursos humanos que no tendrían lo básico para su crecimiento y desarrollo: alimentación y educación/formación de calidad.
Bolivia siempre ha tenido y aún tiene muchos recursos naturales: Gas, petróleo, producción agrícola diversa, producción ganadera, flora y fauna exuberante, que no tienen otros países; que, vía educación, hoy se encuentran en los primeros puestos del mundo y en consecuencia en economía y situación de vida. Nos hace falta superar la subalimentación crónica (alimentarnos, no sólo llenar el estómago con algo) y ejecutar con fortaleza una educación de calidad.
Con una buena alimentación, tendríamos mejor rendimiento en educación, con una mejor educación produciríamos más, lograríamos una mejor economía, nos alimentaríamos mejor y mejoraría substancialmente nuestra calidad de vida.