¿Enseñanza? - ¿aprendizaje?

Por siglos de costumbre no se quiso, ni se quiere dudar en absoluto que enseñanza y aprendizaje, determinan o definen una misma acción, una misma tarea denominada: educación; aunque ambas al hacerlo son diferentes.

Enseñanza es la transmisión de conocimientos, ideas, conceptos, experiencias, habilidades y destrezas que alguien tiene o sabe (maestro) a una persona (estudiante) que quiere aprender. 

Conocimiento es la idea o concepto, experiencia, habilidad, destreza, o todas ellas, que una persona sabe de algo.

Aprendizaje es el conocimiento que se logra de algo, por medio del estudio, del ejercicio o la experiencia, respecto a un arte, ciencia u oficio. Es avanzar del estudio al oficio o también, es el tiempo que se tarda en asimilar algo. El aprendizaje exige clases teóricas y prácticas.

Ahora, nos tendríamos que preguntar: Cuánto se hace en educación, ¿es enseñanza o es aprendizaje? Se dice que para que alguien aprenda tiene que haber alguien que enseñe, y a eso hemos llamamos educación.

Le decimos educación, de manera tradicional, a la memorización de textos y libros por quienes quieren ser educadores o profesores que, aplicando lo que saben del arte de enseñar, transfieren su saber a los estudiantes que pacientemente escuchan, memorizan y deben repetir de principio a fin la exposición o explicación de la clase que hace el maestro.

Al final del cuarto párrafo de este artículo se dice: “El aprendizaje exige clases prácticas y teóricas”; Esto significa que se precisa un proceso dialéctico entre teoría y práctica. Este proceso no siempre se cumple a cabalidad en la práctica educativa; quizás por ahorrar tiempo, porque el aula de clases es inadecuada por su iluminación, aireación, extensión; o porque la cantidad de alumnos rebasa la relación pedagógica maestro – alumno (20 - 22); o por comodidad y hasta por facilidad. Tampoco se aplica el proceso: 1.- en objeto. 2.- en gráfico. 3.-en simbólico; generalmente se aplica sólo la etapa simbólica, agarrada del memorismo casi siempre mecánico, carente de criterio lógico que sustente el concepto o conclusión y consiguiente memorización lógica.

Tratando de esclarecer la ventaja comparativa entre enseñanza y aprendizaje, permítanme desarrollar los siguientes comentarios:

Se considera enseñar, al hecho de presentar el tema y exponerlo verbalmente y, a veces usando el pizarrón, una tiza o papelógrafo y marcadores; quizás también, de manera ocasional, se pueda usar un gráfico, cartel o cuadro sinóptico. En la enseñanza el estudiante atiende pasivamente y el profesor se desgañota pretendiendo pasar los conocimientos de su cabeza a la cabeza del estudiante; seguidamente el profesor ensaya algunas recapitulaciones para probar qué enseñó o logró que los estudiantes retengan en su memoria de lo que les transmitió. Se finaliza la clase con un resumen copiado del pizarrón o del papelógrafo o con un dictado. El principal protagonista en la enseñanza es el profesor, ya que el estudiante es casi solo receptor; es como una vasija dispuesta a llenarse, no como una antorcha a encender. Preocupa más el avance de contenidos que el logro de competencias en los estudiantes.

En cambio, en el aprendizaje se motivaría a la acción presentando alguna sorpresa para el aprendizaje (sorprendizaje) con la pretensión de activar todo el cerebro y persona o estudiante y dependiendo del tema, avanzar secuencialmente analizando lo concreto o más concreto posible, seguidamente lo gráfico y finalmente lo literal, o simbólico.

Ramón Barrera dice: “Para aprender es necesario primero sorprenderse; ser sorprendido, tener curiosidad, o deseo. Eh ahí los tres verbos fundamentales aplicables a la construcción del conocimiento: sorprender, aprender y comprender”. Nunca aplicar el verbo reprender o reprimir.

En el proceso de aprendizaje se debe aplicar lo que le venga mejor al tema: uso de las mesas de arena, mapas en alto relieve, cine escolar, dramatización, arte escénico, anécdotas, simulaciones, corteje - pegaje, viajes imaginarios, talleres, palestras, debates, experimentos, trabajos de grupo, caminatas, excursiones y cuantas otras actividades puedan imaginarse el profesor. De esa manera el estudiante podrá: observar, oír, olfatear, palpar, manipular y vivir plenamente el desarrollo del tema, porque más se aprende con entusiasmo, con alegría, con participación activa que con posesiones estáticas y pasivas. En el proceso de aprendizaje cuenta más la formación de competencias que el avance de contenidos.

Privilegiando el aprendizaje en vez de la enseñanza, el desarrollo intelectivo del estudiante será en proporciones exponenciales, y el límite del saber no será el maestro, el “10” a igualar, sino el “0” para arrancar a la nueva escala a normar.

De esta manera se aplicaría el aprendizaje holístico; se liberaría la creatividad del estudiante y se incorporaría al mismo, al mundo de aprendizajes sin límites; más ahora, con el uso de varios medios electrónicos que reemplazan a la tecnología ltp. (lengua tiza y pizarrón).

Señor Profesor: Renuncie al protagonismo que le da “dictar clases”, anímese a ser solo acompañante del proceso de aprendizaje” (Mavilo Calero Pérez)


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