¡Política! o ¿politiquería? I

El hombre/mujer desde siempre tuvo que trabajar y velar por su subsistencia, crecimiento y desarrollo como ser viviente, con todo el conjunto de sus capacidades físicas, mentales, espirituales y sociales, y para ello, debió, cómo debe, identificar sus necesidades a las que, para satisfacerlas, debe encender su pensamiento, iluminar su espíritu, conducir sus sentimientos, tomar decisiones y actuar en consecuencia. Esto significó plasmar una política de vida; esto es política.

Porque el hombre/mujer siempre tuvo que vivir en grupo, por su instinto gregario y porque la vida misma requirió y requerirá convivir unos junto a otros; mujeres y hombres u hombres y mujeres. juntos, para hacer la vida y para el mantenimiento como especie, como ser vivo, compartiendo plenamente en todo el quehacer humano. 

Todo lo ante dicho trata la política; todo lo antedicho es aprendizaje continuo y permanente; todo lo antedicho es formación humana; es educación y por consiguiente EDUCACION es POLITICA, escrito con mayúscula.

Política sería: “Hacer gestión por el bien de todos”; buscar y hacer el bien a toda una sociedad y particularmente a toda la población de un país.

Acá surge la pregunta: ¿Por qué en los partidos políticos o agrupaciones ciudadanas, no siempre se postula el bien de todos?  ¿Por qué los azules, o los blancos o los rojos, etc., si ganan la contienda electoral se apropian del país, cuasi modo de usufructo? Este es el punto donde se origina la politiquería; porque rompe el concepto/propósito de política.

La politiquería connota un sentido despectivo del concepto de política; pues, porque los ciudadanos se organizan o asocian basados en ideas, principios y costumbres para el logro de beneficios/ganancias propias, sectarias, mezquinas y hasta ruines, a veces expresadas sentenciosamente como diciendo ahora nos toca a nosotros que tanto tiempo hemos sido marginados del disfrute del poder y se lo hace, hasta con saña.

Politiquería es un desencanto ciudadano por la forma como los autodenominados políticos, actúan todo para sí en desmedro de la patria de todos, de los derechos e intereses de todos, con graves hechos de corrupción, es la lucha descarnada por el poder manifestado en sendos discursos demagógicos en los que se ofrece la chancha y los treinta y tres; se aplica intereses ilegítimos e innobles; prevalece el clientelismo, el nepotismo, el uso abusivo e ilegal de dinero de las arcas de Estado; es el abuso de poder. 

Al calor del contraste de los anteriores conceptos descritos, de política y politiquería; salta a la vista preguntarnos si lo que vivimos en nuestra realidad es alguna de ellas o son prácticas hibridadas y amañadas en torno a intereses particulares y que deberíamos superarlas, por el bien de nuestra patria y con ello de los intereses comunes de todos los bolivianos. En esta dirección es un destello político, que Iván Arias, alcalde electo de la ciudad de La Paz, haya invitado a los exalcaldes para conformar un Consejo Consultivo. Con esta actitud se muestra el propósito de: “Hacer gestión por el bien de todos”; hacer política.

Seguir haciendo lo que hacemos por costumbre y hasta por rutina nos pone en bajo nivel de calidad de democracia y de vida en general; por lo que, creo de nuestra urgente obligación incidir en la necesidad de formación/educación para lo que inteligente, honesta, moral y éticamente precisamos. Evitemos arraigos tan poco colegiados y pongámonos a tono del siglo XXI que vivimos, proyectándonos al siglo XXII y en adelante, que nos exige la rueda de la historia. No podemos vivir promisoramente, futuristamente, modernamente con actitudes o acciones tan retrógradas y obsoletas; sobre todo, en algo que atinge al futuro de la bolivianidad en general.

Si en la educación de las nuevas generaciones de ciudadanos del país se informa/forma las nuevas personas y personalidades para hacer política; con seguridad que bajará el febril enguerrilla miento que expresa odio, deseos de venganza, peleas, acaparamiento, egoísmo, mezquindad, etc.; signos que niegan el amor al prójimo y el buen sentido de la vida en sociedad; de la vida en paz con revolución/progreso, permanente.

Quizás esta lectura no cobre importancia por ser un tema muy sencillo, muy elemental; pero, ahí está precisamente nuestra falla, que por considerarlo tan elemental no lo tomamos en cuenta, no aprendemos lo básico, lo esencial, que viene a ser, en este caso particular, cimiento de las grandes edificaciones humanas.

Hesiodo dice: “La educación ayuda a la persona a aprender a ser lo que es capaz de ser” Nelson Mandela cita: “La educación es el arma más poderosa que puedes usar para cambiar el mundo”; esta sigue siendo nuestra primera y gran necesidad: contar con una educación de calidad y considerar que la educación es la vida misma y no, simplemente, preparación para la vida; para el logro de una formación integral y dentro de ella la formación en política; no precisamente adoctrinamiento,  enajenación de conciencia o sometimiento; sino libertad de pensamiento, libertad de sentimiento y libertad de actitud del ser humano.


Más del autor