Necesidad de buena conectividad educativa

Convengamos que, para educación, conectividad es la capacidad de conectarse o enlazarse entre mentes, pensamientos, actitudes y acciones de: estudiantes, profesores, padres de familia y el mundo del aprendizaje convenido; tendente a aprender a aprender, aprender a hacer y aprender a ser, personas de buen nivel de gente. La educación requiere redes de conectividad múltiple.

La acción de varios intervinientes que supone hacer que dos o más hechos, fenómenos, movimientos, mecanismos, etc. se sincronicen y estén en perfecta correspondencia; es condición sine qua non, para lograr un buen resultado educativo, un buen aprendizaje.

Ahora que, particularmente, en educción estamos obligados por la contingencia a incorporar/integrar todos los medios que nos sea posible (internet, computadora, celular, módulos, radio casetes, televisión/audiovisuales, etc.) es cuando más se requiere trabajar esmeradamente en establecer una buena conectividad; misma que, potencializaría los protocolos de aprendizaje; haciéndolos más efectivos, significativos y sin límites, para los estudiantes.

A dos semanas de haberse inaugurado clases; aún falta: internet, celulares, computadoras, cartillas/módulos; megas, programas radiales; aún hay incumplimiento a resoluciones respecto a pensiones de educación privada y aún falta dominio en algunas aplicaciones tecnológicas de parte algunos profesores.

Según se sabe de medios de prensa, tampoco se provee de los elementos de bioseguridad.

Los profesores se sienten hostigados/amedrentados, recargados de instructivos poco útiles/necesarios y, aún no cuentan con la suficiente experticia en el manejo de los medios tecnológicos en uso o por usar. 

Tampoco en todos los profesores existen las agallas necesarias para consolidar la modalidad de educación a distancia, única alternativa posible, por el momento.

Del estado y resultados descritos en los párrafos anteriores se colige que quien más viene incumpliendo su tarea es el Ministerio de Educación y, es el conductor de la nave educativa del país. ¿Porque no se destina ahora tanto dinero que antes se gastaba en construir jaulas escolares, esta vez, en las herramientas que ahora se necesita para que: “Toda persona sí, tenga derecho a recibir educación en todos los niveles de manera universal, productiva, gratuita, integral e intercultural, ¿sin discriminación”? (Art.17 de la Constitución Política del Estado). 

¿Por qué no se cumple el artículo 77 I de la Ley No 070, Avelino Siñami- Elizardo Pérez del 10 de diciembre de 2010 que dice: “La educación constituye una función suprema y primera responsabilidad financiera del Estado, que tiene la obligación indeclinable de sostenerla, garantizarla y gestionarla”?

En el primer y segundo párrafo de esta opinión hago notar que, para obtener una conectividad, de calidad, se requiere integrar actores, acciones, voluntades y medios que en conjunto funcionen como un todo integrado; como un verdadero sistema; pero, esto no será posible mientras no todos cumplan a plenitud sus roles. 

 

En gobiernos democráticos como el nuestro, no existen los jefazos que mandan y ordenan, sino, prima la necesidad de integrar visiones, definir misiones y desarrollar acciones coherentes con los fines, objetivos y metas; particularmente, en educación y de manera integrativa e integral desarrollar acciones, ejecutar tareas con mucha responsabilidad, altruismo y practicidad; dejando la mera politiquería que tiene el afán de favorecer a unos y perjudicar a otros, con la aplicación de criterios mezquinos de grupos; olvidando el objetivo patriótica de hacer lo que es de todos, con la participación de todos y para el bien de todos.

Cuanta falta hizo y hace que la educación deje de ser una política del gobierno de turno y pase a ser Política de Estado y que se pague por ella lo que valga, sin negación alguna.

Está claro que no puede haber conectividad si sus principales actores o involucrados en la educación no tienen unicidad de enfoque, de dirección y acciones para lograr una educación de calidad, de manera muy especial en el protocolo del acto educativo, o sea, de la acción de construcción del conocimiento entre: profesor, medios tecnológicos, estudiantes, etc. como un todo integrado y bien sincronizado.

Sin esta conectividad múltiple, la educación no tendrá la vida y vibra en sentimiento, emotividad, interactividad, amor, compromiso y entrega que requiere de todos sus involucrados. No actuarán todos hacia el mismo fin, hacia el mismo objetivo, y hacia la misma meta; ni al mismo ritmo, en la misma dirección y con la misma entereza. Así no sería cierto que estamos trabajando en la recuperación del derecho a la educación.


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