El desempeño institucional es un claro reflejo de la educación

Sin duda que cual sea el nivel general de desempeño institucional en un país, refleja el nivel general de educación que tiene el mismo. 

 

Es innegable que si una persona cuenta con mayor información, mayor formación intelectiva, mayor manejo de competencias, más destrezas y habilidades, para desempeñar las funciones que les asigna el cargo; mayor será el logro de los fines, objetivos y metas de la institución para la que  trabaja y consiguientemente; más serán los servicios y beneficios que generarán los mandados o electos, a favor de los mandantes o electores. 

 

El conocimiento de valores: la ética, la moral la deontología y prosocialidad, luego de conocerl@s plenamente se l@s debe fortalecer;  porque, constituye el nervio motor para un buen desempeño de funciones bajo la lógica de servir y no sólo  servirse; de trabajar por el colectivo y no tan sólo por el beneficio propio. 

 

Quienes elegimos o somos los mandantes; requerimos que nuestros mandados o autoridades, en sus diferentes niveles, resuelvan nuestros problemas como sociedad, según sus competencias y satisfagan nuestras necesidades; o sea, que trabajen por el bien de todos; por el bien común. 

 

Cuanto vivimos en nuestro país, es otra consecuencia, en suma, de la calidad educativa que se provee al pueblo, a la población en general; misma que, no llega a todos de manera uniforme, como derecho y obligación que corresponde a cada persona; para que todos demos y reccibamos lo que nos corresponde. 

 

Según Redacción Central de El País del 11.01.2021, “Alfonzo Ferrufino, asesor de IDEA Internacional en Bolivia, señala que la pandemia ha puesto en tela de juicio la gobernabilidad democrática, la convivencia pacífica y la calidad de gestión pública…También refiere que en una escala de 1 y 7, el Órgano Judicial, las asambleas legislativas plurinacional y departamental, las organizaciones políticas, los consejos municipales, gobernaciones, alcaldías y Gobierno Nacional no superan el 2,75; resalta el aplazo de la Central Obrera Boliviana  con 1,85 y el del Poder Judicial  de 2,15”. 

 

En el anterior párrafo encontramos el sostén de mi argumento en la presente opinión; pues, como vemos el máximo nivel de desempeño es 2,75 sobre 7, que significa apenas el 39,10%; muy triste aplazamiento de todas las instancias y niveles de gobierno. Es que para el ejercicio de un cargo político no se aplica la meritocracia o sea la calificación respecto a competencias académico científicas, sino el simple liderazgo logrado realizando alguna actividad social, cultural, artística, sindical, deportiva o político – partidista. 

 

El perfil para administrar/gobernar requeriría conocimientos en las disciplinas troncales para el caso, tales como: Politología, Administración, Economía, Teoría de Decisiones, Manejo de Conflictos, Contabilidad, Relaciones Humanas, etc. 

 

Cualquier empresa es exitosa o no, dependiendo de la calidad y competencia de su personal y, los puestos de trabajo no dan preferencia a quién más lo necesite, sino, a quien se muestre más competente para el cargo. 

 

Para que esto sucediera en la administración del gobierno en sus diferentes ámbitos y niveles, nos hace falta una educación en general, de calidad; sólo así, cambiaremos la perspectiva del destino de nuestro país y los resultados de progreso o prosperidad, paz y felicidad, como los principales derechos del ser humano. 

 

Cuando estemos resueltos a hacer lo primero que es lo primero, como resulta ser la educación, educación, educación; será que estaremos resueltos a cambiar el rumbo de nuestro destino como país y como sociedad; de lo contrario, seguiremos zapateando en el mismo lugar, siendo cada vez más la población y menos los recursos naturales que estuvimos y estamos explotando, con características de mera depredación y no siempre cuidando el medio ambiente. 

 

Nuestro futuro, como lo demostraron países que apostaron y apuestan a agregar valor a sus productos, agregar valor a  su creatividad y conocimientos, no gozará de la misma perspectiva; si los gobernantes y la sociedad en general no volcamos nuestros esfuerzos a la educación de manera universal, dejando su aplicación elitista. Es necesario elevar el nivel de desempeño de los gobernantes y de los gobernados, de los administradores de las empresas y de los trabajadores de las mismas, para elevar el rendimiento y resultados, que mejore nuestra condición y calidad de vida como nación y de cada factoría en particular. 

 

Qué bueno sería tomar en cuenta algunas de estas reflexiones este 7 de marzo  2021 en la elección de las autoridades sub nacionales, para cambiar el rumbo de nuestro futuro; un futuro más esperanzador, sobre todo para las generaciones que vienen. Sólo así podremos tener un futuro más próspero y más digno de nosotros mismo. 


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