Educación: arma de liberación

Alejandro Jodorowsky dijo: “Un pájaro nacido en una jaula cree que volar es una

enfermedad” Esta frase no está lejos de aplicarse en el ser humano que, nace completamente dependiente y es la matrona, luego la madre y seguidamente otras personas a su turno, quienes lo asisten y cuidan cuando niño, para que poco a poco y a medida que crece se vaya independizando. El ser humano en niño es totalmente dependiente, cuando adolescente lanza sus berrinches de independiente y en joven, al casarse, pasa a ser interdependiente.

La opresión, la falta de libertad en hogares autocráticos es triste y hasta dolorosa y más cuando las condiciones económicas y sociales (las famosas clases sociales) limitan nuestra libertad plena; en el camino nos acompaña la desigualdad económica/social, misma que nos restringe el derecho a la más amplia educación. Es que todos los días de nuestra vida y desde antes de nacer, nos educamos/aprendemos de acuerdo a las vivencias que tenemos en la riqueza o en la pobreza, en el campo o en la ciudad, entre medio de buenas o malas oportunidades de visión, de imaginación, de acción, de medios tecnológicos de aprendizaje, de trabajo, de transformación de la producción primaria, de comodidades o incomodidades, de lujos o pobrezas, etc. etc. “Todos nacemos con las mismas posibilidades, pero no tenemos las mismas oportunidades” (Miguel Ángel Cornejo); además, se piensa distinto en una chuclla, en un laberinto que, en una alcoba, en un chalet, en una lujosa ciudad.

A lo largo de la vida y por las diferentes condiciones que pasamos, vamos siendo presos, por la falta de educación letrada y suficiente, presos de la pobreza económica que a su vez conlleva pobreza de conciencia, pobreza de capacidad para sobreponernos a las necesidades y problemas; pobreza de espíritu y de esperanza de vida; pobreza de futuro.

Si a todo ser humano se nos permitiría el acceso a una educación pública y de calidad de 0 a siempre, si se aplicaría/cumpliría con el primer derecho de la mujer u hombre (la educación) después del derecho a la vida; se establecería una base firme de proghreso, se lograría armar a todos con el arma más poderosa contra el hambre, contra la desocupación, contra la delincuencia, contra la corrupción, contra la falta de trabajo (al lograr competencias significativas), contra los enfrentamientos hasta fratricidas, contra la pobreza, pobreza, etc. etc.

¡Que interesante!, miren ustedes, la educación viene a ser el arma que pueda matar todos los males que nos aqueja, que nos hace inclusive, cada vez más pobres, sin paz y sin felicidad; sin matar a persona alguna; ¡Que arma más fantástica!, esta es el arma de y para la paz y, ¿por qué no la adquirimos y usamos todos, todititos los bolivianos? ¿Será por falta de visión de nuestros gobernantes? ¿será por negligencia nuestra? ¿será…? ¿por qué será? 

Mucho nos endulzamos la boca con la palabra revolución, pero no aplicamos el verdadero sentido/concepto de la misma, que quiere decir transformación, cambio constante hacia el bien y no tirar bombas, destruir caminos, puentes; matar gente inocente; etc. Seamos conscientes que una cosa es revolución y otra es terrorismo y que al ser humano se nos ha privilegiado con el don de la palabra, con el don del escucha activa, ingredientes/herramientas que evitarían la confrontación destructora/fratricida.

Si hacer educación no sería solamente memorizar conceptos, hechos, datos, fechas, historias y fórmulas y si más bien se aplicaría el espectro conceptual definido en El I Foro Mundial “Educación de Calidad Para Todos” (E.C.P.T) de 0 a Siempre, realizado en Jontiem -Tailandia en 1.990, la educación, sí, sería efectivamente un arma de liberación.

La educación sería la más poderosa arma de liberación porque, al ser de calidad, “desarrollaría valores, actitudes; la adquisición de destreza de orden superior como la capacidad de analizar, sintetizar, resolver problemas, tomar decisiones,   manejar información, comunicarse, negociar y a la vez tener comportamientos requeridos en el mundo externo, como la tolerancia a la diversidad, la capacidad de trabajar en equipo y la capacidad de adaptabilidad”(I Foro E.C.P.T.) y desde luego capacidad intelectiva, inherente a las diferentes disciplinas científicas.

Esto es lo que hace mucha falta, construir en verdad esta arma, este instrumento llamado educación, que, con un libro en la mano, utilizándolo como arma, podamos gatillar a diestra y siniestra por/para la liberación y, en consecuencia, nos permita desde el trabajo, desde el amor al prójimo, desde la empatía, la solidaridad, etc. un alto sentido humanitario y la unidad; crear prosperidad, paz y felicidad, que son los fundamentales derechos del ser humano.

Si sabemos que, siendo muy educados con calidad total e integral nos liberaríamos de tantos males y acciones/conductas negativas; apostemos todos por ser libres, invirtamos, no gastemos simplemente en educación, apostemos en grande; apostemos por una educación de calidad para todos y para toda la vida. Que el Estado cumpla con los artículos 17 y el artículo 77 de la Constitución Política del Estado y que la ciudadanía no sea cómplice de su transgresión. Ahí está: ¡con la educación nos liberaríamos y ya libres, librearíamos Bolivia! sin matar a nadie y por el contrario dándonos vida, más vida a todos.


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