Una segunda oportunidad para construir igualdad, unidad y prosperidad

Alguien, dirigente del Movimiento al Socialismo (MAS IPCP), partido que ayer se posesionó en el gobierno, dijo muy consciente, cerebral y justamente: “El pueblo boliviano nos dio una segunda oportunidad”. Este es un signo muy prometedor del gobierno que tendremos como resultado de un claro juego democrático, según resultados oficiales del TSE., en el plano nacional, y que está obligado a gobernar el país, en sujeción a las leyes y normas que lo rigen constitucionalmente. 

Si no se sabe aprovechar la segunda oportunidad, menos se podrá aprovechar una tercera; lo que nos estaría demostrando no se aprendió la lección y que sólo perdimos el tiempo. Si esto fuera en lo personal sería muy grave para un individuo, para un ciudadano; pero, tratándose de un gobierno de 11 millones de seres humanos, esto resulta realmente muy, pero muy terrible.

En breve pincelazo recordaremos que la educación en Bolivia, desde su fundación cometió etnocidio cultural, racismo, clasismo, elitismo, memorismo y en principio fue europeizante; porque, se impuso una enseñanza castellanizan te, no se educó a los 36 pueblos originarias, fue preponderantemente para las ciudades y no para el campo.  

En 1952 se creó la Dirección General de Educación Rural, dependiente del Ministerio de Asuntos Campesinos y con ello proliferaron miles de escuelitas rurales, lamentablemente improvisando maestros, que no los había; dando así origen al tremendo problema del interinato docente, problema/necesidad irresuelta hasta principios de la presente década. 

Recién en 1980, por fin, se capacita en aimara y quechua a un equipo de maestros rurales, en la universidad de Puno - Perú y además en guaraní en la Universidad Javeriana - Colombia. En 1992 se desarrolla por PRONDES – UNICEF el proyecto Yuyay Jap’ina (apropiándose del conocimiento), para 12 mil mujeres indígenas, que fueron alfabetizadas por educadores autóctonos (yuyay p’uriches y calpachac) y se instituye en Bolivia la Educación Bilingüe Bicultural.

Con la Revolución Educativa, Ley 070 del 20 de diciembre 2010 y la otorgación del Bono Juancito Pinto, se incentiva a los niños en edad escolar a asistir a los centros educativos; pero, a mi modesto criterio no se mejoró la educación en conocimiento científico y más se abocó a adoctrinar/indoctrinar, dogmatizar y dividir a los bolivianos, al pretender contraponer a unos contra otros por diferencias socioculturales, ideológicas y/o económicas, que simplemente nos inducían a pensar diferente. Se tenía personal en los llamados observatorios de calidad; pero, no se hizo evaluación alguna de la calidad educativa de Bolivia, ni tampoco se participó en el ranquin PISA.; por lo que no sabemos, realmente, que tan bien o mal estamos. 

Bolivia en el siglo XXI debería pretender formar ciudadanos del mundo y no ciudadanos de reservorios originarios alguno. Debe hacer de la educación el instrumento tal, que sirva para formar personas libres de pensamiento, de sentimiento y de actitud. No debe formar vasallos de los partidos políticos de turno, lo que sucedió desde siempre; como lo testimonian las varias reformas educativas y hasta una revolución, con la idea de formar votantes para las elecciones, de las que el resultado siempre es que se liberan de unos para someterse a otros.  

Amar a Bolivia no es jugar con el destino de los bolivianos que en definitiva constituyen el capital de capitales, quienes producirían la riqueza económica, la empatía, el amor al prójimo, el bienestar social, la paz en democracia, la igualdad y la unidad. Recordemos que “la igualdad es la base de la unidad y la unidad es la base del progreso de los pueblos”. 

Por eso en esta segunda oportunidad que tiene el partido de gobierno, está cifrada la segunda gran esperanza del pueblo, de la gente del área rural, de las provincias y de los barrios periurbanos,  para hacer lo primero que se debió hace siempre, en cumplimiento al Primer derecho del ser humano, después del derecho a la vida: educación – educación – educación, como lo hizo y lo hace Suiza, que es lo que declaró, ya el 7 de enero 2007, el expresidente Morales, en la Casa de la Libertad - Sucre, cuando dijo que, “”en 10 – 15 o 20 años Bolivia será Suiza.”. 

El Estado Plurinacional de Bolivia, debería tener un: “Modelo Educativo, Intercultural - Bilingüe; Científico, Técnico y Pedagógico; Multimodal; Currículo Móvil - Des Graduado, Multigrado donde fuere necesario; De Contenidos Universales, en aplicación del paradigma de vida: Ganar - Ganar; Constructivista y Autonómista; Académico y Productivo; Para Todas y Todos, de 0 a siempre o para toda la vida. La Educación debe ser Pública y de Calidad, que forme personalidades cultas y libres; capaces para la construcción de una sociedad próspera, pacífica y revolucionaria – transformativa, pensando en el bien colectivo.”  (Propuesta elaborada en el I Foro Educativo E. C. P. T. en Tarija el 26 de junio 2015). ¿A quién de l@s bolivian@s no os convendría poner en funcionamiento este paradigma educativo, absolutamente propio de los bolivianos y para los bolivianos? 

Si esta segunda oportunidad el gobierno nacional la aprovecha y hace verdadera revolución vía educación, que es por donde se debe hacer toda revolución, al formar ciudadan@s como excelentes artífices de la construcción de su propio futuro y del futuro de la patria. Aprovechemos esta segunda oportunidad para hacer de tan exuberante diversidad de territorio/país, para ser grandes, libres y soberanos por propio esfuerzo. En esta segunda oportunidad, si sus nuevos mandatarios hacen esta gigantesca obra, Bolivia renacerá, harían lo que hasta ahora nadie hizo.

La niñez y juventud del pueblo no necesita que “se le regale un pescado, que comerá una sola vez, necesita que se le enseñe a pescar, para comer toda su vida. Tengamos en cuenta que un pueblo educado se puede volver rico y no siempre un pueblo rico, se puede volver educado.  

Que haya una oposición capas, inteligente, razonable, propositiva y de calidad que sirva como el saltómetro para que el atleta oficialista se esmere en lograr su propósito por mérito propio, no por capricho o por imposición; sino por ser lo mejor para todos. Que oficialistas y opositores sean constructores, no destructores, que se consideren contendores y no enemigos, porque todos somos bolivianos.


Más del autor