¿No es suficiente con la crisis económica que ya tenemos?

Hasta el 19/08/20, en nuestro país se confirmaron 2.031 nuevos casos, en total ya existen 105.050 casos confirmados de los cuales un 38,04% se recuperaron y un 4,03% murieron lastimosamente. El eje central concentra la mayor cantidad de contagiados y enfermos activos (73,79%), en nuestro departamento de Tarija estamos ya con 6.317 casos. Aunque, según proyecciones y estimaciones de Organismos Internacionales (OMS/OPMS) y del propio Ministerio de Salud, no llegamos aún al pico de la curva de la pandemia, cosa que sería a finales de septiembre y principios de octubre (con aproximadamente 250 mil contagiados en total), justo cuando se harán la Elecciones Nacionales por presiones políticas y sociales previas, por movimientos afines al MAS; en todo caso si hay mas contagiados, decesos y un colapso de los servicios de salud a nivel nacional, ¿a quién vamos a responsabilizar?

¿A todo esto como esta nuestra economía nacional? Es innegable que la crisis sanitaria y política en nuestro país ha influido de forma adversa a las aspiraciones de mejorar el ritmo deficiente de crecimiento económico que teníamos hasta la gestión pasada (PIB 2019 de 2,22%). Claro ejemplo de lo anterior, fueron los bloqueos de carreteras a nivel nacional, realizados por afines al MAS en los primeros días de agosto, que buscaban, supuestamente, que adelanten la fecha de las elecciones nacionales; todo esto trajo obviamente un daño económico grande a nivel general en el país.

Se estima que se perdió alrededor de 1.000 millones de dólares; por ende, se estima que el PIB del sector industrial, por estos eventos, sea del -8,5% para este año. El principal sector económico perjudicado fue el agropecuario, debido a la perecibilidad de sus productos, también el transporte de carga pesada e internacional, transporte de mercaderías e insumos en general, el sector lechero, avícola, sector salud, entre tantos otros.

Es increíble, dada la actual situación económica nacional, haya algunos sectores políticos y sociales radicales, que tomen este tipo de medidas que dañan y hunden más las posibilidades de reactivación de las finanzas de las empresas y familias bolivianas; estamos en un momento donde hay poco circulante de dinero, existe un alto nivel de iliquidez, demanda y oferta agregada contraídas, incremento del desempleo, caída de remesas e inversiones internacionales, en si, perspectivas negativas de crecimiento. Aun así, hacemos todo lo contrario para levantar al herido del piso, más bien lo terminamos de rematar y de enterrar, pobre nuestra economía, ¿no?

Ahora, de acuerdo a las estadísticas macroeconómicas del país (dadas por el BCB), hasta mayo, la economía boliviana se contrajo en 7,9%, se espera una recesión del 6,2% en la gestión 2020, esto medido en el decrecimiento que tendrá el PIB respecto al año anterior, donde su valor estará entre un – 3 a -6% de acuerdo a estimaciones hechas por el FMI, BM y la CEPAL. Sin embargo, aunque la mayoría de las actividades económicas desacelero notablemente su ritmo de producción y consumo, se espera un repunte de actividades como del comercio, construcción, minería, industria, entre otros.

Otros datos, algo alentadores, es que el tipo de cambio se mantuvo estable, que la inflación, medida en el IPC, a julio fue apenas del 0,14%, se estima que la inflación sea de un aproximado de 1,7% para este año, según el BCB. Este ente estatal, también proporciono cifras interesantes, las RIN ascienden a 6.679 millones dólares, la Deuda Pública Interna es de 522 millones de dólares, que los Créditos Internos otorgados por el BCB ascienden a 63.358 millones de Bs. (datos agosto), que la Deuda Externa (a mayo 2020) es de 11.294,6 millones de dólares, esto sin tomar en cuenta los nuevos prestamos obtenidos para pago de bonos sociales, reactivación económica y lucha contra la pandemia. El INE también ofreció datos económicos importantes, la tasa de crecimiento del PIB, en el primer trimestre fue de 0,6%, el cual es producto del ritmo desacelerado que tiene nuestra economía en los últimos años; pero el IGAE (mayo) fue de -7,93% lo cual refleja la verdadera coyunta y recesión de la economía en pandemia; finalmente tenemos, casi como siempre, un saldo comercial negativo de 10 millones de dólares.

Si a todo lo anterior le sumamos la crisis sanitaria y política, conformada por pugnas de poder y gobernabilidad entre la oposición y el oficialismo, todo dentro de un marco reñido de elecciones nacionales venideras, donde el que ofrece más y perjudica al rival sin límites, gana. Creo que ya es momento que las autoridades nacionales, los políticos y organizaciones sociales, sin importar su orientación ideológica o su partido de preferencia, se suban al mismo barco y remen todos en la misma dirección, caso contrario nuestra nación se hundirá y tardaremos muchos años en salir a flote. Por eso me sigo preguntando ¿No es suficiente con la crisis económica que ya tenemos?


Más del autor