Educación = semilla multiclonada

Metáfora es una moraleja, cuentos o fantasías que Dios dio a los maestros para agilizar la imaginación y la descripción mental que se percibe con los sentidos, de un objeto o tema en particular, en un proceso de estudio.

Perdón por abusar del don de las metáforas y fantasear con el título de esta lectura, al imaginar una semilla cuyo árbol, cuando adulto, producirá varios frutos como resultado de una variedad de procesos que podrían usarse, para producir una semilla (clon) cuyo árbol produzca diferentes frutos.

La educación, bien puede, según lo referido en el anterior párrafo, ser una semilla clonada; porque como planta produce y producirá diferentes frutos como: la igualdad, la unidad, la buena salud, la buena economía, el progreso y desarrollo, el bienestar, la vida en paz con revolución permanente, etc.

Y, sí, es una persona bien informada, muy educada, capaz, competente, con experticia y muy experimentada; entendida la experiencia como un saber pleno que se complemente dialécticamente (teoría y práctica), tendrá una producción cuántica; es decir, una combinación perfecta entre energía e información, para lo que piense hacer o haga en su vida. Estos son los resultados que produce la educación, que prueban, precisamente, cuanto refiere el anterior párrafo.

Entender lo anterior como un efecto de la educación, cuanto mejor sea; tendrá mejores efectos, mejores resultados; por lo que: aprender, aprender, aprender… no es igual a memorizar, memorizar, memorizar… y repetir, repetir, repetir… saberes ajenos, como si fueran propios. El que sabe hace, como el que hace es porque sabe; o sea: Saber es hacer y hacer es saber; lo demás, son cuentos.

Podría considerarse, entonces, que realmente la educación es el aprendizaje permanente del ser humano, desde su concepción y hasta su muerte. Que sí, ciertamente es importante y no como mecánicamente sucede como con el modelo tradicional de educación, que simplemente se repite; de generación en generación, que, la educación es importante. Decir es una cosa y decir y hacer es otra; es la dupla perfecta que significa educación: Conocimiento teórico y su correspondiente aplicación práctica.

Con toda la argumentación expresada hasta acá, ni duda cabe que el caballo, la educación en la que montábamos desde 1796, ha muerto o, la casona de 236 años de existencia se derrumbó y se agravó la situación con el COVID-19 y hay que ver como adquirimos un motorizado o mejor una aeronave, para que nuestros viajes sean al mundo y como ciudadanos del mundo en formación científico, técnica, académica, artística, tecnológica, etc.

Este es el momento en el que todos los bolivianos, sean maestros, alumnos, padres de familia, medios de comunicación y pueblo en general, apliquemos la máxima de Albert Aisten: “La mente es como un paracaídas, sólo funciona si se abre”; sino chau.

la gallina: Es hora de hermanarnos, de acabar con las rencillas, de dejar el terrorismo, de dejar las diferencias sociales y de poner en la mesa nuestro cerebro-pensamiento, nuestro corazón palpitante y lleno de amor por nosotros mismos, por la Patria que nos vio nacer, por la bendita tierra en la que nacimos y, trabajar con esmero y responsabilidad, para idearnos un nuevo paradigma de educación; que sea una planta excelentemente multiclonada, que nos permita desde ya y a la larga tener un mejor nivel de vida; una vida con paz, sin enojos, sin amarguras y por lo menos, con una mediana felicidad para todos.

Debemos ser conscientes que todo lo que nos pasa es por nuestro bajo nivel de educación; que como estamos es una consecuencia y que la causante, de que ni al COVID-19 podamos combatirlo con un solo frente. Unidos todos por la vida y no peleando hasta en eso, unos por la vida y otros por la muerte. Por el bajo nivel general de educación, nos estamos matando, con la ayuda de la pandemia que pasamos.

Ya no más educación consuelo: recordemos que el mal de todos es consuelo de tonto. Vamos por una educación de primer nivel para construir un país, una sociedad, también de primer nivel. Dejemos de esforzarnos por mantener los primeros puestos de la cola, entre las naciones del mundo.

Para aprovechar nuestra riqueza natural exuberante de país, para dejar la pobreza, para atacar el alto índice de desocupación, para tener mejor salud, etc.; necesitamos más fuentes de trabajo, más empleos, mejores ingresos y así tener esto y mucho más. Nos hace falta educación, educación, educación… de calidad, para todos y para toda la vida. Es necesario pasar de una educación de castas a una educación de masas, para todos los bolivianos en general, lo que se lograría como fruto de la semilla clonada – la educación, potencializada, producto de la clonación de la Psicopedagogía con la Neuropedagogía, para la autónoma construcción del conocimiento.


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