Un San Juan sin quemas

Casi todos los años, los ciudadanos que vivimos en las ciudades nos quejamos de las quemas e incendios forestales que se realizan a partir de agosto. Si bien la habilitación de la tierra para la siembra por intermedio del chaqueo es una práctica de subsistencia, ésta debe realizarse con la...

Casi todos los años, los ciudadanos que vivimos en las ciudades nos quejamos de las quemas e incendios forestales que se realizan a partir de agosto. Si bien la habilitación de la tierra para la siembra por intermedio del chaqueo es una práctica de subsistencia, ésta debe realizarse con la debida planificación, tomando muy en cuenta los riesgos y peligros que esta práctica puede generar. Para ello es fundamental tener en cuenta las condiciones del tiempo como el calor, la humedad y el viento.

Sin embargo, en estos meses, según datos del Gobierno Departamental de Santa Cruz, nos encontramos en alerta amarilla y naranja debido a los fuertes vientos. Y aunque usted no lo crea, en el área metropolitana de la capital cruceña se han registrado al menos 33 emergencias en lo que va de junio.

Estamos acostumbrados a expresar nuestra molestia por las quemas e incendios que se realizan en las zonas agrícolas, y no nos damos cuenta de que esta práctica también se realiza en las ciudades de manera frecuente, sin tomar en cuenta los daños que implica. Por caso, en días pasados celebramos San Juan, festividad en la que tradicionalmente se realizaban fogatas en las que se quema simbólicamente muebles y cosas viejas de madera a fin de deshacerse de lo viejo para dar paso a lo nuevo.

Sin embargo, es loable reconocer el bajo índice de fogatas registradas este año en la ciudad de Santa Cruz. Deberíamos enfocarnos a no tener registros de este tipo de prácticas para preservar la calidad del aire. Pero si bien se registró una disminución del 85% de las fogatas con relación a hace 10 años, según datos proporcionados por la Secretaría de Medio Ambiente del Gobierno Municipal, esto no ayuda cuando el problema es más de fondo que de forma.

La práctica de quemar basura, hojas secas, muebles o lo que sea que encontramos debe desaparecer. No podemos seguir utilizando el fuego como algo necesario, aumentando así absurdamente los índices de contaminación del aire que respiramos. De hecho, como mencionaba líneas atrás, por causa de estas quemas actualmente el nivel de polución en la ciudad de Santa Cruz es uno de los más altos. Debemos caer en cuenta que las quemas en el área urbana no deberían estar permitidas de ninguna manera, más aún tomando en cuenta sus nocivos impactos para la calidad del aire y del medio ambiente.

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