Las Navidades más tristes de Bolivia

Hace 25 años que celebro la Navidad en Bolivia. Al principio, en 1993, me sorprendió la alegría desbordante, teñida de esperanza, el exceso de adornos navideños, el rumor detonante de los niños, cierta sensibilidad religiosa en torno al pesebre, con expresiones comunitarias de solidaridad....

Hace 25 años que celebro la Navidad en Bolivia. Al principio, en 1993, me sorprendió la alegría desbordante, teñida de esperanza, el exceso de adornos navideños, el rumor detonante de los niños, cierta sensibilidad religiosa en torno al pesebre, con expresiones comunitarias de solidaridad. Por supuesto, a pesar de las pobrezas, estaba ausente el conflicto, la confrontación, el enfrentamiento, se levantaban todos los paros. Era Navidad. Emmanuel, Dios con nosotros.Las Navidades de 2017, han sido las más tristes, sin alegría, sin la sonrisa de los niños. No lo digo yo, así lo expresan los mass media. “Bolivia llega con amargura a la Navidad. Hace muchos años, que el país no concluía el año en medio de tantas turbulencias y de tanto descontento social”. (El Deber, 24 – XII - 2017). Y el mismo editorial de El Deber resume el porqué de una Navidad entristecida.Las calles están cargadas de gases lacrimógenos, de bloqueos, de marchas de jóvenes, mujeres, médicos, abogados, arquitectos, comunicadores, transportistas, exportadores y hasta la Central Obrera Boliviana (COB). Todo a causa del enfrentamiento entre médicos, profesionales y Gobierno por el rechazo del Nuevo Código Penal en clara amenaza a las libertades en un Estado de derecho.La ciudadanía no acepta la sentencia del Tribunal Constitucional Plurinacional de suplir algunos artículos de la Constitución para que el Presidente pueda ser candidato a la presidencia indefinidamente, en contra del Referéndum del 21-2-2016, que dijo NO.Se siente en la calle la insatisfacción pública generalizada debido a los excesos de corrupción, narcotráfico, extorsión, contrabando, tensiones sociales, asociadas al desempleo. Recordemos que en Bolivia existe de un 60 a un 70% de empleo informal. Y todo ello provoca la violencia y el crimen organizado.Ciertamente el número de personas en extrema pobreza disminuyó en los últimos años, con todo, todavía en Bolivia existen 1.800.000 personas que no pueden satisfacer las necesidades más básicas.Se tiene la impresión de que esta realidad triste y preocupante no ha dejado traslucir la luz de la estrella de Belén, ni lo fundamental navideño: Jesús, nacido en Belén, deja claro, desde el primer instante de su vida, que la salvación se encuentra entre los excluidos y los últimos y la felicidad la sentimos donde está lo más entrañablemente humano (Un niño en pañales), esté donde esté.A pesar de todo, es posible la Navidad y factible otra Bolivia, con Mujeres y Hombres Nuevos.


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