Gasolinazo que no parece ser, subvención que debe dejar de ser

Actualmente, según datos presentados en el Presupuesto General del Estado (PGE) 2017, se presupuestó más de 500 millones de dólares para la subvención e incentivo a hidrocarburos este año.En la gestión 2016, el Presupuesto asignó alrededor de 350 millones de dólares para cubrir la...

Actualmente, según datos presentados en el Presupuesto General del Estado (PGE) 2017, se presupuestó más de 500 millones de dólares para la subvención e incentivo a hidrocarburos este año.En la gestión 2016, el Presupuesto asignó alrededor de 350 millones de dólares para cubrir la subvención de carburantes, principalmente, diésel y gasolina. En 2015, la subvención llegó a 359 millones, la cual se redujo en 55% en comparación a 2014, cuando se tuvo la cifra de 790 millones de dólares, según informes del Ministerio de Economía.Los montos destinados a la subvención se redujeron desde 2014 por dos razones principales. Una de ellas fue la puesta en marcha de las plantas separadoras de líquidos de Río Grande y Gran Chaco y por la mejora de las refinerías de Santa Cruz y Cochabamba. Esto permitió reducir significativamente el déficit y la importación de gasolina, generando un correspondiente ahorro en la subvención de este carburante.El otro factor que redujo la subvención fue la caída de los precios petroleros, lo que si bien ha reducido los ingresos del país por exportaciones de su gas natural, también ha disminuido el costo (y el monto de subvención) de los hidrocarburos que debe importar para cubrir la demanda interna.Se han hecho avances importantes también en la conversión de vehículos hacia el gas natural, lo que también ha bajado la demanda de gasolina y reduciendo un poco más los montos destinados a la subvención.Así, más que la gasolina, actualmente el problema fundamental sigue siendo el diésel, que no se produce en Bolivia porque es un derivado pesado del petróleo, escaso en nuestro país, y que debe ser importado.Según datos presentados por el Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), el año 2016 Bolivia importó diésel por un valor de 504.358.628 dólares. Mientras que la gasolina significó mucho menos: 129.502.687 millones.La subvención es una carga para las arcas del Estado, o “un cáncer” como dijo el presidente Evo Morales en su momento. Este cáncer está concentrado actualmente en el diésel y cada vez menos en la gasolina. O sea que la subvención de la gasolina es mucho menor a la de diésel.Por tanto, la pregunta que cabe hacerse es ¿quién es el principal beneficiario de la subvención de diésel? La respuesta: el poderoso sector agroindustrial del oriente, y el también poderoso sector del transporte pesado.Es acertado disminuir paulatinamente las subvenciones a los hidrocarburos, aunque en términos estrictamente contables lo lógico es hacerlo más con el diésel (mayor subvención para menos beneficiarios) que con la gasolina (menor subvención para más beneficiarios).El problema aquí es nuevamente político. Los agroindustriales son un sector mimado del gobierno, han recibido muchos y diversos beneficios. El transporte pesado también: cuenta con un representante suyo directamente en el gabinete ministerial.Los gobiernos de Bolivia siempre fueron, son, y seguramente seguirán siendo corporativos. Las medidas adoptadas pueden beneficiar al conjunto del pueblo boliviano en mayor o menor media, pero siempre a unos más que a otros, y no precisamente a los más pobres.


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