La conexión Chaco - Valle más allá de la carretera

La Gobernación culminará en próximos meses el tramo Piedra Larga – Puente Jarkas, un tramo de menos de 20 kilómetros que constituyó el más grande escándalo de la gestión de Lino Condori. La “inolvidable” Condorvía por aquello de que es el tramo que corona el Abra del Cóndor y que...

La Gobernación culminará en próximos meses el tramo Piedra Larga – Puente Jarkas, un tramo de menos de 20 kilómetros que constituyó el más grande escándalo de la gestión de Lino Condori. La “inolvidable” Condorvía por aquello de que es el tramo que corona el Abra del Cóndor y que Lino la encontró con contrato de 20 millones de dólares cuando subió al poder y que no tardó en anular el contrato y volver a licitar por casi el doble. Una jugada que fue abortada pero que nunca fue explicada por las autoridades de entonces pese a haber asumido culpas y haber precipitado renuncias.Por su parte, la Administradora Boliviana de Carreteras, que construye a través de la española Eurofinsa el tramo esencial, el que atraviesa las sierras que dividen Chaco y Valle, tiene previsto culminar en agosto de 2019 según las modificaciones de contrato aprobadas por la directora Noemí Villegas. El tramo Entre Ríos – Palos Blancos suponía el más enrevesado, aquel que se abrió hace 80 años para trasladar a los soldados al infierno verde a defender los hidrocarbruos, aquel sobre el que se proyectaron docenas de variantes y que, finalmente, fue licitada en un arrebato por el presidente Evo Morales en 2013. Un año después se firmó contrato, tres después se han evidenciado cambios drásticos en el trazado y en sus calidades, modificaciones en las pendientes y en los radios de las curvas, pero a nadie parece importarle demasiado a pesar de que convierte una carretera “buena” en una “mediocre”.Con la culminación de este tramo todavía quedarán tramos importantes que hacen a la vinculación interna del Gran Chaco. Llegado a Palos Blancos, tomado el camino hacia Caraparí falta licitar el tramo Choere – Acheral, comprometido ya varias veces por el presidente, y más allá el túnel del Aguaragüe para conectar Caraparí y Yacuiba en unos 25 minutos y no en los 50 de ahora atravesando la serranía. Por el otro lado, la distancia del Congosto de Villa Montes parece insalvable y nadie parece dispuesto a gastar una millonada en un túnel que además atraería otros problemas sociales. Villa Montes pierde de esa manera atractivo estratégico, pero la seguridad es esencial. Pese a los intentos de ensanchar la calzada, el paso por los acantilados de la ribera del Pilcomayo sigue cobrándose vidas.También faltará el tramo Canaletas – Entre Ríos, un tramo mal diseñado y mal construido que la ABC no quiere recibir hasta que al menos se arreglen los taludes que se despeñan cada temporada de lluvias y que constituye uno de los episodios más turbios de este departamento.Pese a todos los defectos y demoras, pese a las diferencias que habrá entre lo soñado y lo ejecutado, la distancia entre el Chaco y Tarija puede pasar de 12 a 4 o 5 horas, un salto abismal para la costumbre.La cuestión es saber si será demasiado tarde para coordinar las agendas de dos regiones clave del departamento más autónomo del país. Si el Chaco y Tarija se hubieran vinculado antes tal vez se hubieran ahorrado muchos esfuerzos baldíos. Posiblemente el valle no andaría buscando una hoja de ruta o una nueva agenda y el Chaco no se hubiera dormido tanto sobre sus inmensas reservas de gas, que al final no habían sido tan inmensas y ya han empezado a declinar.Quedan dos años largos para tener un panorama más claro, pero es necesario que la capacidad productiva del Gran Chaco y la vocación hacia los servicios del Valle se encuentren, y esto no es algo que deban hacer las autoridades sino que dependerá más de la iniciativa privada. Tercera frontera, nueva Universidad, planta petroquímica, Paraguay... Oportunidades hay, hace falta pensarlas en conjunto y no desde la discrepancia.


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