Tukuy imata yachaj ni imata entiendej
“Yuraj runas tukuy imata yachaj ni imata entiendej” (la gente blanca sabe todo y no entiende nada), sentenció aquel llajtamasi quechua, cuya imagen física borró el tiempo, mas no sus palabras.La frase llama la atención porque denota cierto desdén a personas con estudios de parte de un...
“Yuraj runas tukuy imata yachaj ni imata entiendej” (la gente blanca sabe todo y no entiende nada), sentenció aquel llajtamasi quechua, cuya imagen física borró el tiempo, mas no sus palabras.La frase llama la atención porque denota cierto desdén a personas con estudios de parte de un hombre sin estudios, pero con filosofía. Bueno, para filosofar no necesitas ser filósofo, de otro modo, Sócrates, también un hombre sin estudios, jamás habría sido considerado el protofilósofo que sorprendió y divirtió a los ciudadanos de la polis ateniense preguntándoles sobre la belleza, la justicia, la verdad para conocer más.La frase es de hondo significado. Es algo así como el socrático “solo sé que nada sé”, que también encierra un oxímoron porque el sabio se cree ignorante y quiere saber más, mientras que el ignorante se cree sabio y ya no cree que necesita saber más.La filosofía no absuelve dudas, por el contrario las genera porque, casi siempre, cuestiona lo que una mayoría cree saber. Aquel quechua, cuyo nombre desconozco, hizo exactamente eso con ocho palabras. ¿Cómo una persona puede saber todo y no entender nada? Si sabes es porque entiendes y si entiendes es porque sabes. Pero, ¿qué sabes y qué entiendes? El criterio, que significa en griego “cedazo”, nos ayuda a filtrar y seleccionar lo que vamos a entender y convertir en saber. Sin embargo, hay personas que dicen saber todo y no entienden nada.El aforismo me persigue y estoy como el padre de la filosofía moderna Renato Descartes: “Pienso, luego soy… pienso, luego existo”. Dudo, vacilo, paso a la certeza, siento, dudo otra vez y noto que existo, y siento que puedo saber y no entender nada y si no entiendo nada, no aplico en la vida lo que sé. Kant escribió que las personas tenemos ya una organización mental de nuestras capacidades de comprensión, éstas son alimentadas a través de los sentidos, pero éstos tienen que configurarse de acuerdo con las condiciones de nuestra forma de conocer. El quechua autor de la frase comprendió, desde la vida de pongo, que el patrón sabía todo porque sabía leer, pero no entendía su mundo porque no leía el libro de la vida.La sentencia quechua encierra tres verbos. Aprender/saber (Yachay) y entender. (Una persona me dijo que la última palabra está en español. Ya sé, y el español se lo robó del latín intendere y lo adecuó a su forma de conocer). Saber significa estar instruido en algo o tener noticia o conocimiento de algo. Entender no es sinónimo de saber, quiere decir: tener idea clara de las cosas o saber con perfección algo.En quechua, el verbo yachay es algo más que aprender y saber, es aplicar. De ahí, el yachaj runa: persona sabia. Y en español aprender significa: Adquirir el conocimiento de algo por medio del estudio o de la experiencia. Entonces, mi llajtamasi dijo, en resumen, en el contexto de aquel tiempo: la gente blanca sabe leer y no entiende a otro ser humano como yo. Ahora, retiremos las tres primeras palabras (la gente blanca) y quedémonos con el resto de la frase que germinó en la inteligencia de aquel quechua y se plantó como una semilla de una herencia cultural que trasciende al individuo.No es pura pedantería ni esnobismo ni paja mental (dirían los periodistas), es un cuestionamiento al ser histórico que dio nacimiento a la República de Bolivia. A ese ser que creía saber todo, pero no entendía nada de los otros que también vivían en este territorio.“Tukuy imata yachaj ni imata entiendej” es una convocatoria a dar un examen en la vida, un examen que consiste en saber y aplicar, en saber para entender a los otros, y para entender a los otros es necesario saber de los otros; y saber al menos algo de lo que saben los otros es entendernos y convivir.Hubiera querido escribir este artículo en mi lengua madre, pero entiendo que ustedes hispanoparlantes o aymaraparlantes no están obligados a saber quechua, pero sí a entender a los quechuas, como nosotros los entendemos para convivir, en primer lugar, como seres humanos y después como bolivianos.*es periodista.