Una interesante filtración

Llegó al correo, como seguramente llegaron los primeros Wikileak (que se podría traducir precisamente como “filtraciones”). Pues  se filtró la noticia de una fiesta en Madrid, donde entre otros estuvieron los embajadores de varios países, donde Repsol tiene sus intereses. Estaba la...

Llegó al correo, como seguramente llegaron los primeros Wikileak (que se podría traducir precisamente como “filtraciones”). Pues  se filtró la noticia de una fiesta en Madrid, donde entre otros estuvieron los embajadores de varios países, donde Repsol tiene sus intereses. Estaba la embajadora de Bolivia, por supuesto, aunque no sabemos si autorizada por su jefe, el Canciller Choquehuanca”.Parecía una más de esas estiradas reuniones y habría pasado desapercibida para los que no somos “diplomáticos”, sino fuera porque según la reseña periodística de Pablo Ximénez de Sandoval parece que la financió la transnacional petrolera Repsol.Esa misma reseña de la “fiesta” la reprodujo luego, en Bolivia, (ya sin foto), el sitio plataformanergética.com, que suele publicar material crítico sobre asuntos petroleros. Le prestamos más atención. Y definitivamente lo clasificamos como “muy interesante”, luego de un comentario sobre el mismo evento, escrito y firmado por alguien que es toda una autoridad en el tema. Lo publicamos en esta misma edición y pueden ustedes sacar sus propias conclusiones.Nosotros, como aderezo, comentaremos que simultáneamente, la relación de la transnacional petrolera Repsol con el gobierno argentino en estos días ha empeorado, porque mientras el presidente de Repsol hace fiestas con diplomáticos en Madrid, continúa la disputa entre el Gobierno argentino y la petrolera local YPF (Propiedad mayoritaria de Repsol, que agregó YPF a su “razón social”).Esta vez la disputa fue porque el representante del gobierno argentino en el directorio de YPF, el subsecretario de Coordinación y Control, Roberto Baratta, no pudo asistir a una reunión de ese directorio. No lo dejaron entrar y le dijeron que hablara con el ya famoso (por lo menos en la Argentina) Antonio Brafau. Se armó un escandalete.Para quienes no hacen seguimiento a estos asuntos es bueno recordarles que Repsol tiene muchos intereses en Bolivia, concretamente en Tarija, en un campo petrolero del cual proyecta exportar gas a la Argentina.En la Argentina sus problemas (los de Repsol YPF) se agudizaron cuando la corporación distribuyó altísimas utilidades, en vez de realizar las inversiones en exploración y explotación para atender la demanda nacional, creciente e insatisfecha. El asunto está tan delicado que se habla con insistencia de nacionalizar a YPF, es decir, regresarla al control del Estado del cual –dicen- nunca debió haber salido.Así están las cosas en ese ámbito. Y lo que viene con seguridad será aún más interesante, porque mientras tanto en España continúa la migración masiva de españoles rasos (esos que no son accionistas de Repsol ni de Iberdrola, otra corporación transnacional de origen español), porque no encuentran empleo. Ya se cuentan por decenas de miles los que se fueron de la “madre patria” y de esos por lo menos 150.000 mal contados emigraron a América Latina, la hospitalaria, esa cuyos embajadores brindan con el presidente de Repsol.La cosa está como para alquilar balcón.

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