Mirando al sur

Dijo también que “no se puede seguir avanzando si se sigue viendo solo a Europa, a Estados Unidos o a la firma de los TLC como supuestos motores para el desarrollo. Mientras el Norte está en crisis, por primera vez en muchos años América del Sur tiene excedente de dinero, capacidad de...

Dijo también que “no se puede seguir avanzando si se sigue viendo solo a Europa, a Estados Unidos o a la firma de los TLC como supuestos motores para el desarrollo. Mientras el Norte está en crisis, por primera vez en muchos años América del Sur tiene excedente de dinero, capacidad de inversión, gobiernos volcados al servicio a sus pueblos. Entonces, “¿por qué no nos volcamos más al Sur?”.Hoy tomaremos al carbón, como elemento en ese propósito de “volcarnos al sur”, porque, a pesar de estar en el núcleo de toda civilización, no lo entendemos en su verdadera importancia y es mucho más lo que ignoramos, que lo que sabemos sobre el carbón.Comencemos con el dato de que este año seguramente desde Sudamérica, desde Colombia concretamente, saldrá más carbón que el que produce Polonia, que siempre fue considerada “potencia” en ese tema.Colombia está a punto de llegar a los 100 millones de toneladas  anuales de producción (probablemente mal contadas, por aquello de las “regalías”, que siempre son “escamoteables”). Esa producción, está en su mayor parte controlada por las corporaciones transnacionales, Drummond y Glencore, seguidas ahora por otras transnacionales de procedencia brasilera, Desde los mitos griegos que atribuían a Prometeo haber robado a los dioses el fuego, con el cual el hombre inició sus civilización, el carbón ha sido parte fundamental de la historia humana, especialmente en los últimos siglos, porque desde su origen el hombre ha tenido la necesidad de transformar los elementos de la naturaleza para poder aprovecharse de ellos. En sentido estricto junto al hombre siempre ha existido la industria, pero es hacia finales del siglo XVIII, y durante el siglo XIX cuando el proceso de transformación de los recursos de la naturaleza sufre un cambio radical, que se conoce como revolución industrial.Es bueno tener presente que esa revolución fue, básicamente, la disminución del tiempo de trabajo necesario para transformar un recurso en un producto útil, El modo de producción capitalista pretende la consecución de un beneficio aumentando los ingresos y disminuyendo los gastos. Con la revolución industrial el capitalismo adquirió una nueva dimensión, y la transformación de la naturaleza alcanzó límites insospechados.Y con el petróleo, que es esencialmente una combinación de carbono con hidrógeno, o sea un hidrocarburo, esa industrialización (para nosotros todavía esquiva) se ha disparado en muchas partes del mundo, mientras los Estados Unidos se des-industrializaban, creyendo que con la especulación financiera podían seguir dominando.  (Ahora lo están lamentando).En síntesis: Además del carbón, con el anuncio de que Sudamérica puede tener más petróleo que el Medio Oriente, razones sobran para mirar con más atención al sur. Así lo hicimos hoy nosotros. Y continuaremos.

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