Gremiales, otro tema conflictivo

Eso lo acabamos de percibir en los problemas donde indígenas, indigenistas (que no son los mismos), oeneges y gobierno  protagonizaron un largo y todavía no resuelto conflicto.Eso fue lo más notorio y lo más reciente, pero de ninguna manera es lo único. Por eso hay que agradecer a los...

Eso lo acabamos de percibir en los problemas donde indígenas, indigenistas (que no son los mismos), oeneges y gobierno  protagonizaron un largo y todavía no resuelto conflicto.Eso fue lo más notorio y lo más reciente, pero de ninguna manera es lo único. Por eso hay que agradecer a los analistas que se ocupan de estos temas conflictivos con honestidad intelectual, con verdadero conocimiento de causas y efectos y con oportunidad. Hoy, precisamente, publicamos un valioso análisis de Andrés Soliz Rada sobre la cuestión.Pero hay que tener mucho cuidado para reconocer esos análisis y diferenciarlos de quienes por puro oportunismo, como pescadores en rio revuelto, pretenden ser “expertos” y lanzan comentarios que lo único que hacen es aumentar la confusión y distorsionan aún más la realidad. Y ya que estamos en esas, digamos que otro de esos temas que nos inquietan, aunque no esté en este momento todavía en una situación crítica, es el que tiene que ver con la “actividad gremial”. Hasta su definición es confusa, porque en muchos países suele confundirse gremialismo con sindicalismo. En algunos países vecinos, como en Argentina y en Chile, los “gremios” tienen una larga historia de lucha social y política.En Bolivia se asimila como “gremiales”, en la mayoría de los casos a trabajadores cuentapropistas, es decir, aquellos que no tienen ninguna forma de relación patronal. En algunas ciudades, en La Paz principalmente, ya son una fuerza determinante para la gobernabilidad local.En la Nueva Constitución Política del Estado, que seguirá siendo “nueva” mientras no la conozcamos todos a fondo y en detalle, se los menciona en el artículo 47 disponiendo que “gremialistas en general gozarán por parte del Estado de un régimen de protección especial”, dándoles el mismo tratamiento que a las “pequeñas unidades productivas urbanas y rurales”. Pero la mayoría de los gremiales no producen, sólo comercian. Y en demasiados casos comercian al detalle artículos introducidos al país en forma de contrabando.Esto no cobija a todos, porque en estos días, precisamente, en Tarija, un dirigente  gremial indicó que son varios los comerciantes que fueron afectados por el decomiso de sus mercaderías, quienes pese a tener la documentación legal igual sufrieron la incautación. Ahora están en “emergencia”.Por ahora parece que el conflicto se circunscribe a los gremiales y a las autoridades de Aduana. Pero no tendría nada de raro que se involucren organizaciones políticas, movimientos sociales y oeneges, con lo cual sería imposible prever hasta dónde llegará la situación, ni cuáles serán sus efectos directos y secundarios. Por eso, lo mismo que en salud pública, en seguridad ciudadana y en tantos otros asuntos, aunque a la hora de la verdad de muy poco sirva, digamos que “es mejor prevenir que curar”. Ya veremos qué pasa.

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