Elecciones peliagudas
Lo que actuó como detonante para alborotar el avispero, fue el anuncio del MNR de que hará campaña por el “voto nulo”. De hecho ya lo está haciendo y eso ha desencadenado tantas reacciones de parte del sector “oficialista”, que los demás debates o controversias relacionadas con las...
Lo que actuó como detonante para alborotar el avispero, fue el anuncio del MNR de que hará campaña por el “voto nulo”. De hecho ya lo está haciendo y eso ha desencadenado tantas reacciones de parte del sector “oficialista”, que los demás debates o controversias relacionadas con las elecciones han pasado a segundo plano, casi desapercibido, inclusive aquella del MSM que decía que convertirá las elecciones judiciales en plebiscito de rechazo.Mientras unos insisten en que inducirán al voto nulo, otroS esgrimen el artículo 238 de la Ley de Régimen Electoral, que establece en su inciso k la sanción por inducción al voto por difusión ilegal de propaganda y encuestas. “La persona que induzca al voto mediante elaboración, promoción, contratación, autorización y/o difusión de propaganda electoral será sancionada con pena privativa de libertad de uno a tres años”.Aunque las circunstancias hoy son totalmente diferentes, a algunos todo esto nos recuerda los primeros experimentos en Bolivia con el “voto universal”, conseguido precisamente por el MNR luego de la revolución del 52.Se decía entonces que “el voto es secreto”, tan secreto que ni quien votaba tenía que conocerlo, por lo que los activistas del MNR entregaban a los flamantes votantes (campesinos, generalmente) los votos lisos, en sobres cerrados. A eso se le llamó también “voto campesino”, fue célebre y le permitió al MNR obtener en las primeras elecciones posteriores al 52 mayorías tan abultadas que resultaban extravagantes.Las circunstancias cambian, sin duda, pero no tanto. Discrepando con el dirigente político que cree que “No vamos a obtener nada bueno de esto y se va a gastar cien millones de bolivianos”, nosotros creemos que se está iniciando un experimento que a pesar de sus traumas y dificultades llevará a una mayor inclusión ciudadana en la definición de los destinos nacionales.Y las dificultades hasta ahora han sido muchas y duras, pero solo así puede depurarse procedimientos que hasta ahora eran inéditos en la política boliviana.Bien visto, que una elección provoque debates tan agudos resulta mejor que aquellas otras elecciones, en países donde la práctica ya es añeja, que resultan totalmente “descafeinadas”, pues el pueblo ya se percató que “vota pero no elije” y por eso son crecientes los volúmenes de abstención, a pesar se multimillonarias campañas publicitarias.No negamos que el ambiente se está poniendo tenso, pero es preferible eso a la pasividad abúlica. Finalmente el debate es lo que le da sentido a la democracia y no el poner unos papelitos en unas cajas cada cierto número de años.Estamos experimentando algo que no podemos copiar, porque no hay modelos en ninguna parte del mundo. Hagámoslo a conciencia y el balance vendrá después. Todo a su tiempo.