Ecocidio. A un año del derrame

El 20 de abril de 2010, la explosión de la plataforma Deepwater Horizon, del grupo británico British Petroleum (BP) , provocó el derrame de casi cinco millones de barriles de crudo en las aguas estadounidenses del Golfo, de los cuales sólo se pudieron recogerse 800.000.  El petróleo llegó...

El 20 de abril de 2010, la explosión de la plataforma Deepwater Horizon, del grupo británico British Petroleum (BP) , provocó el derrame de casi cinco millones de barriles de crudo en las aguas estadounidenses del Golfo, de los cuales sólo se pudieron recogerse 800.000.  El petróleo llegó a las costas de Luisiana, cerca de la desembocadura del río Mississippi, por lo que el gobernador de este Estado, Bobby Jindal, debió declarar emergencia ambiental. También otros Estados de la región se vieron perjudicados: Florida, Alabama y en especial Mississippi; asimismo, el estado de Veracruz, de México, se declaró en alerta. En ese momento, los culpables del derrame celebraron el comienzo del mundial de fútbol ya que ese hecho le restó atención a semejante desastre natural. Desde la organización Ecoosfera se decidió intensificar la cobertura del derrame para dimensionar el estado de aquel escenario, frente a la incompetencia de BP y de las autoridades estadounidenses.  “British Petroleum ha gastado más de 50 millones de dólares en contrarrestar con publicidad su papel en esta tragedia. Han intimidado a aquellos que intentan registrar las consecuencias alrededor de la zona del derrame, y han comprado palabras a Google para manipular el panorama informativo”, anuncian desde Ecoosfera. Según estadísticas oficiales, el valor de pozo Deepwater Horizon es de 560 millones de dólares, es decir, 45 veces más del costo que requiere limpiar el petróleo derramado (12 millones). Sin embargo, durante este año, fueron distintas organizaciones ambientales como “Ayudemos al Golfo” de México y “Matter of Trust” en EE.UU, las que organizaron campañas para acopiar cabello y medias de nylon, como una alternativa natural para tratar animales contaminados con petróleo.El Golfo de México es una región del océano Atlántico que en sus 1,55 millones de kilómetros cuadrados contiene una importante cuenca petrolera, compartida por los países costeros: Estados Unidos en el norte y noroeste, México en el oeste y el sur, y Cuba en el este. Desde Ecoosfera, las cifras dicen que hay más de 400 proyectos petroleros aprobados ilícitamente. La actividad petrolera ha competido históricamente con la biodiversidad marina, cuyos recursos pesqueros son vitales para muchas poblaciones litoraleñas. Consecuencias ambientales. Sharon Herzka, doctora en ecología marina del Centro de Investigación Científica y Educación Superior de Ensenada (Cicese) , coordina una investigación sobre los efectos del derrame junto con profesionales de la Universidad Autónoma de Baja California (UABC) y el Instituto Mexicano de Petróleo e Instituto Nacional de Ecología. “En los siguientes años puede haber efectos negativos indirectos en la reproducción de mamíferos y tortugas marinas y en especies de peces grandes que sustentan pesquerías importantes”, explica Herzka. Por otra parte, Rafael Solana, miembro de UABC aportó que “A mediano y largo plazo, el derrame puede afectar la reproducción del atún aleta amarilla y aleta azul”, especies sobreexplotadas en aguas mexicanas del océano Pacífico y del Golfo de México. La producción anual en esta última zona es de unas 1.000 toneladas, según la Comisión Internacional para la Conservación del Atún Atlántico.“Los contaminantes químicos afectan seriamente la fisiología de los peces, lo que repercute de manera directa en la propia dinámica poblacional, en el ciclo reproductor. Esto se reflejará en los rendimientos de la pesca, en lo económico y en la conservación del recurso”, explicó Solana.Desde Greenpeace, Alejandro Olivera, coordinador de la campaña de Océanos y Costas anunció que se “maneja la alerta sobre especies migratorias, como la tortuga lora, el atún de aleta azul y los pelícanos, que fueron afectados y que llegan a costas de Veracruz y Yucatán”. En la porción de mar estadounidense, la excursión identificó una franja de agua de varios kilómetros con baja concentración de oxígeno, síntoma de contaminación, y que, según Olivera, podría aparecer en Tamaulipas, el Estado mexicano más cercano. ¿Justicia o Impunidad? Los gobiernos de Tamaulipas, Veracruz y Quintana Roo interpusieron dos demandas en tribunales estadounidenses contra BP, Transocean y otras empresas por posibles daños al ambiente marino, las costas y los estuarios. Las demandas pasaron a formar parte del litigio multidistrital MDL-2179, a cargo de un tribunal de Louisiana, con otros cientos de casos consolidados de miles de reclamantes, entre los que se encuentran causas por 11 personas muertas, daños personales, daños ambientales y económicos. Se estima que podrían llegar a juicio en febrero de 2012. El gobierno mexicano apoya la investigación del Cicese y vigila las aguas nacionales del Golfo. “Los especialistas calculan que habrá que esperar incluso décadas para conocer las consecuencias reales del vertido”, afirma el último reporte oficial mexicano publicado a fines de 2010. APM | Agencia Periodística del Mercosur

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