No tiene sentido mas de los mismo con el mar

La efervescencia marítima ha sido reactivada de una forma intensa, creando reparticiones y entes nuevos con los más altos niveles, que hace presumir a alguna gente la llegada del momento de vencer. Es conveniente que los personajes de tales organismos, en esta gesta sumamente complicada que...

La efervescencia marítima ha sido reactivada de una forma intensa, creando reparticiones y entes nuevos con los más altos niveles, que hace presumir a alguna gente la llegada del momento de vencer. Es conveniente que los personajes de tales organismos, en esta gesta sumamente complicada que debería ser salvadora, se den a la tarea de escoger o recuperar un espacio apropiado de lucha y una estrategia igual a la chilena.Lo mejor de los logros de la diplomacia boliviana fue la multilateralidad. Hacer que nuestro problema marítimo sea considerado como un contexto de interés latinoamericano, esta creo un espacio enorme frente a lo chico de la bilateralidad. Volver a ella fue un retroceso. Posiblemente el liderazgo del Presidente Morales haya influido, pues su perfil de gobernante que le llevo a un sitial de líder indígena reconocido internacionalmente, más el acercamiento de estos últimos años con La Moneda, fue una otra esperanza de que Chile negociara con mejor predisposición de justicia. La realidad resulto una bofetada más, que hizo reaccionar airadamente a nuestro Gobernante que cambió el rumbo de los acontecimientos.Las dos cosas esenciales en este nuevo escenario son: hacer una “Gesta Épica”, primero, recuperando la bilateralidad, que no está perdida,  solo dejada de lado. Debe tenerse presente el axioma que dice: -El todo es superior a la parte-.La segunda es renunciar definitivamente a las políticas de gobierno, cambiándolas, como la que tiene Chile, por una sola: Una Política de Estado”. Si no se parte de esta base es insulso construir cualquier tipo de institucionalidad, por muy bien intencionada, superior y plausible que parezca. Prescindir de una Política de Estado no es otra cosa que hacer saludos a la bandera, perder el tiempo y entrar al ruedo del circo de las payasadas chovinistas de las que impávidamente y no sin razón ha hecho mofa el vecino.La intransigencia chilena debe ser enfrentada con otra intransigencia nuestra: “Salida Soberana al Mar”, pero no con el lirismo, hasta cierto punto infantil, de nuestras políticas de gobierno de las que consabidamente se ha burlado Chile, mismas que no han sido concebidas desde las perspectiva del Derecho Internacional, basado en el contexto histórico de ultra presión cuando se firmó el brutal tratado de límites de 1904.Es necesario remarcar, que de haber sido diferente nuestra estrategia marítima, Bolivia tendría también su política de estado, no pretendo desmerecer el trabajo de grandes personalidades que anduvieron por estos senderos;  pero  no se concretaron.¿Acaso ese aciago tratado no fue impuesto por la atroz fuerza de las armas chilenas tan superiores y envanecidas?, mismas que estaban en condiciones y disposición de seguir quitándonos más territorio, con la perspectiva de arrebataros la parte de la cordillera que aloja nuestra riqueza minera.La razón de la fuerza no debe prevalecer sobre la fuerza de la razón y de la justicia de los pueblos, el mundo avanza por esos derroteros, ya las Naciones Unidas están cada vez más cerca en la construcción de una doctrina pertinente. Ahora los pueblos borran fronteras para unirse y complementarse. La crueldad de la guerra, agravada por el despojo de nuestro litoral, sin acceso al mar, recurso al que tienen derecho todos los pueblos, no puede ser objeto de vanagloria, grandeza y orgullo para ninguna nación, al contrario.La injusticia está en la conciencia de los chilenos, que debe ser motivo de reflexión y reparación. Serán la nuevas generaciones, tanto de bolivianos como de chilenos, herederos de un nefasto acontecimiento producto de una demencial codicia, que ponga fin a este diferendo oprobioso, cuyo logro no se dará de la noche a la mañana,   menos usando este ámbito con fines ajenos a su estricta perspectiva. Mientras tanto el diálogo.

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