¿Obama o Petraeus?

Ayer, el jefe de la misión militar de EE UU en Afganistán, el general David Petraeus reabrió el debate sobre la salida en 2011 de las tropas estadounidenses del país asiático, en el que se libra una guerra desde hace nueve años. El presidente de EE UU, Barak Obama,  en diciembre pasado...

Ayer, el jefe de la misión militar de EE UU en Afganistán, el general David Petraeus reabrió el debate sobre la salida en 2011 de las tropas estadounidenses del país asiático, en el que se libra una guerra desde hace nueve años.

El presidente de EE UU, Barak Obama,  en diciembre pasado fijó el mes de julio de 2011 para que comenzara la retirada de sus tropas.

Petraeus, en una entrevista a NBC abrió la posibilidad de un prolongación de la misión, algo que venía reclamando a Obama la cúpula de militar de EE UU

Es “cúpula militar” concentra uno de los mayores poderes reales en el mundo. Algunos especialistas la suelen llamar también “el complejo militar-industrial del Pentágono” y en más de una oportunidad sus posiciones se han impuesto sobre las del poder legítimo de la Casa Blanca, el Departamento de Estado e inclusive del Congreso.

Es que la guerra, ahora como siempre, es, por encima de muchas otras consideraciones, un gran negocio. Frederick

Forstick, quien en 1947 escribió Los Perros de la Guerra, novelando cómo un grupo de mercenarios son contratados por un industrial para imponer un gobierno en un país África, se quedaría pasmado viendo cómo, en medio siglo, el mercenarismo y el negocio de la guerra han crecido exponencialmente.

Un ejemplo contundente (pero no el único) es el de la compaís Halliburton, objeto de varias controversias relacionadas con la Guerra de Irak de 2003 y la relación mantenida con el vicepresidente de EE.UU. Dick Cheney durante la administración de George W. Bush,.

Cheney, quien era consejero delegado de Halliburton desde 1995, se marchó de la empresa durante la campaña de las elecciones presidenciales del año 2000 con una indemnización por despido de 36 millones de dólares. Para el año 2004, había recibido 394.548 dólares adicionales en compensaciones por parte de la empresa mientras ejercía ya como vicepresidente estadounidense.

A ese “equipo” de Cheney perteneció el secretario de Defensa, Robert Gates, quien es mantenido aún en ese mismo cargo por Barack Obama, según  los especialistas porque el “complejo militar –industrial del Pentágono” así lo quiere.

Que un cargo de tanta responsabilidad esté en manos de una persona designada por George W. Bush causa desespero en la izquierda pacifista que apoyó a Obama, pero Gates se mantiene y él mismo ha dicho que estará hasta finales del 2011.

¿Obama? Pues que se lo aguante.

En ese contexto, apostarle a Obama quien dice que las tropas gringas saldrán de Afganistán en julio del próximo año, o a David Petraeus, quien dice que las tropas posiblemente se queden un tiempo indefinido adicional, pues le apostamos a Petraeus.

Esto, si es que alguien es tan candoroso como para apostarle a Obama.


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