El postneoliberalismo

Los países capitalistas no han abandonado la economía de mercado, pero han instrumentalizado el Estado para salvar al capital financiero con costosos subsidios que paga el pobre contribuyente. El capitalismo postneoliberal es fundamentalmente financiero. No le interesa la producción de bienes...

Los países capitalistas no han abandonado la economía de mercado, pero han instrumentalizado el Estado para salvar al capital financiero con costosos subsidios que paga el pobre contribuyente.

El capitalismo postneoliberal es fundamentalmente financiero. No le interesa la producción de bienes reales ni una reproducción módica y constante del capital a través de ganancias a largo plazo. Se empeña más bien en la especulación para ganar cuanto antes la mayor cantidad de dinero. No conoce ni quiere conocer la economía real, sino los guarismos financieros que le da la bolsa de valores, los datos del mercado especulativo o la banca.

Producida la debacle de la Bolsa de Nueva York, sede mundial de la especulación financiera, inmensos capitales se trasladaron a la Bolsa de Chicago, donde se negocia el precio de los alimentos. Por eso en 2008 se dio la paradoja de producir la mayor cantidad de alimentos, suficientes para dar comida al doble de la población del planeta, pero con un alza incontrolable de los precios. ¿Por qué? Porque el capital financiero compra cosechas por adelantado, especula con esos productos y hace subir artificialmente los precios. Esta especulación con los alimentos se extiende a los recursos hídricos y a la posesión de territorios.

Los países ricos y las corporaciones están comprando inmensas áreas de superficie cultivable en los países pobres. En México, por ejemplo, quince años del tratado de libre comercio con los Estados Unidos han ocasionado que 6 corporaciones controlen el 35 por ciento de la superficie cultivable (y eso considerando que gran parte del territorio mexicano es desértico). Una de esas transnacionales, la Bachoco, controla la mayor granja de porcinos del Continente, que procesa 1 millón de cerdos por año. Allí se originó la gripe porcina y encima nos obligaron a darle un nombre algebraico, para no afectar las ventas de chanchos. Ahora el gobierno neoliberal de México ha autorizado la siembra de maíz transgénico para favorecer a esas granjas, pero no para garantizar la soberanía alimentaria de su población.

En el mundo hay una carrera especulativa para controlar territorios y producir alimentos, paralela a la competencia por controlar los recursos hídricos del planeta. Por eso se dice que la próxima guerra mundial será por el control del agua. El capitalismo postneoliberal es el agente más inescrupuloso en la concentración del ingreso, aunque ponga en riesgo al planeta mismo por el calentamiento global y a su población por el hambre.

Por eso se dice que esta etapa del capitalismo es enemiga de la vida. En estas condiciones, buscar una alternativa de orden económico mundial ya no es sólo parte de la ideología socialista, comunista o anarquista, pues los propios teóricos del capitalismo son sus críticos más duros.

En Bolivia, hay todavía “intelectuales” que se mofan de que el presidente Evo Morales atribuya el desastre ecológico al capitalismo. Pero esta es una corriente crítica universal en la cual Evo se ha alineado con gran ventaja, sobre todo por su visibilidad entre los movimientos sociales del planeta.


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