Sobre la energía

Especialistas de Brasil, Perú y Bolivia analizarán a fondo las ventajas, beneficios, costos y potenciales peligros que enfrentará Bolivia con el desarrollo de los grandes proyectos hidroeléctricos que se están proyectando en la región amazónica. Ya se ha oído hablar de inversiones por...

Especialistas de Brasil, Perú y Bolivia analizarán a fondo las ventajas, beneficios, costos y potenciales peligros que enfrentará Bolivia con el desarrollo de los grandes proyectos hidroeléctricos que se están proyectando en la región amazónica.

Ya se ha oído hablar de inversiones por encima de los 5.000 millones de dólares para impulsar más de una decena de proyectos hidroeléctricos en todo el país.

En el fondo de este “entusiasmo” está la inocultable necesidad de energía que tenemos, no solo los países incorporados en el mencionado debate, sino Argentina, Paraguay, Uruguay y  todos los del área.

Bolivia posee un enorme potencial energético de exportación, pero le hacen falta estrategias para expandir la producción de electricidad, de tal manera que no solamente abastezca con holgura nuestras necesidades actuales y potenciales sino lograr beneficios con el suministro de energía a los países vecinos, especialmente a aquellos a quienes hasta ahora solamente les estamos exportando gas.

Ahí es donde Tarija, nuevamente, debe tener participación protagónica. Existen proyectos, aun es su etapa inicial, que sostienen que solamente con el gas del campo Margarita es posible, sustentable y sostenible, generar 2.000 Megavatios, de los cuales por lo menos 1.000 estarían disponibles para exportar a los ávidos mercados de Argentina y Paraguay.

Es urgente confrontar esto con los acelerados planes para embarcarse en proyectos hidroeléctricos, que tienen, por supuesto, atractivos evidentes, pero también amenazas al equilibrio ambiental, desplazamiento de comunidades afectadas por las inundaciones  y otros costos.

Para esto se necesitan fundamentos técnicos, políticos e ideológicos que no se pueden impunemente pasar por alto. Nos están haciendo falta, con urgencia, una Ley de Hidrocarburos que reoriente las actividades estatales, muy a menudo perdidas por la coyuntura, que siempre sabrán manejar en su beneficio los interlocutores, especialmente las corporaciones transnacionales que tiene3n mucha práctica para eso.

En forma paralela, hace falta una Ley de Políticas Energéticas, que integre sectores que aún se manejan desarticulados. Generación, transmisión y comercialización de la energía deben tener bases legales incuestionables, sólidas, coherentes con la dinámica del sector.

En ese debate de esta semana Tarija no debería estar ausente, pero tampoco asistir como invitada de piedra. Que sepamos, no existen posturas departamentales firmes, coherentes  y defendibles en esta materia. Quisiéramos estar equivocados y que realmente existieran pero solo estuvieran mal socializadas.

Y no es este un reclamo más a las autoridades abrumadas de críticas y reclamos, sino una convocatoria a todas las “fuerzas vivas” de Tarija, para que realmente asumamos responsabilidades y dediquemos nuestros mejores esfuerzos a lo que no solamente es importante, sino apremiante.

Esa es, según nuestro criterio, la mejor forma de construir una autonomía legítima.


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