Ocupémonos

Según los datos oficiales, Tarija produce más del 70 por ciento del gas de petróleo boliviano. Luego, la ciudad de Tarija debería ser la “capital nacional del gas”, pero no es así. Cuando hay que firmar algún  convenio, suscribir algún contrato importante inclusive formular...

Según los datos oficiales, Tarija produce más del 70 por ciento del gas de petróleo boliviano. Luego, la ciudad de Tarija debería ser la “capital nacional del gas”, pero no es así. Cuando hay que firmar algún  convenio, suscribir algún contrato importante inclusive formular declaraciones que se pretenden relevantes, YPFB escoge invariablemente Santa Cruz para hacerlo.

No son celos mezquinos, ni regionalismo arcaico. Es que Tarija merece tomar el lugar que corresponde como productora de las tres cuartas partes del recurso natural que está sosteniendo al país.

Cuando a las autoridades departamentales relacionadas con los hidrocarburos alguien les consulta sobre asuntos que les competen, es muy  probable que no tengan información precisa y actualizada

Ahora veamos un poco el panorama mundial del gas, para ver si estimulamos mayor interés por él en Tarija.

De los ocho proyectos que Exxon Mobil culminó el año pasado, siete eran relacionados al gas natural. De los tres que tiene programados para este año, dos se relacionan con el gas natural. La Royal Dutch Shell dice que hasta el 2012 la mitad de su producción corresponderá al gas. El alto precio que actualmente tiene el petróleo lo mantiene como el producto más importante de cualquier importante empresa del ramo, pero las grandes petroleras occidentales se inclinan cada vez más hacia el gas natural.

Esto es para nosotros poco halagador, porque nuestros nacionalizados hidrocarburos, en la práctica, tendrán más presión de las corporaciones trasnacionales, para descubrirlos, explotarlos, transportarlos, con una injerencia que notoriamente es más fuerte que la de las entidades nacionales responsables: tanto el Ministerio de Hidrocarburos como YPFB, que ostensiblemente está más dedicada a litigios y conflictos en el ámbito penal.

La industrialización y la electrificación en el mundo en desarrollo requerirán de muchas estaciones de energía. Si los gobiernos comienzan a castigar a los combustibles que emiten más dióxido de carbono, una buena porción de esa electricidad provendrá del gas.

Un impuesto de 30 dólares por tonelada de carbón haría que el gas –que contamina la mitad que el carbón al quemarse– fuese el combustible preferido para las nuevas estaciones de energía. Si se duplica ese impuesto, el gas sería competitivo también con la energía nuclear y eólica. Esta afirmación es de Exxon Móbil y nosotros hubiéramos querido escucharla de YPFB. ¿Ven a qué nos referimos?

Esta situación es tan parecida a esa otra que vivimos con el estaño, el antimonio, el hierro, que cuyo auge pasó sin que supiéramos aprovecharlo patrióticamente, que es inevitable preocuparse. Aunque es mucho mejor ocuparse.


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