Espacio publicitarioEspacio publicitarioEspacio publicitario

Y ahora el fósforo

Pues ahora empresas australianas están interesadas en explotar ese fósforo. Esto nos recordó a cuando la fundidora de nuestro estaño, Williams Harvey, en Liverpool, para pagarnos hacía varios descuentos por “impurezas”, porque sucede que la casiterita boliviana (mineral básico del...

Pues ahora empresas australianas están interesadas en explotar ese fósforo.

Esto nos recordó a cuando la fundidora de nuestro estaño, Williams Harvey, en Liverpool, para pagarnos hacía varios descuentos por “impurezas”, porque sucede que la casiterita boliviana (mineral básico del estaño) tiene significativos contenidos de wólfram, bismuto y otros minerales. Impurezas, según la fundidora británica, por cierto adquirida por Simón I. Patiño, en uno de sus espectaculares “saltos” empresariales.

Varias empresas mineras de Australia están  ahora interesadas en la explotación del fósforo contenido en el yacimiento de hierro de El Mutún, dijo un funcionario del Ministerio de Minería y Metalurgia (MMM) de Bolivia. ¿Debemos tomarla como buena o como mala noticia?

En realidad esos son solamente recursos. Como la plata, como el estaño, como el petróleo, como el litio.

Lo que transforma los recursos en riqueza es el manejo que hagan de ellos quienes están a cargo. Actualmente, el Estado. El Estado no es buen ni mal administrador, depende también de quienes están a cargo. Y eso es lo que nos preocupa.

Porque YPFB no se está manejando con la eficiencia de Petronas, ni Comibol  -para no ir  tan lejos-  opera con la de Codelco.

Petronas es el nombre corto para Petroliam National Berhad que es la compañía de petróleo y gas de Malasia, propiedad del Estado. La Corporación Nacional del Cobre de Chile, más conocida por su acrónimo Codelco, es una empresa chilena, de carácter estatal. Ambas son modelos empresariales impecables.

Ambas son, por eso, un desmentido inapelable a ese prejuicio de que el Estado no administra bien la economía. Puras intrigas neoliberales.

Pero volvamos al fósforo, que no es solamente ese material inflamable que conocemos como cabeza de un palito. Los compuestos de fósforo intervienen en funciones vitales para los seres vivos, por lo que está considerado como un elemento químico esencial.

Forma parte de la molécula de Pi («fosfato inorgánico»), así como de las moléculas de ADN y ARN. Las células lo utilizan para almacenar y transportar la energía. Además, es el mecanismo principal para regular la actividad de proteínas intracelulares, y de ese modo el metabolismo de las células eucariotas tales como los espermatozoides.

Las empresas australianas ya presentaron propuestas al Gobierno de Bolivia para realizar procesos de exploración, explotación, e industrialización del fósforo, además de manganeso.

Y no es por optimismo impenitente, sino porque sinceramente creemos que el destino de Bolivia y de los bolivianos no es  fatal, otra vez confiamos en que la conciencia nacional emerja y se imponga a la ya secular cadena de manejos desatinados de los recursos naturales.

¿Ilusos? No, solamente patriotas.


Más del autor