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Andar y hacer caminos

Derrumbes, suspensión de obras, sobrecostos, reclamos, una y otra vez las mismas explicaciones que no convencen, bloqueos, promesas, más reclamos, más promesas. Por pura curiosidad ingresamos a Google con “Carreteras Tarija” y encontramos (ayer, hoy deben ser más) ¡541,000 resultados!...

Derrumbes, suspensión de obras, sobrecostos, reclamos, una y otra vez las mismas explicaciones que no convencen, bloqueos, promesas, más reclamos, más promesas.

Por pura curiosidad ingresamos a Google con “Carreteras Tarija” y encontramos (ayer, hoy deben ser más) ¡541,000 resultados! Revisamos: la gran mayoría, la enorme y abrumadora mayoría de esas referencias eran negativas, como las que enumeramos más arriba. Sólo de vez en cuando un respiro, para informar que se había entregado al servicio un pequeño tramo aquí, otro más allá.

Será muy  romántico eso de que “se hace camino al andar”, pero no corresponde a la realidad. Las carreteras, los caminos, son obras de ingeniería que necesitan tecnología, capital, planificación y han caracterizado más que muchas otras variables el avance de las civilizaciones. Siguen caracterizándolo.

A partir del año 312 antes de Cristo el Imperio romano comenzó a construir una gran red de calzadas que unirá Europa y el Norte de África mediante 29 grandes arterias en una red que cubría 78000 kilómetros.

Y para que no nos consideren exógenos, qué mejor referencia que los caminos del inca. Los incas hicieron caminos que integraban todo el imperio, a lo largo y a lo ancho. Se crearon cuatro caminos principales:

Cusco a Quito (Ecuador), con un ramal hasta Pasto (Colombia). Cusco a Nazca (en el centro de Perú) y a Tumbes (en la frontera Perú-Ecuador).Cusco a Chuquiago (La Paz, Bolivia). Cusco a Arica y Atacama (Chile), con ramales hasta el río Maule (Chile) y a Tucumán (Argentina).

Y ahora ¿Cómo estamos? Publicando todas las semanas noticias siempre negativas, o por lo menos inquietantes, sobre caminos y carreteras en  Tarija. No sólo el tristemente célebre  y todavía inexistente camino Tarija-Po tosí, sino lo de Canaletas, lo de La Queñua y eso para no referirnos al servicio departamental de caminos, que hace rato pasó a ser tema de crónica policial.

Y para concluir, debemos decir que un camino no termina cuando se lo estrena, hay que mantenerlo. Al igual que cualquier estructura las carreteras requieren mantenimiento. El deterioro es producido principalmente por el paso de vehículos aunque también se ven afectadas por las condiciones meteorológicas: lluvia, expansión térmica u oxidación.

Ahí estamos peor. Porque cuando ya, finalmente, una comunidad nuestra se siente vinculada al mundo porque “tiene camino”, lo más probable es que la alegría le dure poco: No hay mantenimiento.

Esta es una cuestión crítica para nuestra sociedad  tarijeña. Una cuestión que debería merecer mucha más atención y muchas más acciones concretas y objetivas. Finalmente la vinculación vial es el ABC del desarrollo económico y social. ¿ABC dijimos? Suena familiar.


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