Rafael Archondo: “Se decía que el ciclo del MAS se está terminando…”
En esta entrevista para El País (EP), Archondo describe las particularidades del escenario electoral boliviano y evalúa a sus principales actores, Evo Morales, Luis Arce, Andrónico Rodríguez y al bloque opositor, donde han tomado ventaja Jorge “Tuto” Quiroga y Samuel Doria Medina



Al margen de su reconocida formación académica, sus libros y su actividad periodística, Rafael Archondo Quiroga (RA) destaca también por un permanente análisis de la realidad boliviana. Su inicial columna de opinión, “La H parlante”, ahora devenida además en un exitoso espacio digital ha ido sumando miles de seguidores. En esta entrevista para El País (EP), Archondo describe las particularidades del escenario electoral boliviano y evalúa a sus principales actores. Valga añadir que entre los contados días de la realización de la entrevista y su publicación la dinámica electoral ingresó en una etapa de múltiples sorpresas y sobresaltos.
EP- ¿Cómo explica el notable fraccionamiento de fuerzas políticas en actual escenario electoral boliviano? Prácticamente se desportillaron todos los frentes.
RA- Las razones varían en función a cada bloque. En el caso del Movimiento Al Socialismo (MAS), por ejemplo, bien las conocemos todos. En septiembre de 2022, se reúnen por última vez Evo Morales y Luis Arce, junto con sus equipos, cerca de Sacaba. Por lo que se sabe, Evo pidió a Arce la cabeza de varios ministros y fundamentalmente la de Eduardo Del Castillo. Pero Luis Arce decide no obedecer el pedido del jefe del partido. Ahí comienza básicamente el conflicto entre ambos.
Hay incluso fotografías de ese encuentro, aparentemente se trató de una reunión armoniosa. Sin embargo, Arce decide sostener a Del Castillo, y entonces comienza la campaña desde El Chapare contra el Gobierno y a agravarse la situación. Estamos frente a un conflicto que tiene origen en el control del Estado. Es una disputa por el control del poder gubernamental, de la distribución de puestos de decisión. No es un conflicto ideológico, no son dos grupos de políticos que piensen diferente sobre los grandes temas nacionales, es un tema estrictamente doméstico.
A eso se ha sumado la fractura interna dentro de El Chapare, con la decisión de Andrónico Rodríguez de presentarse como candidato. Ese es un conflicto distinto. Si bien tiene que ver con el anterior, o sea, con lo que pasó en 2022, debe ser explicado de otra manera. Se circunscribe al deseo de un grupo de dirigentes, dentro de El Chapare, de construir una alternativa política tras comprobar que Evo no garantiza una victoria electoral. La ruptura entre Andrónico y Evo está promovida por el cálculo electoral, por el futuro más que por la distribución de puestos dentro del Gobierno. También porque Andrónico, aparentemente, hoy cuenta con el respaldo de la izquierda latinoamericana.
EP-¿Quiénes respaldaron a Evo hoy aúpan a Andrónico?
RA -Justo antes de su decisión, Andrónico estuvo por España, estuvo con Pablo Iglesias, con Irene Montero, con José Luis Rodríguez Zapatero. Antes también visitó Argentina y habló con Atilio Borón y algunos sectores del kirchnerismo. Me parece que por ahí salió una especie de aval para lanzarse con una fracción propia dentro del instrumento político.
Tiene que ver con una expectativa electoral. Es decir, Andrónico fue convencido por las circunstancias y por estos sectores que él puede unificar al electorado del MAS. Fue convencido de que Evo Morales ya no está en condiciones de hacerlo y Luis Arce aún menos.
EP-¿Cuáles las razones de las rupturas en el lado opositor al MAS?
RA - En estos 20 años el MAS logró, de manera muy exitosa, impedir que la oposición tenga una representación estable y constante. El MAS ha ido boicoteando cualquier liderazgo que le haga frente entonces sistemáticamente fue socavando ese poder. Ha trabajado buscando procesar a los líderes opositores, buscando generar disputas entre ellos y una serie de actos estatales que debilitaron a la oposición. Ahí suman el arresto de Camacho, el plan para destruir al Movimiento Sin Miedo (enfrentándolo consigo mismo), el objetivo de frenar a Luis Revilla… Fue una política del MAS para constituirse en la única fuerza capaz de construir un Gobierno, construir un poder y de establecer una autoridad.
A ello se sumó el conjunto de errores de la oposición. Se juntaron esos dos factores: no fue capaz de fortalecer un liderazgo, sino que fue funcional a la política masista de debilitamiento y destrucción y la política deliberada de no establecer un sistema de partidos, algo que existió antes de 2006. La oposición no tuvo la capacidad de contrarrestar esa política ni cuando formó Podemos o Unidad Nacional. Hasta Comunidad Ciudadana, que fue el último esfuerzo y tuvo 50 congresistas, no pudo estructurar un partido que tenga representación municipal, continuidad, discurso, programa, etc.
EP-¿Cree que, en ese escenario fracturado, puedan surgir candidatos aglutinadores o nos encaminamos a ganadores que no pasen del 20 por ciento de votación?
RA - Dependerá de la campaña. Tuvimos oportunidades de una concentración del respaldo que se fue dando con el avance de la campaña. Los electores intuitivamente fueron buscando una salida. En 2019 hubo un avance en esa dirección, es decir, el electorado, de forma contundente, logró que el MAS obtuviese menos del 50 por ciento. Fue la mejor elección hecha por la oposición en 20 años. La propia campaña fue colocando a Carlos Mesa como la alternativa más sólida frente a Evo, que concentraba el rechazo opositor como nunca antes.
Creo que eso no sucede actualmente aún, habrá que ver cómo se desarrolla. En 2019, Evo Morales cargaba todos los errores, las críticas y los reproches que la oposición le podía hacer. Todos esos reproches estaban justificados: había desconocido la Constitución, se había burlado del voto popular del 21-F… Estaban todos los ingredientes para que acudiera debilitado a una campaña por primera vez. Entonces ese año se probó que se podía concentrar el voto.
Pero también estaban Ortiz y Chi, y eso fue determinante para que, aunque el MAS estuviera por debajo del 50 por ciento, no hubiera la votación suficiente. Probablemente la votación, pese al fraude, logró ese escenario de segunda vuelta, que el fraude impidió. El fraude se hizo para cancelar la segunda vuelta. Sin embargo, creo que se puede asegurar que Evo, en ese 2019, igual ganó la elección. La ganó por menos de 10 puntos, pero la ganó. Es una experiencia que está ahí sobre la mesa.
EP- ¿Está el MAS definitivamente dividido? ¿Podrá, en esa nueva circunstancia, de ruptura, ganar otra vez?
RA - Con la salida de Andrónico, me parece que la división del MAS es un hecho irreversible. Puede moderarse de alguna forma, en caso de que Luis Arce ya no participe o que Evo se resigne a que Andrónico sea el competidor. Pero si los tres ingresan a competir en serio, entonces sí va a haber una división. División como la que vemos ahora con un segmento de la federación Mamoré - Bulo Bulo atreviéndose, incluso con video, a respaldar a Andrónico.
También dependerá de eso. Si ahora el factor de debilidad del MAS se presenta, puede ser un incentivo para que un candidato opositor empiece a concentrar el voto. La decisión tomada recientemente por el MNR de no ir a la elección, puede ser un campanazo para la concentración del voto. Si a ello sumase su apoyo a, digamos, Samuel Doria Medina, sería como una señal de concentración del voto en torno a él. Probablemente Tuto Quiroga querrá ser el favorecido por esa circunstancia.
EP- ¿Cómo explica la tozudez de Evo para seguir siendo el candidato?
RA - Evo Morales ha reaccionado de una forma que yo no esperaba. Estaba convencido de que, desde el minuto en que Andrónico empezase a dar un discurso diferente, Evo se pondría muy agresivo. Andrónico ya dio ese discurso diferente en Santa Cruz cuando expuso una especie de presentación de sus ideas. Sin embargo, Evo ahí no dijo nada. Luego, cuando Andrónico lanza el twit donde dice que el traidor es quien escogió a Lucho Arce como candidato, parecía que Evo reaccionaría, pero no.
Ahora que ya Andrónico se definió, Evo, en vez de destruirlo, le pide que cambie de opinión. Es decir, acepta que haya dicho “acepto” y no lo destruye, aunque otros portavoces secundarios lo han ido haciendo. No hubo desde Lauka Ñ una reacción fulminante contra Andrónico. Eso me sorprendió. Probablemente sea por las presiones de la izquierda latinoamericana que esté cabildeando para que Evo deje de ser tozudo y comience a aceptar la realidad.
Habrá que ver si Evo Morales, finalmente, afloja y deja que sea Andrónico Rodríguez su representante en la carrera electoral. A ver si lo hace, sin apoyarlo demasiado, pero renunciando a su posibilidad tanto de buscar su inscripción o de designar un reemplazante. Eso está pendiente y creo que la reacción relativamente serena de Evo nos hace dudar sobre esa salida. Sin embargo, lo lógico sería que Evo y Luis Arce sigan avanzando en el proceso y que se presenten los dos como posibles candidatos.
EP-¿Por qué?
RA - En el caso de Luis Arce sería una confesión de que todo lo que ha hecho en cinco años como Presidente fue infructuoso. Sería una confesión de que ha fracasado por completo. Creo que seguirá luchando hasta el final, pero es difícil saberlo. Pero parece que la posibilidad es esa: rendirse antes de tiempo será peor que sacar un mal resultado electoral. Irse antes de la elección lo dejaría peor que si compitiera y obtuviese un mal resultado. Supongo que preferirá un mal resultado a desistir por completo y, por ejemplo, no tener una bancada.
Por ello, el incentivo para participar de Luis Arce es muy alto, incluida la esforzada lucha por quedarse con la sigla. Lo mismo puede decirse de Evo Morales. Ha construido el movimiento Evo Pueblo. Que Evo Pueblo quede fuera, por su voluntad, sólo se explicaría si Evo se rinde ante Andrónico y sus patrocinadores en Madrid o en Buenos Aires.
EP- ¿Y en el caso de las tozudeces de Tuto Quiroga, Samuel Doria Media y Manfred Reyes Villa frente a algunos nuevos como Jaime Dunn?
RA - Veo a Tuto y Samuel como los más fuertes. El conflicto local en Cochabamba por la basura está afectando seriamente a Manfred. Le ha roto sus credenciales de buen alcalde. Si el conflicto sigue escalando, comprometerá seriamente las posibilidades de Reyes Villa. Ese es un tema absolutamente electoral. Tiene que ver con su forcejeo con los sectores afines al MAS que controlan los municipios que rodean al Cercado.
Samuel y Tuto son aún las figuras más llamativas de la oposición. El conflicto entre Rodrigo Paz y Dunn por la sigla del Partido Demócrata Cristiano (PDC) y la salida de Chi debilitan mucho la opción del candidato nuevo. Eso fortalece indirectamente las campañas de Samuel y la Tuto. Tuto quedó algo rezagado frente a los apoyos que ha recibido Samuel y también a la campaña que desarrolla. Samuel cuenta con recursos y una estructura ya más o menos orientada de manera anticipada a desarrollar un desempeño electoralista bastante sistematizado.
Ahí también las cartas están abiertas. Sí creo que el electorado tendrá al final una actitud pragmática y va a elegir al mejor colocado. Me refiero al electorado opositor, que es numeroso, que abarca, cuanto menos, a un tercio de los electores en este momento. Un electorado que, concentrado en las principales capitales, puede apostar, ahora sí después de muchos años, a un relevo en el poder. Puede ser que la oposición se depure y sean menos candidatos, el incentivo para ese cambio ha sido el ingreso de Andrónico como candidato competitivo.
EP-Ha aparecido en este escenario una figura que creo no tiene precedentes: alguien que pretende fungir como “el gran elector”, me refiero a Marcelo Claure. ¿Qué opina de él?
RA - Ha cometido una cantidad de errores que lo han ido, poco a poco, desacreditando. Esos errores minaron la posición que había alcanzado difundiendo sus encuestas y participando en el debate nacional como nunca antes lo había hecho.
Entiendo que los errores que cometió tienen que ver sobre todo con su distancia en relación al país. Parece que Marcelo Claure conoce muy poco de lo que pasa en Bolivia. Ingresó muy tarde como ciudadano a la controversia desconociendo una enorme cantidad de variables del debate público, al que se metió casi improvisadamente. Eso le ha disminuido mucho en credibilidad.
Al principio, dominaba la escena, todo el mundo estaba pendiente de lo que él decía. Pero paulatinamente se convirtió en un portavoz poco serio, poco solvente y muy desinformado. Las entrevistas que fue encargando, por oleadas, con Tufi Aré, Cecilia Bellido, Jimena Antelo, sólo demostraron que no conoce muy bien el escenario político interno. Tengo la impresión de que sus últimas posturas son menos tomadas en cuenta, influyen mucho menos que al principio. Se puede demostrar que las cosas que propuso nadie las ha seguido.
Quería las primarias, quería forzar la unidad de la oposición en base a sus propias encuestas. Las encuestas no tuvieron ningún efecto en la conducta de los líderes opositores que lo han ido ignorando. Esa situación inicial, cuando se acomodó estratégicamente en la posibilidad de coronar al próximo Presidente, dándole su apoyo y recibiendo el de la gente, se diluyó. Ya no es el gran elector que se podía imaginar, ya no publica sus encuestas y dudo que, si lo hace, tengan mucho impacto. Creo que se está orientando a la posibilidad de decir: “Yo ya no tengo ningún rol en este juego”.
EP-¿Qué opina del rol que ha jugado Álvaro García Linera en el otro frente?
RA - Álvaro, desde un principio, se mantuvo distante de la pelea entre Luis Arce y Evo Morales. Ha intentado tener una opinión que busque la reunificación del MAS. Su fórmula para ello ha sido contraria a la postura de Evo Morales y eso le ha costado muy caro. Evo le exigió su sometimiento desde un principio. Al parecer quería que Álvaro se comportara como Juan Ramón Quintana, Carlos Romero o Teresa Morales. Es decir que lo secundara permanentemente, pero Álvaro ha preferido mantenerse equidistante quizás buscando ser un puente.
Su fórmula fue que el MAS se reunifique alrededor de Andrónico, pero eso pasa por la renuncia, la rendición, de Evo. Entonces, en el último tiempo, Álvaro ha intentado acercarse a Evo, o sea, retractarse de su posición anterior. Y ha dicho que no se puede hacer una renovación sin la autorización del principal líder. Es decir, la renovación tendría que darse a partir del momento en que Evo reconozca que ya no es la figura central. Pero eso no ha sucedido y lo ha ido distanciando aún más de Evo. García Linera, como persona, no pudo cumplir el rol de puente.
Sin embargo, por debajo de la mesa, considero que sí ha ido apoyando el lanzamiento de Andrónico, en consonancia con Pablo Iglesias, Atilio Borón, Zapatero… Él está colocado ahí. En la posición de Buenos Aires. Lo vimos muchas veces ir a Buenos Aires y acercarse a Cristina. El está dentro de Bolivia en el rol de cadena de transmisión de la izquierda latinoamericana, del Grupo de Puebla. Ese ha sido su lugar, sin embargo, no logró convencer a Evo de que renuncie.
EP- ¿Cómo evalúa el escenario de estas elecciones en relación a los medios de comunicación dado el colapso, sin precedentes, que estos sufren?
RA -El escenario mediático está tan disperso como el escenario partidario. Los grandes medios se han ido descentralizando. Los periodistas hemos ido buscando emisores propios y personales para canalizar nuestros mensajes. Hay evidentemente un pluralismo muy amplio en ese sentido, pero, por esa misma razón, también hay dispersión, hay mensajes diversos.
En este escenario se pudo percibir que aún queda, una fuerte red de medios cercanos al Gobierno que reciben la pauta publicitaria de Gabriela Alcón. Sus nombres fueron publicados recientemente. Es decir, sabemos quiénes reciben más respaldo del Gobierno y, coincidentemente, todos ellos han estado lanzando la política de dividir al evismo. Ha sido, al parecer la principal orientación que tienen esos medios. Ser cercano a Arce ha significado, esencialmente, acosar a Evo Morales, tienen una actitud beligerante contra Evo, que no existía antes.
Esa es la gran novedad de estos meses. Todo lo que Evo Morales diga es contestado inmediatamente. Se ha ido alentando continuamente el distanciamiento entre Evo y Andrónico. Son medios que han apoyado a Andrónico sin hablar con él. También ayudaron a cubrir a Mario Cronembold en Santa Cruz, uno de los principales factores de división del evismo, con sus vallas publicitarias pro Andrónico. Esa fue la tónica de los medios de esa línea informativa de un sentido dominante. Curiosamente esa línea ha sido respaldada por Claure que ha estado buscando dividir al evismo en su concepción de cómo ayudar a la oposición dividiendo al MAS.
EP-¿Cómo se defendió mediáticamente el evismo?
RA - Frente a la línea mencionada está el enorme poder que tiene la radio Kawsachun Coca. Justamente, por este asedio de los otros medios cercanos o afines a Luis Arce, se ha potenciado aún más. Es el vehículo de expresión del agredido y, por eso mismo, ha concitado mayor atención. Si hoy se quiere saber qué dice El Chapare, pues nada más hay que ver Kawsachun. Nunca tuvo tanta relevancia como ahora, ni siquiera en el gobierno de Añez.
Hay mucho interés por saber lo que Evo vaya a hacer en los próximos días. Como Evo sigue siendo un actor central de la vida política y cuenta sólo con ese medio, ese medio se ha vuelto fuerte. Fue el efecto paradójico del alineamiento de los medios a Luis Arce. Los antievistas que, por un lado, están con Arce, pero también alientan a la oposición tradicional. Le dan mucha cobertura a Samuel o a Tuto y donde todo lo que sea crítica a Evo sale grande.
Del otro lado están quienes siguen defendiendo a Evo y se fortalecieron por las torpezas del Gobierno que tienen a Kawsachun como canal de expresión. Asistimos a la consagración de los portavoces del MAS como los portavoces con más predicamento en el país. Se decía que el ciclo del MAS se está terminando, pues más parece que se está difuminando en más identidades y organizaciones. Sigue citando un discurso que todavía mueve y define elecciones en Bolivia.
EP-Quien gane la elección tendrá que lidiar con una crisis muy grande. ¿Tendremos una segunda UDP, sea de derecha o de izquierda? ¿Qué tipo de escenario puede preverse?
RA - Es el tema grande, es el elefante en la habitación del que uno no habla. Pero, realmente, el asunto electoral resulta pequeño si se lo compara con los desafíos que tendrá el próximo gobierno. Quien sea tiene el deber de modificar el modelo económico. Es el gran desafío del próximo presidente. Y eso no va a ser fácil porque el modelo económico actual está en crisis.
Este modelo es una combinación de decisiones puramente económicas con decisiones proselitistas. Es decir, combina victorias electorales, clientelismo con actividad económica. Ya es muy difícil seguir haciendo empresas por todas partes para intentar la generación de empleo y algún tipo de ganancia. Eso se va a terminar. El propio Andrónico Rodríguez ha dicho que no se puede aceptar un Estado que haga papas fritas. Ese modelo, que Luis Arce ha profundizado hasta el delirio, va a tener que cambiar.
El que haga el cambio tendrá que asumir costos. La creatividad del que llegue pasa por establecer otro modelo. Aunque Samuel y Tuto saben que el electorado masista volvió a crecer y a reimponer premisas estatistas, será inevitable que quien gobierne genere un shock. Entonces, más que la UDP yo compararía esto con el 21060. Es decir, una política que no será agradable para la gente, como se hizo en Argentina, que tenga costos para las personas, pero que vislumbre una salida. Es decir, que, a través de un precio que se tenga que pagar, se observe luz al final del túnel.
Seguramente los especialistas en economía entienden bien la situación en la que estamos. Sabrán si va a haber un shock del tamaño del 21060 o van a bastar 100 días y un par de ajustes para que esto vuelva a funcionar. Creo que cuando esté la papeleta electoral terminada empezará en serio un debate a fondo. Siento, es necesario decirlo, que, por las horas y horas que uno escucha a Evo Morales, que él no tiene una idea clara de lo que se tiene que hacer. Es de los precandidatos el que menos entiende de las medidas que se tienen que tomar.