Crónica política de la semana
Andrónico y la vía "negada" de la reunificación del MAS
Sea como continuidad o como reacción, el otrora favorito de Evo suma opciones como candidato que reunifique el MAS para volver a enfrentar a una oposición dividida y sin garantías
Hay dos versiones sobre la figura de Andrónico Rodríguez en el entuerto del Movimiento Al Socialismo (MAS). Para unos es el heredero elegido por Evo Morales con una lealtad a prueba de bombas; para otros es el heredero “a pesar” de haber sido el elegido por Evo Morales. Para unos, su lealtad es granítica a prueba de bombas; para otros ya ha sufrido la represión del “jefazo”, pero sus condiciones de liderazgo y carisma natural le están permitiendo sobrevivir. Para unos, sus posiciones frías son una estrategia para deshacerse del estigma de ser el “niño mimado de Evo Morales”; para otros, una reacción planificada que le acabará liberando del influjo de Morales porque será el expresidente mismo el que se de cuenta de que fue superado.
Unos cuentan que las posiciones de Andrónico respecto a lucha encarnizada de Morales y el gobierno de Luis Arce son sinceras, que nunca estuvo de acuerdo con la estrategia de oposición frontal de Evo Morales y que, de verdad, intentó mediar para limar asperezas, pero que a la hora de la verdad tuvo que aparecer en Lauca Eñe, aquel Congreso que ratificó la candidatura de Morales y que hoy desconoce el Tribunal Supremo Electoral.
Otros señalan que Rodríguez ha sido ninguneado por Morales desde el primer momento, que lo invitó a Buenos Aires en 2020 con la alta probabilidad de ser detenido en la frontera, que se desconoció la decisión del Pacto de Unidad en ese mismo año que lo colocaba como vicepresidente en una candidatura liderada por David Choquehuanca y que el propio Morales deshizo metiendo a Luis Arce como presidente. Que además lo dejó fuera de las franjas de seguridad ubicándolo en la tercera posición al Senado, que en aquellos momentos era difícil de sacar con un Arturo Murillo desplegando todo el aparato represor en el Chapare, y que después, Morales nunca le ha ayudado a realmente sumar los números necesarios para presidir el Senado.
En ese equilibrio hay varias corrientes y distintos grupos de operadores que destacan unas u otras posiciones, pero todos con un mismo objetivo: Andrónico Rodríguez se ha convertido en algo así como la solución inevitable tanto para el evismo – herido de muerte tras las acusaciones no negadas de estupro – como para el arcismo – irrelevante en todas las encuestas, por lo que su mejor salida es la negociada con un candidato nuevo.
Esta posibilidad de reorganización en el MAS ha desatado el pánico entre las fuerzas de oposición y todos los operadores que han dedicado años a intentar partir el MAS por su justo medio, es decir, que del 40% de núcleo duro que se le reconoce al MAS – salvo los negacionistas, que son más creativos – el 20% abrazara las tesis del arcismo renovador y el otro 20% se convirtiera en una suerte de MAS auténtico arremolinado sobre un Evo Morales en declive.
Para uno de los operadores que ya ha reconocido el fracaso de la estrategia, dividir al MAS implicaba que una fuerza de oposición más o menos amplia se convirtiera en alternativa real en una segunda vuelta donde la clase media pudiera visualizar el fin del ciclo masista, más si entre los dos bloques se acumulaban rencores reales. Volver a un solo bloque del MAS y mantener una oposición muy dividida entre sus egos y vanidades anticipa un escenario ya explorado: El MAS vuelve a ser el gran favorito, aunque hay dos condionantes que también pueden acabar siendo clave:
Andrónico Rodríguez seguirá negando hasta el extremo su interés por ser candidato, lo que le puede generar algunos otros problemas de afección.
Y sobre todo, prácticamente el 99% del MAS no cree que Evo Morales vaya a dar un paso al costado motu proprio, y menos que su círculo cercano se lo permita.