Crónica política de la semana
Del “sana sana” del MAS a la conexión conciliadora tarijeña
Como adelantamos, el TSE no ha aceptado el Congreso del MAS de El Alto y unos y otros tratan de enfocar un Congreso de Unidad en el que se recupere la fortaleza electoral, pero habrá “sacrificios”



Obviamente no están en condiciones de declararse amor eterno en el corto plazo, pero hay señales de reconciliación: El Tribunal Supremo Electoral oficializó lo que ya anotábamos la semana pasada en este espacio: el Congreso de El Alto que eligió una nueva Directiva a la medida de Luis Arce fue rechazado e insta a un Congreso de Unidad recordando que una segunda falta grave pone en riesgo la personería.
Evo Morales reaccionó rápido anulando por su cuenta y riesgo una resolución de ampliado que expulsaba del partido a Luis Arce y David Choquehuanca. Cosas de la democracia partidaria. Además, llamaba a un Congreso de Unidad para junio.
El presidente Luis Arce ya había dado por descontado este asunto incluso antes de que tomara fuerza, lo que supuso un varapalo para Grover García y Julia Ramos que habían asumido el desgaste de pechar con Evo por la sigla. Arce habló de un Congreso de Unidad de verdad reconociendo implícitamente que el de El Alto no lo fue.
Casi en paralelo a todos estos pequeños hechos, el niño mimado del expresidente, Andrónico Rodríguez, a la sazón presidente del Senado y piedra angular del futuro del evismo, anunciaba que la bancada aprobaría más créditos internacionales de esos por los que el gobierno lleva suplicando seis meses.
Claro que a muchos de los satélites que se alimentan de la confrontación en uno u otro bando no les interesa escuchar y más bien, utilizaron palabras aún más gruesas en la descalificación, pero la pelota está en el tejado de Arce, que debe mover ficha.
Casi todo el mundo da por hecho que un “Congreso de Unidad” se traduce en quién pone el candidato a presidente, quién al vicepresidente y más o menos cuantos ministerios se queda cada uno.
En esas, algunos estrategas señalan que el evismo espera algún sacrificio ministerial en señal de buena voluntad: cotizan las cabezas de Iván Lima (Justicia), Del Castillo (Gobierno) y Montaño (Obras Públicas) para ser cortadas en los próximos días incluso si el reemplazante no es de su cuerda. La estrategia jurídico electoral de Lima ha fracasado y poco más puede aportar, dicen; Del Castillo ha hablado de los catos rojos y blancos y parece que ha cruzado otra línea y Montaño…siempre estuvo ahí.
La conexión tarijeña
Después vendrá el Congreso con su nueva Directiva que tendrá que inscribir Evo Morales y que pilotará las primarias o, al menos, será la encargada de inscribir candidatos. En juego, obviamente, la plata de la campaña electoral y toda la fuerza movilizadora del gobierno. Veremos cuánto se fían unos de los otros. De momento alguien ha filtrado la solicitud de indemnización de Morales por no haber podido postular como Senador: casi 2 millones de bolivianos que se dice pronto, y que dejan al expresidente en el enésimo mal lugar desde que abandonó el cargo.
En este esquema presente y futuro, por cierto, hay una importante conexión tarijeña trabajando en la fontanería entre la diplomacia y las cuentas pendientes. El rol más relevante lo tiene Gustavo Ávila, nombrado vocal del Tribunal Electoral por Luis Arce y empeñado en la labor del consenso que viabilice un Congreso que salve la sigla. Ávila tuvo recorrido en la Asamblea Legislativa Departamental de Tarija y ha mantenido también buen contacto con quien fuera el supergerente del MAS Tarija nombrado por Evo, Milcíades Peñaloza, ex senador siempre muy ocupado en sus negocios y en lo que toca el poder que ahora maneja Luis Arce. En la sala de máquinas de la Presidencia está el viceministro Álvaro Ruíz y electa como vicepresidenta del MAS en el Congreso de El Alto doña Julia Ramos, la dirigente que más sufrió y a la que más se abandonó en el escándalo del Fondo Indígena, pues ha estado más tiempo en la cárcel que la ministra responsable. Frente a Julia Ramos, otro peso pesado del lado de Morales, Pilar Lizárraga, defensora de la gestión de Morales y del proceso histórico.
Por último, también ha tomado vuelo el gobernador Óscar Montes, acostumbrado a la política más gruesa y que puede ayudar a darle cierto rumbo a una oposición acostumbrada al bloqueo técnico. Esta semana ha apoyado la exploración en Tariquía, salvo en el núcleo, y se ha puesto al frente del lobby de gobernadores para exigir la devolución de los dólares retenidos del IDH con los que se conformó el Fondo de Incentivos Petroleros en el Banco Central de Bolivia y que como se aprecia, no está sirviendo para nada.
Veremos el rol que acaba tomando cada uno, pero la solución negociada bien puede trabarse al sur del país.