ITARUYU La madrugada del 20 de febrero se desbordó la quebrada
El aluvión que dejó luto y miedo en Itika Guasu
Tomatirenda Filadelfia, Ñaurenda, Saladito de Ñaurenda, Moko Mokal, Itayuru, Timboy y Salado Grande fueron afectadas
La madrugada del 20 de febrero quedará en la memoria de las familias guaraníes que viven en la zona 1 del Itika Guasu, en la provincia O´Connor. Los relámpagos y truenos de la noche del 19 anunciaban una tormenta. Pero lo que lo que pasó después no lo vieron ni en sus peores pesadillas.
Tras varias horas de fuertes lluvias, los comunarios escucharon “bramar” el río. El desborde de la quebrada Itayuru los tomó por sorpresa. Algunos lograron escapar monte adentro, otros no tuvieron la misma suerte.
Fallecidos Diez personas fallecieron por el aluvión. Tres cuerpos no fueron recuperados pese a la búsqueda
Una mazamorra que arrastraba barro, palos y rocas se llevó todo lo que pudo. Viviendas completas fueron arrasadas, otras quedaron con los muros a punto de caerse. Lo cultivos de maíz y hortalizas se perdieron en su totalidad, los sistemas de agua no soportaron.
El cauce de la quebrada luego llegó a Tomatirenda, donde mayor daño causó, siguió su curso por Filadelfia, Ñaurenda, Saladito de Ñaurenda, Moko Mokal, Itayuru, Timboy y Salado Grande.
El aluvión dejó más de 500 familias afectadas de 11 comunidades guaraníes de la provincia O´Connor.
Lo peor no había pasado. A los damnificados les tocaba reconocer sus comunidades, sus pertenencias, sus viviendas, encontrar a los suyos. Hubo casos como el de Alaín Bustos, quien huyó del aluvión solo y cuatro horas después, las más largas y desesperantes de su corta vida, encontró a su madre.
El desborde de la quebrada cobró la vida de 10 personas, pero solo se hallaron siete cuerpos. Tres no fueron encontrados, pese al esfuerzo de los grupos de rescatistas. De las siete víctimas, seis fueron niños.
La ayuda no se dejó esperar, todas las instituciones pusieron su granito de arena. La Gobernación de Tarija movilizó maquinaria para limpiar las zonas de desastres, pues tocaba sacar el barro, mover las rocas y los palos de las zonas por donde pasó el aluvión. Defensa Civil del Gobierno nacional arribó al lugar con vituallas y alimentos, y el Municipio de Entre Ríos atendió las necesidades más urgentes, albergues, comida, ropa y agua para quienes quedaron solo con la ropa que llevaban puesta.
La solidaridad también se sintió. Desde todas las provincias del departamento enviaron ayuda para los damnificados. Organizaciones como Aldeas Infantiles SOS enviaron un equipo de apoyo para ayudar a los niños a recuperarse de ese trauma que les dejó el aluvión.
En marzo se hizo un homenaje póstumo a las víctimas: Eduar Robert Alvarado, Luis Anival Alvarado, Maximiliano Ángel Ortega Alvarado, Miguel Angel Ortega, Nataly Alvarado Gómez, Romeo Tárraga Saracho, de Tomatirenda. Marcelina Sarco, Yordy Mayre Sarco, Nathy Natasha Maire de Ñaurenda y Zulma Cata de Moko Mokal.
Diez meses después de este hecho las heridas siguen abiertas. Hay familias que aún viven en carpas, otras retornaron a sus viviendas, pero el miedo entre ellos sigue latente.
CRONOLOGÍA DEL HECHO
DESBORDE
Tras una intensa lluvia, la madrugada del 20 de febrero se desbordó la quebrada Itayuru, que arrastró consigo rocas, palos y barro. Más de 40 viviendas fueron destruidas por completo
NIÑOS
Los niños fueron los más afectados por el aluvión. De los diez fallecidos, siete eran menores de edad. Además, los que sobrevivieron perdieron los espacios de convivencia, como la unidad educativa
REUBICACIÓN
Tomatirenda fue la comunidad más afectada. 23 familias perdieron sus viviendas, además, la riada se llevó la escuela, el Centro Sentir y el huerto escolar. Debido a los daños, fue reubicada
COMPROMISOS
Tras el desastre natural, los guaraníes y el Municipio de Entre Ríos pactaron la ejecución de 40 proyectos